Este domingo finaliza la exposición “Fracturas” del artista ceutí afincado en Segovia Carlos León en el centro de arte contemporáneo de Salamanca, una muestra que ha sido comisariada por Fernando Castro Flórez y que ocupa la sala central y las salas 2 y 3.
Explorador incansable de nuevos materiales y soportes sobre los que cimentar las bases físicas de su trabajo, Carlos León ofrece en esta exposición una muestra de su obra más reciente y un resumen de su trayectoria artística.
Entre las más de ochenta piezas que componen la exposición, el espectador podrá ver obra bidimensional; acrílico y óleo sobre distintos soportes como dibond, poliéster, cartón y madera; y obra tridimensional que el artista denomina “ensamblajes”, una suerte de esculturas a partir de objetos encontrados que completan una obra, la de Carlos León, que no cae nunca en lo rutinario ni en la ortodoxia de lo banal.
El título elegido para esta muestra, “Fracturas”, hace referencia al desarrollo de toda su obra, presidida por una voluntad de afrontar la existencia, no ajena al inevitable componente trágico de quien no desconoce el sufrimiento.
Avanzando a base de fracturas, rehaciéndose a base de suturas, la trayectoria del artista constituye un claro ejemplo de esa forma de existir que conlleva un incesante esculpirse a sí mismo. Carlos León escenifica en esta muestra su personal regreso a la fascinación juvenil por un arte concentrado y austero, despojado de toda anécdota o adorno.
Carlos León
Su obra forma parte de colecciones de arte muy importantes, como la del Museo Nacional Reina Sofía, la de la Fundación La Caixa, la del MUSAC, la del Patio Herreriano, la Colección Banco de España, Citibank o de la del Centre of Contemporary Art de Cleveland, entre otros.
Ha recibido el Premio Arte y Mecenazgo de la Fundación La Caixa, en la categoría de artista, en 2016; y el Premio de la Cultura de la Comunidad de Madrid en la modalidad de Artes Plásticas, correspondiente a 2014.
Dos son los grandes temas que protagonizan la mayor parte de sus obras, el paisaje y la carnalidad, y ambos son tratados por él mediante una abstracción de clara voluntad evocadora, cuya fuerza expresiva se halla cimentada tanto en sus propias experiencias vitales como en inmersiones recolectoras en los campos de la filosofía, la literatura y la música.