"Nueve de cada diez personas necesitarán sangre a lo largo de su vida, y no se puede fabricar"
El presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca, el periodista Fernando Barbero, habla sobre la situación actual y el futuro de la donación
17 octubre, 2021 07:00Noticias relacionadas
Fernando Barbero Palomero es el actual presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca, entidad de la que conoce muy bien la dinámica, al haber ejercido ya de vicepresidente. Barbero es un conocido profesional de los medios de comunicación de Salamanca, concretamente director de Radio Intereconomía, y en su nueva responsabilidad, promete "seguir trabajando por captar la solidaridad de los ciudadanos para que donen sangre, porque donar sangre, es donar vida".
P.- ¿Cómo surge la Hermandad de Donantes de Sangre, y cómo se vincula con Salamanca?
R.- La Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca nació hace más de 50 años. Fue a raíz de un grupo de voluntarios, que tenían sus trabajos, que empezaron a captar donaciones, de lo que se llamaba de brazo, prácticamente cuando hacía falta sangre.
Esto era así y era algo completamente altruista y voluntario. Era gente que no estaba constituida en asociación, en hermandad, ni nada. Era un grupo muy reducido de personas. En función de eso, se fueron organizando distintas colectas, y nació la figura del donante. Era una persona más o menos fiel a la donación. Luego volvía a donar y, sobre la base de eso, surgió la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca. Un grupo de gente, hermanos de sangre, porque donaba su sangre. Desde entonces, las donaciones se hacían de sangre total y, como quien dice, casi de abrazo, porque eran los medios sanitarios que había entonces.
P.- ¿Cuántas personas forman parte de la Hermandad, y cómo se organiza?
R.- Hay que distinguir dos cosas. En la actualidad, la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca está constituida en asociación hace un montón de años, cuando recibió la distinción de utilidad pública. Eso quiere decir que tenemos un fin público. O sea, que hay que proteger esa labor que desarrolla la asociación de utilidad pública. ¿Y eso, a qué nos habilita? Primero, recibir subvenciones de la administración pública, que no son puntuales, si no subvenciones para el mantenimiento. Pero lo más importante, hay que distinguir que la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca está compuesta por los donantes, los hermanos y por la Junta Directiva. La Junta Directiva está formada por 16 personas, que son un presidente, un vicepresidente, un tesorero, un secretario y los demás, que son vocales. Todos los miembros de la Junta directiva son donantes. Luego están los donantes que no forman parte de la dirección, pero que pertenecen a la Hermandad.
En Salamanca, el último carné emitido, aproximadamente, puede hablar del orden del 60.000, pero no hay sesenta mil socios ahora mismo, porque muchos van falleciendo. Hay que tener en cuenta que es una asociación con más de 50 años de vida. Otros se han ido. Puede haber activos, los que han realizado mínimo una donación en los últimos tres años, unas doce mil personas.
En Salamanca, puede haber activos, los que han realizado mínimo una donación en los últimos tres años, unas 12.000 personas
P.- ¿Qué actividades priorizan dentro de la Hermandad?
R.- Tenemos un único fin, que es promocionar la donación altruista y voluntaria de sangre. Según eso, explotamos todas nuestras actividades. Lo primero de todo es inculcar a los más pequeños, que no pueden ser donantes todavía, una persona puede ser donante a partir de los 18 años. Por ello, llamamos a colegios para darles charlas a los de 15, 16 o 17 años, para empezar a inculcarles la importancia de la donación de sangre. Y, aparte de ello, porque los escolares, sobre todo los que son más pequeños, son esponjas que lo asimilan todo, y luego lo sueltan en casa. De tal manera, que a nosotros también nos interesa mucho que ese mensaje luego lo transmitan en sus domicilios, para que los padres también se conciencien. Y, por otra parte, puede ser más una charla en un colegio en el que van niños de 10, 11 y 12 años, donde también acuden los padres, que, al final, es lo que nos interesa.
