La llegada de un bebé en el hogar siempre supone cambios para todos los miembros de la familia, también para las mascotas, que aportan muchas ventajas físicas y psicológicas si la preparación para ellas es adecuada. 

Así, según los expertos de www.nutritienda.com todo son ventajas. Los niños que conviven con gatos y perros tienen menos otitis (un 50 % menos), menos síntomas o infecciones del tracto respiratorio (un 30 % menos), desarrollan menos alergias, y aquellos que están en contacto con tres animales o más solo tienen un 21 % de probabilidades de padecer alguna alergia frente al 48 % de riesgo que tenían los niños que no conviven con mascotas.



En cuanto a los beneficios psicológicos y sociales que las mascotas aportan a los niños se encuentran también una mejor socialización, mayor empatía e inteligencia emocional, compasión o adquisición temprana de responsabilidades, entre otros. La crianza junto a una mascota educa a los pequeños en los procesos vitales, en la amistad, la solidaridad y otros valores prosociales.

Sin embargo, y de manera evidente, hay que educar a la mascota. Lo primero, para ello, es crear lentamente un buen nido. La llegada de un bebé supone cambios en horarios, alimentación o seguridad de los espacios, para lo que las mascotas necesitarán un tiempo de adaptación.

Los objetos prohibidos comenzarán a ser casi una obsesión y en este aspecto se debe tener en cuenta que no se debe permitir que la mascota mastique los juguetes del bebé, algo que también se debe enseñar.

A los olores también se le debe acostumbrar ante el desarrollo del olfato que tienen los perros, por ejemplo, así como a los carritos, cunas y objetos similares que se comprarán para el bebé. Hay que dejar que se integren en el hogar.