Ciudadanos del Patrimonio considera atrevido aprobar ya el Plan de Gestión de la Ciudad Vieja
La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio considera que la previsible aprobación definitiva del Plan de Gestión Integral de Salamanca en el próximo Pleno Municipal, sin que antes haya sido enviado al Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, es un gesto muy atrevido por parte del Ayuntamiento de Salamanca.
Como bien se ha recordado en las últimas horas, UNESCO demanda que todos los sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial cuenten con un Plan de Gestión Integral, lo que en el caso de Salamanca se remonta al año 2003 y con unas exigencias muy claras del Comité de Patrimonio Mundial motivadas por la fragilidad del planeamiento, expuesto a modificaciones puntuales a capricho; por el constante vaciado y derribo de edificaciones, a pesar de su catalogación; y por no haber propuesto ampliar la dimensión y el valor de la zona aglutinando más monumentos y preservando su contexto. No se entiende, por tanto, que el Ayuntamiento de Salamanca (el cual está obligado a informar de cualquier proyecto o plan de actuación) pretenda aprobar el Plan de Gestión obviando las serias recomendaciones recibidas en diversas ocasiones porque, entonces, éste no servirá para hacer una gestión sensata y consecuente, como se espera de una ciudad que aspira a ser conservada para la eternidad.
Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio no duda de la importancia del documento, el cual ha reclamado desde el primer momento, por cuanto de él se espera y porque de su lectura emanan buena parte de los principios recogidos en las Cartas Internacionales y que son defendidos por esta Asociación a diario; si bien, llega muy tarde y es muy mejorable ya que no profundiza en muchos temas, no fija plazos, ni establece prioridades, como cabría esperar de un plan, porque de forma deliberada no concreta, no se marca objetivos y no se compromete. De hecho se presenta como una guía no vinculante.
El Ayuntamiento de Salamanca, pese a que se propone aprobar el Plan de Gestión en próximas fechas, todavía no ha explicado a la ciudadanía qué va a suponer dicho plan. En este sentido hay que lamentar que se haya optado por no informar abiertamente a la sociedad de la trascendencia del documento y posteriormente por no habilitar cauces para la participación ciudadana.
Las dificultades existentes para explicarlo tienen su origen en que la redacción o concepción ha venido dada: no se ha involucrado a los habitantes, haciéndoles cómplices y partícipes, como primer paso para asegurar el éxito en el desarrollo del plan. Son muy pocas las preocupaciones recogidas, que además carecen de líneas de actuación claras con las que abordarse, de entre las muchas que tienen los ciudadanos. Sirve como ejemplo que únicamente se ha dado a conocer que más de 700 edificios, elementos o restos serán protegidos; cuando resulta que éstos ya lo están -en mayor o menor medida- gracias al Plan General de 2007 y cuando podrían ser otros 700 más si el catálogo fuese revisado y respondiese a un concepto amplio y actual de la palabra “patrimonio”.
Esa es una explicación muy pobre y engañosa para un documento suficientemente rico en temáticas (arquitectura, urbanismo, población, arte, economía, movilidad, servicios, espacio público, etc.) que desde su presentación pública a finales del año 2013 ha recibido interesantes modificaciones a fin de actualizarse y enriquecerse en cuestiones como arquitectura contemporánea, arqueología, turismo sostenible, Piedra de Villamayor, nuevos criterios de catalogación, revisión de indicadores de evaluación, etc.
Añade la asociación que también es cierto que no todas las modificaciones han sido positivas, de hecho el Ayuntamiento de Salamanca ha perdido el tiempo en una cuestión que no es de su competencia al rehacer la propuesta de definición de los entornos de protección de los edificios considerados Bien de Interés Cultural que vulnera el propio concepto de la palabra “entorno” al reducirlos a la acera de los edificios, se trata de una desprotección inadmisible que tiene como consecuencia su aislamiento y descontextualización.
En resumen, a juicio de la asociación es conveniente que el necesario Plan de Gestión Integral sea reconocido como tal por la UNESCO, que es quien lo demanda, antes de su aprobación definitiva en el Pleno Municipal; y requiere, previamente, de la voluntad política suficiente para mejorarlo: divulgando e implicando a la ciudadanía, aceptando las serias recomendaciones del Comité de Patrimonio Mundial, concretando y planificando su desarrollo y apostando por proteger más patrimonio en un contexto monumental e histórico.