Comenzaron casi 1.000 personas el proceso y, finalmente, han logrado plaza únicamente 87. Ni siquiera se ha cubierto el cupo máximo, que era de 144 puestos, de los que once eran reservados para personas con discapacidad. Pero María Quintana Rodríguez (10/7/1998, León), Daniel Martín Soleto (19/1/1998, Valladolid) y Alfonso Escalada García (17/9/1998, Valladolid) se encuentran entre los aspirantes que han logrado plaza en la Agencia Tributaria como inspectores de Hacienda, una oposición considerada entre las cinco más difíciles de España.
A sus 26 años, todos ellos graduados en Derecho y Administración de Empresas (DADE) y compañeros de clase en la Universidad de Valladolid, han logrado sacar adelante a la primera los cinco ejercicios que han tenido que afrontar desde diciembre de 2023 hasta julio de este año. Tres de las pruebas fueron escritas y las dos últimas orales. Daniel quedó en el puesto 16 a nivel nacional en turno libre, María en el 25 y Alfonso en el 28. Para ello, comenzaron a prepararse en septiembre de 2022, al poco de terminar sus estudios de grado.
Casi dos años de preparación por los que ahora recogen la recompensa de su esfuerzo. EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León ha podido charlar con estos tres jóvenes para conocer cómo se han preparado, qué rutinas han llevado y cuáles son los trucos y consejos que dan a los futuros aspirantes.
María viene de familia de la rama jurídica, mientras que Daniel cuando estudiaba la ESO se dio cuenta de que le gustaba la economía. Alfonso, por su parte, no tenía claro si prefería la parte de derecho o la de administración de empresas. Los tres coincidían en la convicción de las salidas profesionales que les daba el grado de DADE. Sin embargo, estos jóvenes cuando comenzaron los estudios universitarios ninguno de ellos tenía pensado opositar, sino que preferían la empresa privada.
Pero el destino les tenía preparado otro plan. El paso de los cursos, una charla clave en quinto de carrera y las salidas profesionales les hizo dar un giro a sus intenciones. "Me di cuenta de que trabajar como funcionario no es un puesto fijo y más en la Agencia Tributaria, pudiendo ir cambiando cada cierto tiempo y no es ese aburrimiento de estar toda la vida haciendo lo mismo", señala Alfonso. El que la oposición "garantizaba buenas oportunidades" y les daba "cierto prestigio profesional" sin que les implicase "renunciar a la empresa privada" es lo que empujó a Daniel. María nunca se vio atraída por la abogacía, a pesar de la tradición familiar por la rama jurídica, y consideraba que tenía "aptitudes para poder opositar".
Sus rutinas día a día
Todos terminaron el grado en junio de 2022. Tras unos meses de descanso, en septiembre comenzarían este largo camino que este pasado mes de julio de 2024 terminó. Desde entonces, emprendieron una rutina diaria, muy exigente y sacrificada, pero que les ha funcionado, a la vista de los resultados.
Los tres, que también han preparado la oposición en la misma academia (La Flecha Oposiciones), han llevado un modelo similar. Estudiaban seis días a la semana, dejando el domingo para descansar y desinhibirse un poco de tanto apunte. Su despertar se daba entre las 07:30 y las 08:00 de la mañana, para empezar a estudiar bien temprano.
Daniel iniciaba su jornada de estudio a las 08:30 de la mañana y permanecía ante los apuntes hasta las 13:30, momento en el que salía a caminar o iba el gimnasio, hasta las 15:00 que comía y regresaba al mundo de las oposiciones a las 16:30 y hasta las 21:30. En total, unas ocho horas de estudio efectivo al día (algo que comparten los tres) que en las últimas fechas y en la época de exámenes podía alcanzar las 10, 11 e incluso 12 horas.
María, por su parte, a las 08:00 ya estaba frente a los apuntes. Salvo algún pequeño descanso de 15 minutos cuando se notaba "muy cansada" para comer algo de fruta o algunos frutos secos, no se levantaba hasta las 14:00, hora en la que comía. Su jornada vespertina se iniciaba a las 15:30 o 16:00 y estudiaba hasta cerca de las 20:00. En su caso, el momento del deporte lo dejaba para última hora. Así, tras finalizar su día de estudio, se marchaba al gimnasio al caer la tarde.
Similar sistema fue el de Alfonso, que a eso de las 08:00 comenzaba su aprendizaje para ser inspector de Hacienda, con la diferencia que él dejaba el momento deporte para media mañana. Una hora, todos los días. Regresaba y "lo estiraba (el estudio) hasta la hora de comer". Volvía a sentarse frente a los apuntes a las 16:30 y hasta las 21:00.
Durante el proceso, han tenido que empaparse de nada más y nada menos que de unos 190 temas de derecho civil, derecho mercantil, economía general, economía de la empresa, hacienda pública, sistema financiero, o derecho financiero y tributario español, entre otros. También llevar todo ello a la práctica en ejercicios de contabilidad o matemáticas financieras.
Un proceso que obligaba a largas horas de concentración y perseverancia. Daniel reconoce que tampoco tenía ningún truco concreto para mantener su cabeza inmersa durante amplios periodos de tiempo en los apuntes y cree que es más una cuestión de "adaptación". "Al principio te distraes más y a lo mejor el primer mes eres incapaz de estar ese tiempo, pero luego vas cogiendo la rutina", señala.
María, afortunadamente, no es una persona que se desconcentre mucho en el estudio y simplemente hacía esas pequeñas paradas cuando se notaba muy cansada. No obstante, aclara que sí hay gente que hace uso de la técnica de los 'pomodoros', que son 50 minutos de estudio efectivo y 10 de descanso. "Pero yo no seguía ninguna estrategia", recalca.
