El voto de castigo decidirá el próximo rector de la Universidad
Un total de 28.533 electores entre alumnos, docentes y personal de administración y servicios vuelven a estar llamados a las urnas el 30 de noviembre en la segunda vuelta las elecciones al Rectorado de la Universidad de Salamanca. Ya no serán cuatro, sino dos los candidatos, por lo que se abren varias incógnitas para decantar la balanza hacia un lado u otro.
La principal, ¿a quién votarán quienes apostaron por los dos descartados? El decano de Derecbo y catedrático de Derecho Administrativo, Ricardo Rivero, ganó las elecciones con el 37,7% de los votos (3.547), por delante de Juan Manuel Corchado, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, con el 31,1% (2.115). A poca distancia quedó María Ángeles Serrano, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, con el 27,3% de los votos (2.265, es decir, más votos que Corchado, pero con menos peso, siendo perjudicada por el sistema de ponderación); y en última posición Francisco Giner Abati, catedrático de Antropología, con apenas el 3,7% de los sufragios (388).
Es decir, hay más de 2.600 votos que pueden optar por volver a las urnas para respaldar a Rivero o Corchado, o pueden optar por abstenerse entre ambos. En los corrillos universitarios se comenta que la relación entre Corchado y Serrano no era buena, siendo ambos vicerrectores de Daniel Hernández Ruipérez. Al parecer, porque Serrano fue relegada del vicerrectorado de Investigación después de hacer una buena labor de expansión del Parque Científico, ocupando su lugar Corchado para no ser rival de Ruipérez hace cuatro años en las elecciones. Y Corchado ha sido precisamente quien ha apartado a Serrano de la segunda vuelta. Si los votantes de la candidata optan por Rivero como voto de castigo a Corchado, el ex decano de Derecho ganará, pero si optan por la abstención, podrían incluso beneficiar a Corchado.
Y es que la diferencia de Rivero con Corchado es amplia entre los universitarios y el personal de administración y servicios, mientras que Corchado tiene una leve ventaja sobre el profesorado. Si este último se lleva el voto de profesorado de Serrano, podría ajustar la diferencia. Todo dependerá también de si la histórica participación de los estudiantes, la mayor en unas elecciones en la universidad, volverá a repetirse, también del personal de administración y servicios.
Finalmente, ¿qué harán los 388 votantes de Abati? Estas elecciones a rector de la Universidad pueden estar tan ajustadas que incluso pueden ser decisivos. Por eso, los dos candidatos, Ricardo Rivero y Juan Manuel Corchado, se centran en primer lugar en movilizar a los suyos, para que vuelvan a acudir a las urnas, por que cada sufragio puede ser fundamental.