Castilla y León

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La supresión de la Diócesis de Ciudad Rodrigo sería "otro duro golpe" a la España vaciada

20 junio, 2021 00:05

Un total de 23 provincias de Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Andalucía y La Rioja, que constituyen lo que se ha denominado la "España despoblada", han perdido alrededor de la mitad de su peso demográfico, económico y laboral en los últimos 70 años. Una realidad que aún sigue acentuándose con acciones que van “en contra” del territorio, como es el caso de la pretensión de la Conferencia Episcopal Española –el gobierno de los obispos- de suprimir la Diócesis de Ciudad Rodrigo, con 900 años de vida religiosa, social, cultural y económica en un amplio número de municipios del sur y oeste de la provincia de Salamanca y que sería "otro duro golpe a la España vaciada", apunta el regidor municipal.


Ya había acontecido con anteriores nombramientos de obispos, como en los reinados de Isabel II y Alfonso XII y, ya más cercanos en el tiempo en el año 2002, cuando la sede quedó vacante tras el nombramiento de don Julián López como obispo titular de León, y ahora regresa el peligro, con la renuncia “simpliciter” de último prelado ordinario, Raúl Berzosa, que se realizó durante un tiempo de convulsión que, a día de hoy, nadie ha explicado. Por ello, el 16 de enero de 2019, el papa Francisco nombra al que fuera obispo de Alicante y Ávila, Jesús García Burillo, administrador apostólico de la sede vacante de la diócesis de Ciudad Rodrigo. Y así hasta hoy en día, hasta que de por medio saltaron todas las alarmas. Que la Diócesis está en peligro es una obviedad, tras más de dos años de sede vacante, o, si se prefiere, más de dos años y medio desde el retiro temporal de Raúl Berzosa, en junio de 2018.

El que fuera obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, que dejó con su renuncia vacante la Diócesis


Desde ese preciso momento, la Diócesis civitatense está en peligro de ser absorbida por la de Salamanca, nombrando un solo obispo para ambas, estando a la espera de que el Papa Francisco adopte una decisión al respecto. Pero, a día de hoy, todo indica que así será porque la decisión, más que Roma, la adoptará la Conferencia Episcopal Española, según el dicho popular “de Roma viene lo que a Roma va”. La decisión está, ni más ni menos que en los obispos de España, como lo estuvo en el año 2002, dicho por ellos mismos. Lo más triste, tanto para el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, que lleva una lucha titánica en la defensa de su Diócesis, como para feligreses y personal religioso diocesano, es que nadie aclara en qué situación se encuentra este problema. 


La defensa de la Diócesis sale a la luz tras una carta, intitulada ‘Surge, Civitas’, publicada por el sacerdote Tomás Muñoz Porras el 7 de enero de 2021. La carta la escribía el hoy párroco de San Andrés de Ciudad Rodrigo, que había sido, hasta hace poco, el vicario general de la Diócesis; en definitiva, el segundo de a bordo. Al día siguiente de la carta del párroco Tomás Muñoz, el alcalde realiza declaraciones públicas manifestando la posición firme de la Alcaldía: “El Ayuntamiento quiere que cuando se resuelva la cuestión, la Diócesis siga contando con un obispo propio, residencial y exclusivo para Ciudad Rodrigo, como ha venido siendo desde hace cerca de 900 años”. También hace un llamamiento a enviar este parecer a la Nunciatura Apostólica, porque Marcos Iglesias tenía la impresión de que “ésta debía de conocer la opinión de los civitatenses de forma directa”. Postura que hacen suya, no solo el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, sino también la Diputación de Salamanca, Junta de Castilla y León, religiosos y religiosas, asociaciones locales, parroquias y feligreses piden que la Diócesis debe continuar, como hasta ahora, en Miróbriga con las mismas condiciones.

