Castilla y León

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Salamanca

Sancti Spíritus, cuestas entre el fervor comendador y la seguridad policial

1 septiembre, 2018 12:19

En un mundo tan célere y alocado como el actual apenas sobreviven los recuerdos que van más allá de un lustro. Ésa es la barrera que marca la pervivencia de la información en internet, pero hay otra mucho más valiosa que aún se atesora en álbumes de fotos escondidos en recónditos cajones, esos que ya apenas casi se ven en familia, y sobre todo, una información guardada a fuego en la memoria de quienes vivieron cada momento. NOTICIASCYL tiene en marcha una serie dominical que repasa la evolución de los barrios de Salamanca.

Hoy es el turno para Sancti Spíritus, una pequeña zona del casco histórico entre el paseo de Canalejas, la Gran Vía y la Cuesta de Sancti Spíritus, pero con una dilatada historia. Su nombre se debe a la iglesia alrededor de la que se edificó, un templo católico del gótico tardío, el único resto que sobrevive al desaparecido monasterio, fundado a mediados del siglo XIII por Martín Alfonso, hijo ilegítimo de Alfonso IX de León, quien lo cedió a la Orden de Santiago.

Era una de las dos fundaciones hospitalarias más destacadas en el reino de León, que acogía a las esposas de los caballeros salmantinos que partían a la guerra, motivo por el cual las monjas adoptaron el nombre de Comendadoras. Así permaneció durante siglos, hasta que la Desamortización de Mendizabal transformó el convento en cárcel. Con el ‘boom’ urbanístico de la segunda mitad del siglo XX se convirtió en un edificio para viviendas residenciales e incluso se abrió una nueva calle, insertando en su estructura los restos del convento. A su lado, la actual Audiencia Provincial de Justicia.

Sí permanece la iglesia, con un singular coro y la capilla con artesonado mudéjar. En su interior se custodia el Cristo de los Milagros y permanecen sepultados miembros de la realeza, entre ellos el fundador, Martín Alfonso de León, hijo ilegítimo del rey Alfonso IX de León, pero también María Méndez de Sousa, su esposa; y Violante Sánchez de Castilla, hija ilegítima de Sancho IV de Castilla.

El templo marcó la vida de esta zona, más fervorosa pese a su cercanía con los alegres mesones y tabernas de San Cristóbal y Las Claras. Era territorio de repobladores toreses, aunque curiosamente la calle que recuerda su paso por Salamanca se encuentra en la actualidad en el barrio Puente Ladrillo, a las afueras de la capital charra, y no se estableció hasta los albores del siglo XXI.

Cárcel vieja de Salamanca

La reclusión monacal se convirtió en privación de libertad cuando se ubicó en esta zona la cárcel. Eran frecuente las aglomeraciones de personas cuando algún famoso preso era introducido en su celda, pero también para asistir a los juicios que se desarrollaban. Porque hubo un tiempo en que el temor hacia la justicia alimentaba las almas de los lugareños. Así sucedió hasta que la cárcel se quedó pequeña para tanto recluso y el penal se trasladó a un nuevo edificio en la avenida de La Aldehuela, hoy convertida en el Museo Domus Artium 2002. En recuerdo de la cárcel vieja queda el nombre de la Cuesta de la Reja y todavía es una zona donde predomina la seguridad, pues además de la Audiencia Provincial allí se ubican dependencias de la Policía Nacional y la Subdelegación del Gobierno.

Sancti Spiritus se reparte entre uno de los montículos de Salamanca, por los que también se denominaba a la capital charra como ‘Roma la chica’. De ahí que sus principales calles sean cuestas. La más conocida, aquella que da nombre al barrio, junto con la ronda que prolonga el perímetro de la iglesia. Y no sólo está la Cuesta de la Reja, también la Cuesta de la Raqueta, originalmente la cuesta de la alberca porque por allí transcurría un desagüe a modo de regato. En esta calle crecían los jaramagos, plantas denominadas popularmente raquetas, de ahí el nombre actual.

Calle del Palomo

Otra calle era la Cuesta de la Rata, donde predominaban los roedores entre tierras de desagües, pero también las otras ‘ratas’, aquellas que eran encarceladas. En alusión al Spíritu Santo, cuyo símbolo es una paloma, se rebautizó como calle del Palomo. Originalmente estaba conectada con la hoy Gran Vía, desembocando en la Torre del Aire hacia la plaza de Santa Eulalia. Así fue hasta que surgió la gran avenida y se construyó el nuevo edificio de Correos, configurando un entorno administrativo en el barrio que todavía hoy perdura, aunque mermado después del traslado de la sede de la Junta de Castilla y León hacia un edificio más moderno en el barrio Prosperidad. Sancti Spíritus es un claro ejemplo de la evolución urbanística y social de Salamanca.

Colas junto a la audiencia de justicia