Luego, las actividades que priorizamos son las que directamente promocionan la donación de sangre altruista y voluntaria. Realizamos charlas en institutos periódicamente, excepto ahora, que hemos hecho un paréntesis en el tiempo de pandemia, pero vamos continuamente a los pueblos de la provincia a entregar medallas y reconocimientos. A los donantes se les incentiva, y sirve de promoción para otras personas que no son donantes. Vamos a un pueblo, por ejemplo a Guijuelo, y llenamos el salón de actos del Centro Cultural. Ahí acuden donantes y no donante y, lógicamente, si logramos que una de las personas que vaya se haga donante, eso hemos ganado. Esas son las actividades que priorizamos. Luego, otro tipo de actividades, para promocionar la sangre. Es el caso de mantener un contacto permanente y estrecho con los medios de comunicación, que no dejan de ser unos aliados perfectos para nosotros, porque transmiten nuestro mensaje a la perfección y manera constante. Finalmente, realizamos campañas promocionales que hacemos también en los medios de comunicación.
P.- ¿Qué fuente de financiación tiene la asociación?
R.- La fuente de financiación que tenemos son todo subvenciones y aportaciones públicas. La razón es muy sencilla. Una asociación de atletismo, por ejemplo, sus socios pagan una cuota. Nuestros socios son los donantes, y la cuota que paga el donante es la donación de sangre. No le puedes pedir una cuota, porque ya suficiente esfuerzo le está pidiendo para que te de parte de su sangre. Pero también hay que mantener la asociación, como tal. Hay una persona trabajando, a la que hay que pagarle un sueldo, hay unas instalaciones que hay que mantener, aunque las tenemos cedidas por parte del Sacyl, en un espacio en el Hospital. Hablamos de la Hermandad, porque hay que diferenciar entre ella y lo que son los los puntos de colecta, que están adscritos al Sistema Sanitario público de Castilla y León.
La Hermandad se nutre solo de subvenciones públicas. Está regulado en una ley regional, aprobada en las Cortes de Castilla y León, en la que las Hermandades de Donantes de Sangre de Castilla y León, junto con la Federación de Donantes de Sangre de Castilla y León, que aglutina a las hermandades de las nueve provincias, recibirán la financiación adecuada para el mantenimiento de su actividad. Nosotros recibimos una subvención mayoritaria de la Junta de Castilla y León, en este caso de la Consejería de Sanidad. Luego recibimos también subvenciones para promocionar la donación de sangre en los distintos territorios en los que actuamos, por ejemplo, para realizar distintas actividades en Salamanca capital, el Ayuntamiento también colabora con nosotros mediante una subvención, la Diputación de Salamanca, con otra subvención para promocionar la donación de sangre en los municipios de la provincia. Además, algún que otro ayuntamiento también colabora, aunque no tiene por qué llevar a cabo una colaboración dineraria. Puede ser de otro tipo, hacer por ejemplo un sorteo y el ayuntamiento comprar una serie de regalos que se sortean, como otras varias actividades.
P.- ¿Cómo periodista, la información es básica para la donación de sangre?
R.- Ns movemos en un mundo globalizado, y esto ya no es como era. Antes, el personal de la Hermandad, para intentar captar donaciones, tenía que ir a los colegios, a las universidades, a los cuarteles o a los centros comerciales. Acudía a los sitios donde había grandes aglomeraciones, por ejemplo, a las grandes empresas, esto ahora ya no es así. Ahora, los medios de comunicación, los que son activos, como los que trabajamos tú y yo, tienen unas personas específicas que son las que se encargan de difundir la información. Luego están los medios de comunicación más pasivos, que son las redes sociales, en las que todos los ciudadanos nos encargamos de difundir una determinada información.
Los medios de comunicación y la información, para nosotros, es crucial. El simple hecho de que nuestra técnica, por la mañana, mande, por ejemplo, un correo electrónico diciendo que nos hace falta sangre para el Centro de Terapia del grupo 0+/- o negativo, moviliza de tal manera a todos los medios de comunicación que, automáticamente, lo están replicando en todos sus soportes y espacios. Observas que automáticamente, en unos minutos después, ya está colgado en algún digital, alguna radio lo da en su informativo matinal, la televisión lo da en el informativo de mediodía. Es tanta la repercusión e importancia que tienen los medios de comunicación, que por eso tenemos una relación tan estrecha.
P.- ¿Cómo ha transcurrido este año 2021 y, concretamente, la influencia que ha tenido la pandemia de COVID-19 en la donación de sangre?
