Una modalidad de turismo, que cada vez está más extendida, pasa por ser la de los viajes gastronómicos. Son la mejor forma para saborear la gastronomía que es típica del lugar y también para probar nuevos sabores.

Palencia se engloba dentro de los destinos favoritos para los turistas en este tipo de viajes por su cocina, en una provincia que está regada por numerosos ríos. Su situación geográfica le permite abastecerse de productos de primera calidad.

El lechazo churro, la menestra palentina, las lentejas pardinas de Tierra de Campos, las truchas, los caracoles o cangrejos, son elaboraciones que dejan también su espacio a otras más sencillas como puede ser un bocadillo.

El Restaurante La Traserilla, que triunfa en la capital palentina con una completa carta entre la que destaca la carrillera de ternera al vino tinto, el revuelto de morcilla palentina o los huevos estrellados, cuenta con un bocadillo que lleva el nombre de flautín y que quita el sentido.

Un establecimiento hostelero que ha cambiado de ubicación hace poco más de un mes y que ha recibido la visita de la Reina Sofía para inaugurar el nuevo hogar.

El sabroso Flautín de La Traserilla Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Una vida en la hostelería

“Me considero un camarero con mucha pasión por mi trabajo y que cuento con una familia a la que adoro. No sería nada sin ellos”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Luisme Metodio Adán, de 46 años, palentino que vive en Venta de Baños.

Él suma, a su edad, más de 30 en el complicado mundo hostelero, en el que las horas y los días se sufren y se trabaja a destajo para sacar el máximo partido al producto y para dispensar el mejor trato posible a los clientes que llegan hasta el lugar.

“Llevo toda la vida en esto. Con dos años fuimos a vivir al hotel familiar y, desde entonces, estoy relacionado con este mundo. En el año 2022 me pongo al frente de La Traserilla, un negocio familiar que ha cambiado de ubicación hace bien poco”, añade nuestro protagonista.

Un restaurante con mucha historia y tradición.

29 años

En la actualidad, desde hace apenas un mes, La Traserilla se encuentra ubicada en la calle Don Sancho. De hecho, la Reina Sofía visitó el lugar para disfrutar de los mejores manjares del lugar.

Anteriormente, y durante 29 años, el establecimiento hostelero se situaba en la calle San Marcos 12 en una historia, la de este restaurante, que se remonta al año 1995, y que se ha mantenido por su buen hacer.

“Llevo trabajando aquí desde el año 1996 ayudando a mis padres junto a mi hermana Érika, que pasa por ser el estandarte de La Traserilla y creadora del gran recetario. Yo estuve en Cataluña trabajando 7 años en hostelería y volví tras ocho primaveras”, explica Luisme.

El nuevo local cuenta con 500 metros cuadrados, ni más ni menos y un total de 16 trabajadores que lo dan todo para sacar cada servicio adelante.

El flautín

“Vendemos también bocadillos. Entre ellos, destaca el flautín, que es el bocata por excelencia hecho con pan de oliva negra, untado con tomate y un chorrito de aceite de oliva virgen extra, y jamón ibérico. Es un guiño a Cataluña y a la cocina catalana donde mi hermana se formó y yo trabajé durante tantos años”, apunta Luisme.

Imagen de El Flautín de La Traserilla Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Comenzó a venderlos hace más de 10 años y “tienen una gran aceptación”. “Vendemos muchos. A diario, unos 40 y los fines de semana el número se duplica”, afirma nuestro protagonista, señalando también que venden hamburguesitas de lechazo con salsa de miel y mostaza, cebolla pochada y setas que también tienen una gran aceptación.

Una imagen de otra de las joyas de La Traserilla como son sus hamburguesitas Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Además del flautín no puede faltar la menestra palentina, la paletilla de lechazo y el producto de temporada. “Nuestro plato más vendido son los lomitos de anchoa con crema de manzana y vinagreta de tomate, plato que degustó hace poco aquí la Reina Sofía”, añade nuestro protagonista.

Al dueño de La Traserilla no le gusta mirar el futuro “de lejos”. Es de esos que prefiere centrarse en el día a día con el objetivo de “ser feliz” y que “toda su familia siga unida”.

La Traserilla, un lugar que merece la pena visitar en Palencia y degustar un bocadillo único como es el flautín.

 

 

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