Alfonso era más de buscar un "aliciente" en los temas. "Intentaba que me interesase todo lo que estaba estudiando. Si había algún tema que ya no me interesase por algún motivo o por ser una materia aburrida, había que intentar darle un punto de interés", explica el exitoso opositor.
Pequeños objetivos a corto plazo
Casi dos años de preparación podía provocar no ver un final a corto plazo, con la consecuente frustración que esto les habría generado. Pero dentro de su proceso de preparación, en la academia, cada cierto tiempo les preparaban una especie de simulacro de los exámenes o el denominado 'cante de tema'. Momentos en los que debían demostrar ante sus preparadores lo aprendido.
Algo que puede parecer insignificante, pero que les ha ayudado a marcarse objetivos a corto plazo que superar, permitiendo dejar la frustración del tiempo que no corre atrás. "Tu meta no es el examen final de la oposición, sino que tu objetivo es que si tengo un simulacro el viernes de esa semana, hacerlo bien. Ir cumpliendo esos pequeños objetivos y eso es lo que te motiva un poco porque si no psicológicamente es muy duro", incide Daniel.
Obviamente, todo ello no ha sido un camino de rosas. Y las dificultades también aparecieron. A pesar de los simulacros y el 'cante', que eran como una "recompensa", el hecho de "no ver resultados muy cercanos en el tiempo" es uno de los factores que más jugaron en contra para María.
Esta joven leonesa también encontró barreras para mantenerse motivada, ya que empiezas con una motivación "muy alta al principio", pero a medida que pasa el tiempo vas estando "más cansado". Con la salida de la convocatoria y teniendo las fechas, la luz al final del túnel fue brillando cada vez más, pues "es más fácil organizarse" con ellas ya en la mente.
Para Daniel lo más difícil es la "soledad" en todo este proceso. "Tienes mucho tiempo para pensar. También es duro ver como tu vida está un poco paralizada y ves como tus amigos empiezan a trabajar, a ganar dinero. Estar atado a tus horarios, tus libros, tus simulacros y tu calendario", afirma.
La "incertidumbre" fue la gran enemiga que se encontró Alfonso, "el estudiar sin saber si vas a aprobar y qué va a ser de ti". "El estudiar tantas horas a veces te hace tener que rechazar algún plan, pero siempre he intentado compaginar con la vida social. No siento que haya perdido algún acontecimiento importante, pero es otra dificultad", añade.
Los momentos de presión
Llegada la fecha de exámenes, que se alargaría durante ocho meses, en juego entraría otro factor determinante, que es la presión. Un 'invitado' al que tanto María como Alfonso y Daniel supieron hacerle frente. "Había que intentar pensar solo en los siguientes exámenes, como lleves la mente más allá te puedes volver loco", precisa Alfonso.
María relata que era algo que intentaba "no pensarlo mucho". La presión es algo que "todos tenemos que pasar por ello" y lo que hacía era "buscar de recompensa algo que me gustaba para despejarme y no estar pensando siempre en lo mismo". "Intentaba estar tranquila, concentrarme, autodecirme 'tengo preparado el temario y lo tengo que hacer bien'", destaca.
Daniel, en cambio, incide en que "lo único que tienes que hacer es ir pensando en el siguiente examen". "Una vez haces el primero, pues ya tu meta es el siguiente. Cada cosa que ibas pasando era una etapa que habías logrado. Es una presión grande y al ser nuestra primera convocatoria pues hemos ido pillados de tiempo. Había que hacer todo lo posible", admite.
Los consejos de Daniel, María y Alfonso
Un largo, laborioso y exigente camino que María, Daniel y Alfonso han recorrido con éxito juntos, desde que allá por 2016 coincidiesen por primera vez en las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid. Estos castellanos, ellos, y la leonesa, ella, ya pueden presumir orgullosos de ser inspectores de Hacienda, habiendo superado una de las oposiciones más difíciles de España.
"Hay que ir examen a examen, pero hay que enfocar la oposición desde un punto de vista global, nunca dejar de lado la posibilidad de aprobarla a la primera porque es algo que puede pasar", recalca Alfonso. Por ello, el nuevo inspector de Hacienda incide en que, aunque ahora las notas de los exámenes aprobados se guarden durante un año, en caso de caer en una de las pruebas, "eso no les lleve a ser muy conservadores y querer dejarla para el año siguiente".
María aboga por seguir las directrices de los preparadores y la academia, que ellos "tienen mucha experiencia y te van a guiar con objetivos a corto plazo". "Otro consejo es que incluyan en su rutina el deporte porque es muy bueno tanto para despejarte la mente como para cuidarte físicamente. También darte recompensas a corto plazo, si esta semana he cumplido objetivos, pues el domingo voy a hacer esto que me gusta mucho", señala.
Por último, Daniel pone el foco en el hecho de mentalizarse en que es algo "duro", pero invita a los futuros aspirantes a "informarse todo lo que puedan sobre la oposición". "Para mí fue muy importante hablar con gente que la había hecho o con inspectores para ver qué opinan del trabajo", recalca.
"Hay momentos en los que lo vas a pasar mal, pero tampoco es una tortura en el sentido de que no todo es llantos y lágrimas, también puedes disfrutar. Nada te impide salir a tomar algo con tus amigos a última hora. Que no se lo tomen a la ligera, si empiezan que vayan a por ello. Todos íbamos a por todas", sentencia.