R.- Si algo ha puesto de verdad a prueba a los donantes de sangre, ha sido la pandemia. A principios de marzo de 2020, a raíz de que se decretara el estado de alarma, digámoslo así, toda la sociedad, la economía, todo se empezó a cerrar. Tú sabes que, por ejemplo, las ruedas de prensa dejaron de hacerse presenciales, que, incluso, la semana antes ibas a muchos comercios y ya tenían sus puertas cerradas. Había muchos bares que ya habían limitado el aforo. Por ejemplo, en la administración pública, muchos empleados ya estaban trabajando desde caso. Y lo que más nos afectaba a nosotros correspondía a los hospitales, donde se restringieron las visitas a pacientes.
La situación de pandemia nos obligó a sacar del hospital el punto fijo de donaciones, que tenemos en el Hospital Virgen de la Vega. No era de recibo que una persona que tuviera un familiar muy enfermo, incluso hasta a punto de morir, no pudiera ir a visitarlo al hospital. Y, sin embargo, si pudieras ir a realizar una donación de sangre, lo digo con todo el respeto del mundo, por el riesgo que ello acarreaba. O sea, si no dejan entrar a un familiar, por el riesgo que implica de poder meter el virus con los pies, con las manos, con lo que sea, también lo puede hacer un donante que vaya a donar. Entonces, el punto fijo se cerró en el hospital. Fue cuestión de días, hasta que el Ayuntamiento de Salamanca reaccionó de una manera inmensamente rápida o inmediata. Y nos comunicó que teníamos la Casa de las Asociaciones para que instalásemos el punto fijo.
Y efectivamente, el Centro de Hemoterapia se puso en marcha, y llevó hasta el punto fijo, con la ayuda de una empresa salmantina de mudanzas que se prestó a hacer el traslado de todo el equipamiento del punto fijo de manera desinteresada, en la que su dueño además es donante. Eso facilitó muchísimo las cosas, porque en cosa de días estaba funcionando el punto fijo en la Casa de las Asociaciones. Los días que no estuvo el punto fijo realizando extracciones, el autobús seguía viniendo a la Plaza de los Bandos. Se preparaban unas colas que daban la vuelta a la plaza. No daba abasto el personal sanitario que viene en la unidad móvil. Es que el autobús tiene la infraestructura muy limitada. No es lo mismo que un punto fijo, que hay cuatro o cinco camillas, en el autobús sólo hay dos.
En cuanto se abre el punto fijo, respondió igual de bien o más que el punto fijo Virgen de la Vega. Pese a que ya se había decretado el estado de alarma, ya estábamos todos confinados en casa y la gente, a pesar de ello, iba a donar e iba con cierto miedo, pero iban a donar. De hecho, en el mes de marzo de 2020 se registraron un montón de donaciones, concretamente 1.148. Si lo comparamos con marzo de 2021, que fueron 1.293, la diferencia no es sustancias, en marzo del año pasado estamos encerrados en casa y en marzo de este año, aunque había restricciones, podíamos salir a la calle libremente. Ello demuestra que la gente respondió muchísimo. Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es la capacidad de los donantes para movilizarse, para seguir donando sangre. El que es donante de sangre tiene muy metido en la cabeza que la sangre es muy necesaria, que no se puede fabricar. Y una cosa muy importante. Nueve de cada diez personas necesitarán alguna vez sangre, o algún componente de la sangre, a lo largo de su vida.
Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia, es la capacidad de los donantes para movilizarse, para seguir donando sangre
P.- A raíz de esto, ¿son los salmantinos solidarios?
R.- Muchísimo. Te podría decir que son los más solidarios. Desde que soy presidente, desde el mes de abril, he mantenido contacto con el resto de presidentes y de donantes de Castilla y León, y no me veo capacitado para hacer una distinción de decir son más solidarios los donantes de Valladolid, o de Palencia, o de Soria. Son todos iguales. El que va a donar sangre lo hace siempre que puede. De lo contrario, es porque no puede. No hay una excusa que diga, no tengo ganas de ir a donar sangre. El donante intenta siempre sacar un hueco para ir a donar sangre, y si no puede es porque tiene una razón para no realizar la donación. Te puedo decir que los salmantinos son muy solidarios, pero no puedo ni debo hacer ninguna comparación con el resto de provincias de Castilla y León, porque el donante es donante aquí, en Valladolid, en Soria o en Ávila.
P.- ¿Cuál es la situación real en este momento, en cuanto a necesidades, tanto en Salamanca como en Castilla y León?