Repercusión negativa para todo el territorio sel suroeste de la provincia

Entrada al casco histórico de Ciudad Rodrigo, con su Catedral al fondo



 La repercusión negativa que tendría para este territorio del sur y noroeste de la provincia de Salamanca, con importantes problemas de despoblación, serían irreversibles. Los datos son elocuentes para afrontar la necesaria cohesión del territorio. El presupuesto de la Diócesis asciende a 3 millones de euros gestionando, además, decenas de inmuebles, seminario, Catedral y muchas organizaciones religiosas. Tan solo recordar que el Seminario de Ciudad Rodrigo tiene más de 20 de alumnos en estos tiempos de crisis de vocaciones, mientras que Salamanca no tiene seminario menor. Además, el número de ordenaciones desde el 2.000 fue de diez en Salamanca y, ocho en Ciudad Rodrigo, lo que demuestra que la Diócesis civitatense “está viva”, deja claro Marcos Iglesias. Como decíamos anteriormente, si toda la sociedad en su conjunto está aunando esfuerzos para hacer frente a la despoblación y al reto demográfico, no se comprende la decisión de los obispos de suprimir la Diócesis de Ciudad Rodrigo que ofrecería una imagen de “abandono” a este territorio.

Ciudad Rodrigo tiene actualmente una extensión de 4.264 Km2. Cuenta con alrededor de 35.000 habitantes de hecho (censo a 1 de enero de 2018), y 121 parroquias, distribuidas en 7 arciprestazgos: Abadengo, Águeda, Argañán, La Ribera, Ciudad Rodrigo, Campo Charro, y Yeltes. El número de sacerdotes incardinados en la diócesis es de 87, de los que 65 residen en ella y 22 fuera. Dedicados al ministerio parroquial, como párrocos, vicarios parroquiales o adscritos hay 52 sacerdotes. La media de edad del clero es de 67,06 años.

El Seminario Diocesano cuenta con Seminario Menor y Mayor. Los alumnos del Seminario Menor residen y se forman en Ciudad Rodrigo, los del Seminario Mayor residen en Salamanca acudiendo a las clases de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia. En la Diócesis hay 18 Institutos de vida consagrada:, de los que contemplativa existen 4 casas y de vida activa 13 casas y un instituto. Movimientos de Apostolado Seglar y Asociaciones de espiritualidad laica, sin contar las numerosas cofradías y otros grupos, son de adultos, 8 movimientos apostólicos y 11 asociaciones de espiritualidad; de jóvenes, 5 entre movimientos apostólicos y grupos parroquiales. Finalmente, Cáritas Diocesana de Ciudad Rodrigo en nombre de toda la comunidad cristiana atiende a los excluidos de la sociedad y promueve una sociedad más justa y fraterna.

A modo de historia


La Diócesis de Ciudad Rodrigo está ubicada en la provincia eclesiástica de Valladolid y se encuentra situada en el ángulo suroeste de la provincia civil de Salamanca, en la comunidad de Castilla y León. Tiene actualmente una extensión de 4.264 Km2. Limita al Norte y al Este con la Diócesis de Salamanca, al Sur con la Diócesis de Coria-Cáceres (provincia de Cáceres) y al Oeste con la Diócesis de Guarda (Portugal).

El Obispado de Ciudad Rodrigo, de origen medieval, se considera continuación canónica de Caliabria, elevada a categoría de Diócesis en la época visigoda según el “Parroquial Suevo” (cf. P. David, Etudes historiques sur la Galice et le Portugal, pág. 37) y situada cerca de la desembocadura de los ríos Águeda y del Coa en el Duero, a dos kilómetros de Castelo Melhor y a ochenta de Ciudad Rodrigo.

