El nuevo curso universitario está cada vez cerca en el calendario. Por eso, la búsqueda de alojamiento para los estudiantes foráneos que eligen Salamanca para cursar su carrera se convierte en un auténtico reto que deben superar tanto los alumnos como sus familias.
Muchos jóvenes ya tienen aseguradas a estas alturas su plazas en colegios mayores y residencias. Otros también tienen apalabrado e incluso firmado el piso de alquiler compartido donde se alojarán a lo largo de los próximos meses. Pero pocos saben que existen opciones alternativas. Y una de esas opciones alternativas, especialmente desconocida entre la comunidad estudiantil, consiste el programa de alojamientos compartidos, que promueven de forma conjunta la Universidad de Salamanca, el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León.
Este programa, gestionado por el Servicio de Asuntos Sociales de la institución académica, pretende facilitar un curso más el alojamiento de alumnos universitarios en el domicilio de personas mayores, con el encomiable fin de promover la convivencia intergeneracional, ofreciendo una alternativa familiar de alojamiento a los alumnos universitarios y un acompañamiento a las personas mayores que favorezca la permanencia en su entorno, evitando situaciones de soledad y aislamiento.
Ventajas
Los alumnos que quieran optar a este programa de convivencia intergeneracional pueden disfrutar de muchas y gratificantes ventajas, como obtener una experiencia diferente y enriquecedora que no limita su libertad, ni sus estudios ni su diversión, un alojamiento adecuado con espacio propio para un desarrollo adecuado de la actividad académica, el uso de todas las habitaciones y equipamientos de la vivienda que se consideren comunes, momentos de silencio en momentos de estudio o de descanso de ambas partes, respeto ante la intimidad de la persona joven, así como conversar e intercambiar impresiones por parte de la persona mayor con el estudiante sobre asuntos tan dispares como la forma de vestir, los horarios de clase, las vacaciones y hasta los días de los exámenes.
Además, los alumnos podrán recibir visitas, siempre y cuando cumplan lo que han acordado en el contrato previo, además de lograr una disminución de los gastos. La institución académica recalca que el alumno que quiera vivir esta experiencia intergeneracional debe tener en cuenta varias cuestiones, como son las siguientes:
• Para acceder a este tipo de alojamiento se debe acreditar la condición de estudiante de la Universidad de Salamanca.
• Mediación y seguimiento por parte de los profesionales de la Universidad.
• Se realizarán entrevistas previas con el técnico de la Universidad para buscar la persona mayor idónea para la convivencia.
• Se colabora económicamente con la persona mayor para los gastos comunes: luz, agua y calefacción.
• Se comparten momentos a lo largo del día.
• Se respeta la intimidad tanto de la persona mayor como del estudiante.
• Se colabora en las tareas domésticas que deciden entre ambos.
• No hay obligación de compartir la comida.
• Respeto mutuo y diálogo.
Requisitos
El programa contempla una serie de requisitos tanto para las personas mayores como para los estudiantes que quieran participar. Así, en el caso de los mayores se exige ser mayor de 60 años, ser titular o usufructuario de vivienda en Salamanca, Zamora, Ávila o Béjar, es decir, en las ciudades pertenecientes a los campus universitarios de la USAL. Además, ésta debe ofrecer unas mínimas garantías de habitabilidad, higiene y espacios. Además, se requier no ser portador de enfermedades infecto-contagiosas, no presentar presentar ningún tipo de adicción, así como asumir compromisos adoptados de cara al régimen de convivencia y aceptar las condiciones del programa.
En lo que se refiere al estudiante, éste debe cuidar las dependencias de la vivienda (mobiliario, enseres, equipamientos y demás utensilios de la misma), respetar la intimidad de la persona mayor, así como utilizar debidamente los distintos útiles y enseres de la vivienda. En el caso de que la vivienda estuviese dotada de teléfono, el estudiante no podrá hacer uso de él a excepción de la recepción de llamadas. El alumno debe hacer un uso adecuado de la llave de la vivienda y durante las noches debe evitar todo aquello que pueda interrumpir el descanso de la otra persona (ruidos, visitas, reuniones).
Además, el alumno deberá colaborar en tareas como la limpieza y mantenimiento de su habitación, así como colaborar en dependencias que se consideren comunes. Tendrá que hacer compañía a la persona a
mayor, en horario compatible con clases y estudios (especialmente durante las noches). Pernoctará diariamente sin excederse en la hora de llegada. así como acompañará a la persona mayor en situaciones de “urgencia” cuando la familia de ésta no pueda hacerse cargo. Estas urgencias serán valoradas por el técnico del SAS, quien, en último caso, decidirá sobre la conveniencia de la misma. También realizará otros acompañamientos (al médico, a trámites administrativos), compra de medicamentos, pequeñas reparaciones domésticas u otras actividades que ambos acuerden. Finalmente, el alumno deberá aportar, salvo acuerdo en contra, sábanas, toallas, y resto de material de aseo, higiene y limpieza.