R.- Las necesidades, por suerte para todos, están cubiertas. Las necesidades no están provincializadas, porque la sangre en Castilla de la Sangre se gestiona en la región, a través del Servicio Público sanitario de Castilla y León. Lo que sí son, aproximadamente, entre 450 y 500 donaciones diarias, para cubrir el funcionamiento del sistema sanitario en nuestra Comunidad. Necesidades que se cubren con creces. Siempre existen reservas. De hecho, cuando nosotros decimos el grupo tal está en rojo, no quiere decir que no haya sangre. Hay sangre. Lo que pasa es que la reserva ha bajado una determinada raya, y nos gusta tenerla por encima, porque nunca se sabe lo que puede suceder. Por ello, la situación en Castilla y León, en lo que a reservas de sangre se refiere, es buena por los donantes que tenemos en Castilla y León. Son todos estupendos, desde el primero hasta el último. Quinientas donaciones diarias son las que hace falta en toda Castilla y León. Y se cubren.
P.- ¿Qué tipo de sangre se necesita principalmente, en estos días?
R.- Existe un grupo que siempre es muy necesario, es el 0-. Ese grupo, aunque esté en verde, siempre es el que más se necesita. ¿Por qué? Porque es el grupo sanguíneo que le vale a todos los pacientes. Una ambulancia, cuando sale a atender un accidente de tráfico, por ejemplo, siempre lleva unas determinadas unidades de sangre y hemoderivados. Llevan el 0- porque no saben de qué grupo es el paciente o el accidentado que se van a encontrar. La sanidad privada pide lógicamente a los bancos de sangre, que son públicos, unidades de 0-, porque desconocen el grupo sanguíneo de sus pacientes. Toquemos madera, pero imagínate que se derrumba un edificio en un centro comercial, y hay una necesidad de sangre inmediata. Lo que más falta hace es el 0-, porque no sabes que grupo sanguíneo tienen las personas que hay en accidente.
Luego del resto de grupos las necesidades van variando día a día. Ahora, por ejemplo, hacía falta el 0-. Del resto de grupos, unos son necesarios ahora, y dentro de dos horas son otros y mañana son otros. Ahora pueden estar donando doscientas personas en toda Castilla y León. Y cuando se haga el recuento, cambia completamente todo. También se necesita el cero positivo, porque es el grupo sanguíneo predominante, el que tenemos prácticamente la mayoría de personas.
P.- ¿Hacia dónde vamos en las donaciones futuras?
R.-No hay alternativa. Es triste decir que todavía, con la tecnología que tenemos, no hayamos conseguido sintetizar la sangre para fabricarla. Eso tiene una parte negativa, que supone un poco más de manifiesto de nuestro déficit en investigación. Pero por otro, también pone de manifiesto que tenemos un tejido líquido que es único, que no se puede fabricar. Es igual que lo es un dedo, se te corta, te pueden poner un dedo postizo, pero nunca llegará a ser un dedo. Tocas y no sientes. No es lo mismo, pues con la sangre pasa igual. Un ojo tampoco se puede fabricar y, a estas alturas, todavía no hemos logrado fabricar la sangre. Pero bueno, tenemos a los donantes que son la mejor fábrica. En lo que haya seres humanos, va a seguir habiendo donantes de sangre.
Es triste decir que todavía, con la tecnología que tenemos, no hayamos conseguido sintetizar la sangre para fabricarla
P.- ¿Algo más que añadir?
R.- Simplemente pediría a los donantes que cuando vayan a donar sangre pidan y rellenen la ficha de la Hermandad. Desde que cambió la Ley de Protección de Datos, nos empezó a afectar desde el 2020. ¿Qué es lo que ocurre? Que recibimos muy poquitos datos de los donantes. Si queremos seguir reconociendo y felicitando por esa labor tan altruista, tan voluntaria, que tienen los donantes, pedimos que rellenen la ficha de la Hermandad. De esta manera, nosotros podemos saber que esa persona ha donado, es lo único que queremos saber, para poderle felicitar el día de su cumpleaños, darle las gracias cuando lleve quince o veinticinco donaciones. Esos datos nos llegan con muchísima dificultad. Los donantes encontrarán dos fichas, una, que es la propia ficha técnica de la donación, en la que te preguntan si estás bien de salud, si te has puesto algún medicamento en los últimos días y tienes fiebre, si te encuentras bien y si has ido a algún país de riesgo. Y luego está la ficha en la que, simplemente, pones tu nombre y apellidos. Marcas una casilla para decir que has donado y ya está. Y con eso ya nos llega la donación.