Fernando Jáuregui y Federico Quevedo presentan en el Liceo 'El desengaño'
Los periodistas Fernando Jáuregui y Federico Quevedo presentan este lunes en Salamanca su último libro, titulado 'El desengaño'. Será a las ocho de la tarde y la entrada al acto es libre hasta completar el aforo.
Es, sobre todo, un libro de Historia contemporánea, en el que los autores reflejan el desengaño profesional que sienten, tras una vida mirando de cerca a la política. El estallido fue lo ocurrido en Cataluña, que les ha llevado a reflexionar que ni la izquierda ni la derecha han sabido resolver los problemas clave de la ciudadanía en España. Este es su desgarrado, desengañado, relato.
Fernando Jáuregui ejerce la información desde los primeros años setenta, tras estudiar en Madrid. Ha trabajado en una veintena de periódicos, de papel y digitales, radios, televisiones y gabinetes de comunicación. Ha escrito treinta y seis libros, solo o en colaboración, y ha dado clases en universidades de todo el país. Militó en el PCE desde antes de la muerte de Franco hasta la restauración de la democracia. Ha seguido profesionalmente los avatares de la izquierda en España. Una evolución ante la que se siente «bastante crítico» y que disecciona en este libro para concluir que no se han aportado soluciones válidas ante una crisis tan decisiva como la ocurrida en Cataluña. ¿Cuál es el futuro de la izquierda? ¿Pedro Sánchez? ¿Pablo Iglesias? ¿Ambos? ¿Ninguno? En estas páginas se reflexiona al respecto y se ofrecen datos inéditos.
Federico Quevedo es algunos años menor que Jáuregui y con menos vivencias en la mochila. Aún así es ya un veterano que también ha pasado por periódicos de papel y digitales, agencias de prensa, emisoras de radio y programas de televisión. Este es su sexto libro, y el segundo con Jáuregui. No ha militado en partidos, pero siempre se le ha etiquetado como un periodista de derechas próximo al PP, aunque últimamente admite su decepción por la forma como este partido ha gestionado algunos de los grandes problemas que ha tenido el país, especialmente el de Cataluña, pero también la crisis económica o la corrupción. Una postura que le ha valido mucha incomprensión y más de una venganza, sin que eso, se enorgullece, haya hecho temblar su pulso.