La corrupción nos empacha
Día sí día también, vemos como la honorabilidad y honradez de los partidos políticos (garantes de la democracia, sostienen en ellos la capacidad representativa de los ciudadanos y la capacidad ejecutiva del partido de gobierno) está puesta en duda. Como es objeto de mercado jurídico, vemos como tasan los expertos -con artículos del Código Penal- sus continuos negocios fraudulentos y todo a costa de la confianza del votante.
Partidos políticos demostradamente corruptos, y por qué no decirlo, directamente imputados como el PP, abusan de viejas y deshonestas habilidades políticas: el engaño, la mentira, la persuasión, la ocultación del corrupto en el seno y al regazo del partido para justificar lo que ya, a nivel ciudadano, es injustificable.
Un engaño continuo a España, a los españoles -jirones en la piel de toro- que se lleva haciendo desde hace 40 años, espacio temporal siniestro y desalentador de déficit democrático continuado (no ha desaparecido el aforamiento y la Justicia no es independiente) 'un festival de corrupción, amiguismo, nepotismo y cuernos'... muchos cuernos políticos.
Una democracia absolutista y para nada ilustrada
Absolutista porque al no haber completa división de poderes (recordemos que la Justicia no es independiente) es en el Gobierno de este país donde todos los poderes están centrados de forma absoluta en una sola persona el Presidente (menos la capacidad legislativa, mayoría que no la tiene el partido de gobierno) figura a la que no se le cuestiona ninguna de sus decisiones. Esto no es impedimento, no obstante, para que tenga consejeros, principalmente de la aristocracia política, ¿se acuerdan?
Es tener la sensación y la pesimista opinión de que este país ha perdido el tiempo. Pareciese que uno de los pecados capitales (la envidia) se hubiese instalado en el gen de los políticos de este país, y hubieran estado jugando a ver quien la hacía ¡más gorda!
Y esto, desgraciadamente, no se va a acabar mientras no se produzca un cambio generacional entre los dirigentes de los partidos políticos; y los políticos no encuentren en sus 'matacanes' los respaldos de sus escaños, una posibilidad de defenderse de una imputación a expensas de la supervivencia de la democracia y de los demócratas que aún piensan que esto se puede redirigir, encauzar por la buena vía.
Estas actuaciones, como las últimas acaecidas días atrás, (información de telediario que los ciudadanos se llevan a la mesa, un empacho de corrupción y con ello la poca confianza que el ciudadano tiene de la política en general) no va a tener consecuencias a nivel politico, sólo una reacción del votante cambiando su representación a partidos nuevos puede mejorar esta situación.
Hay un dicho que es de aplicación a esta situación 'La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía'.— Proverbio árabe.