'Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio' se interesa por el futuro de varios edificios de la Calle Bordadores
La Asociación "Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio" se va a interesar, ante el Ayuntamiento de Salamanca, por la pretensión de una promotora para convertir el edificio sito en el número 4 de la Calle Bordadores, en apartamentos turísticos.
Es lo que se desprende de la documentación que ha estado expuesta durante el mes de junio, a fin de solicitar la correspondiente licencia ambiental, titulada "Proyecto de Ejecución para reforma de edificio para alojamiento turístico y cafetería sito en la Calle Bordadores, nº4" y que inicialmente ha sido solicitada para la cafetería, según publicó el BOP del pasado 9 de junio.
La consulta de la documentación apunta a que se trata del edificio cuya puerta está rotulada como 2, un edificio catalogado sin uso, y no a la puerta 4, de un edificio también catalogado, sin uso, "colindante con la Casa de las Muertes" y que dispone de un andamiaje por la realización, al menos, de obras para la reconstrucción de la cubierta.
Se da la circunstancia de que el edificio número 6, puerta rotulada como 4, es la antigua Casa de los Ovalle y conocida por ser la vivienda en la que murió Miguel de Unamuno. De confirmarse, ahora o en el futuro, que un edificio importante de Salamanca, barroco, del siglo XVIII, como la Casa de los Ovalle y más conocido por ser la última residencia de Miguel de Unamuno, no se recupera para un fin colectivo, que ayude a preservar su historia y a conservarse con dignidad, tendremos que lamentar la dejadez o la incapacidad de las Administraciones e Instituciones.
La Asociación, por lo pronto, también se va a interesar por las citadas obras en la cubierta de la Casa de los Ovalle, que vienen realizándose desde hace más de cuatro meses, y que a juicio de la entidad han elevado la misma, lo que desfigura el edificio y menoscaba la Casa de las Muertes (BIC).
Edificios turísticos
La conversión de edificios catalogados en edificios turísticos releva los escasos problemas de convivencia que hasta ahora se han producido en Salamanca con este tipo de establecimientos al afectar a toda una edificación y no solo a viviendas particulares. Pero hay que lamentar precisamente eso: que se esté realizando sobre edificios catalogados por su interés para la ciudad, los cuales se ven sometidos a cambios y múltiples modificaciones para adecuar el núcleo de escalera, dotarse de ascensor, modificar la distribución para un nuevo fin o uso público, habilitar espacios para la gestión del establecimiento, etc.
Todo ello supone una pérdida patrimonial incalculable de valores arquitectónicos, elementos, materiales constructivos, etc. y también la consolidación de la pérdida de habitantes del centro histórico en pro del alojamiento turístico y de temporada sin que el Ayuntamiento de Salamanca fije limitaciones a este tipo de usos en edificios residenciales en el ámbito central de la ciudad.
Profundizando en la economía de este tipo de establecimientos el empleo que generan es mínimo ya que, por ejemplo, el previsto en el número 4 de la Calle Bordadores ni siquiera dispondrá de un completo servicio de recepción al instalar máquinas para dispensar las llaves de las habitaciones.