Sólo un tercio de los desempleados extranjeros cobra una prestación
"La comunidad inmigrante realiza una aportación decisiva para combatir tres de los problemas estructurales que más atenazan en la actualidad a Castilla y León: el envejecimiento, la despoblación y la dispersión. Por lo que debemos valorar en positivo su presencia en nuestra Comunidad", destaca Comisiones Obreras (CCOO).
En cuanto al volumen total de población inmigrante, "hay que tener en cuenta que en los últimos cuatro años más de 22.000 extranjeros residentes en Castilla y León se han nacionalizado, con lo cual pierden esa condición aunque su situación en nuestro mercado laboral sigue siendo similar. La tendencia es que siga reduciéndose el número de extranjeros, pero no porque se marchen sino porque se están nacionalizando".
El Observatorio Sindical de las Migraciones en Castilla y León sirve para tener datos actualizados, a nivel provincial y autonómico, de la situación socioeconómica de la población de origen extranjero. "En este documento no nos centramos en las necesidades que presentan, sino en lo que aportan para aminorar las mayores dificultades y problemas que presenta Castilla y León: el envejecimiento, la despoblación y la falta de oportunidades laborales", remarca el sindicato.
Se trata de un grupo poblacional que revitaliza el mundo rural. Dos indicadores de que la población extranjera revitaliza el medio rural son que representa el 4,38% de las personas empadronadas y que el 13,60% de los afiliados al Régimen Especial Agrario son de origen extranjero. Los trabajadores agrarios y ganaderos optan por residir en el municipio donde trabajan o cercano al mismo ya que para desarrollar su trabajo es más fácil residir cerca de la explotación. Una vez asentados llevan a cabo procesos de reagrupación para instalarse con sus familias.
Las personas inmigrantes también son las que más sufren el desempleo en esta tierra. El paro es uno de los índices socioeconómicos de la Comunidad que se acentúa en la población extranjera. Y por último, es un colectivo que, mayoritariamente, ocupa aquellos sectores laborales que no quiere la población autóctona. "Estas personas ocupan puestos de trabajo temporales y en unas condiciones de gran precariedad", concluye el estudio de Comisiones Obreras.