De acuerdo con el arzobispo de Santiago de Compostela, don Fernando II determinó la fundación de la Diócesis de Ciudad Rodrigo el 13 de febrero de 1.161 (cf. A. López Ferreiro, Historia de la Iglesia de Santiago, Santiago 1.901, 4, ap. 30, pág. 78). Sin embargo, no aparece el nombre de ningún obispo hasta el 10 de junio de 1.168 en el que suscribe: “Dominicus, electus Civitas Roderici” (cf. A. López Ferreiro, Historia de la Iglesia de Santiago, 4, ap. 39, pág, 97-98). Sus obispos se consideraban continuadores de la antigua Diócesis de Caliabria; de aquí que firmaran también con el título de “Caliabriensis” (cf. F. Fita, Don Domingo, obispo de Caliabria, en “Bol. Academia de la Historia”, 62, 1913, 270-275).

La creación de la nueva Diócesis encontró dificultades en Salamanca, que veía mermados sus territorios por el Oeste, pero la discusión de límites fue zanjada en las concordias de los años 1.173 y 1.174 (cf. J. Conzález, Regesta de Fernando II, n. 30, pág. 253; F. Marcos Rodríguez, Catálogo de documentos del archivo catedralicio de Salamanca, Salamanca 1.962, n. 59, pág. 20-21; y M. Villar y Macías, Historia de Salamanca, I, pág. 236). Con estas concordias y los informes favorables llevados a Roma por el legado Cardenal Jacinto, se obtuvo del Papa Alejandro III la aprobación y confirmación definitiva de la Sede Civitatense, otorgada por Bula del 25 de mayo de 1.175 (Cf. F. Fita, El Papa Alejandro III y la Diócesis de Ciudad Rodrigoen “Bol. Academia de la Historia”, 62, 1.913, 155). Quedaba como sufragánea de Santiago de Compostela y a esta archidiócesis perteneció hasta el año 1.851, en que fue creada la Provincia Eclesiástica de Valladolid, pasando Ciudad Rodrigo a formar parte de ella.

Si el primero de los problemas fue la disconformidad de Salamanca por la pérdida de poder territorial, el segundo de los mismo llegó con el Concordato de 1.851 que determinó la supresión de la Diócesis, pero ésta no se llevó a efecto. La Sede estuvo vacante durante 24 años, desde 1.843 a 1.867. A partir de este año y hasta 1.884 Ciudad Rodrigo estuvo regida por los obispos de Salamanca en calidad de Administradores Apostólicos, a pesar de la cantidad de cartas dirigidas por el Ayunamiento de Miróbriga a la reina Isabel II (documento en la imagen), Alfonso XII y a la Nunciatura. El año 1.884 se logró que Ciudad Rodrigo tuviera obispo propio, si bien todavía como Administrador Apostólico. Esta situación cambió el 2 de febrero de 1.950, cuando, por Bula del Papa Pío XII, Mons. Jesús Enciso Viana pasó a ser obispo residencial. Y, de esta suerte, tras el año 2002, cuando la sede quedó vacante tras el nombramiento de don Julián López como obispo titular de León hasta nombrar a Raúl Berzosa obispo que lo fue entre 2011 y 2019, desde este último año, hace dos años, los problemas de 1.851 renacen de sus cenizas.

La Diócesis de Ciudad Rodrigo "debe continuar como hasta ahora, como viene siendo desde hace cerca de 900 años, con obispo exclusivo. Si no fuera así, sería un error histórico de unas dimensiones incuestionables", explica el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias. "Nuestra tierra es un barco que hace aguas por la despoblación y la falta de oportunidades. Ninguna institución, sea civil o religiosa, podemos abandonarla. Si nuestras gentes pierden sus instituciones, pierden su voz, y, en definitiva, sus derechos", lamenta. Nuestra Diócesis "no tiene más problemas que otras diócesis. Incluso, presenta datos muy a su favor. La Diócesis de Ciudad Rodrigo está viva y, por ello, debe seguir", finaliza con rotundidad el alcalde de Miróbriga.

Ovejas 'sin pastor' a modo de protesta por los jardines de Ciudad Rodrigo