Los riesgos de poner la lavadora por la noche: exceso de decibelios y multas
Las repercusiones del conocido popularmente como 'tarifazo' eléctrico no cesan. La subida del suministro de la energía eléctrica por parte del Gobierno, que entró en vigor el pasado 1 de junio, está generando todo tipo de reacciones y también situaciones de lo más curiosas. Y todo esto en un contexto marcado por la irritación y el enfado de muchos colectivos, como la organización de consumidores Facua, que está convocando concentraciones de protesta en toda España.
Por ejemplo, miles de ciudadanos, desde que conocieron la espectacular subida de las tarifas el pasado 1 de junio, se han acostumbrado a poner sus lavadoras a partir de las doce de la noche, aprovechando que a esa hora arranca la franja horaria con las tarifas más baratas. Sin embargo, muchos ignoran que pueden encontrarse con una desagradable sorpresa colateral, dado que el ruido que generan las lavadoras, especialmente el programa del centrifugado, suele superar en decibelios a los máximos permitidos por muchos ayuntamientos a través de sus ordenanzas municipales.
Según un informe de la Organización de Consumidores (OCU), el ruido que puede ocasionar el programa de centrifugado de una lavadora oscila en torno a los 58 decibelios y los 49 declibelios durante el programa de lavado. Pues bien, la ordenanza del Ayuntamiento de Salamanca en esta materia colisiona directamente con las aspiraciones de aquellos ciudadanos que quieren ahorrar dinero en su factura de la luz poniendo la lavadora a partir de la medianoche.
De esta forma, la ordenanza municipal del Consistorio salmantino sobre ruidos y vibraciones contempla que el nivel máximo de ruido en pasillos, aseos y cocinas en locales colindantes no podrá superar los 35 decibelios a partir de las 00:00 horas. Si se trata de horario diurno, este tope es un poco más flexible, ya que está fijado en los 40 decibelios. La ordenanza también estipula que el ruido que proceda de una vivienda que se oiga en la calle nunca podrá sobrepasar los 45 decibelios durante la noche y los 55 decibelios durante el día.
En el capítulo de sanciones, la ordenanza fija tres tipos de multas dependendo de si se trata de infracciones leves, graves o muy graves. Las infracciones leves son aquellas que superan los niveles máximos permitidos hasta en cuatro decibelios y se corresponden con multas de hasta 750 euros. Por infracciones graves se entienden aquellas situaciones en las que se sobrepasan los siete decibelios de más y las multas pueden sumar hasta los 1.500 euros. Y las infracciones muy graves se refieren a un exceso de ocho decibelios sobre el máximo permitido. En este caso, la sanción que se puede llevar una persona que tenga una lavadora con un programa de centrifugado muy ruidoso y que la ponga por la noche podría llegar a, nada más y nada menos, que los 3.000 euros.Desde luego, para pensárselo dos veces antes de encender la lavadora en horario nocturno.