El 92 % de los titulados de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha sufrido impactos en su vida profesional durante la pandemia sociosanitaria. Este dato se desprende del estudio elaborado por el Observatorio de Empleabilidad y Empleo de la institución académica, realizado en dos fases, ambas coincidentes con las cuatro primeras olas de la COVID-19.
Ante el escenario provocado por la pandemia de la COVID-19 desde el confinamiento domiciliario, la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) se interesó por los impactos de la pandemia en los procesos de inserción laboral de las personas tituladas en educación superior. Fenómenos como el encierro, la adaptación forzosa al teletrabajo, los ERTE o el cierre de empresas. hacían presagiar un escenario laboral cambiante. Por ello, el Observatorio de Empleabilidad y Empleo de la institución académica diseñó un estudio específico para valorar de qué modo se habían alterado las trayectorias de inserción laboral.
Este estudio se basa en los datos que anualmente ofrece la Encuesta de Inserción y Satisfacción Laboral realizada por la UPSA, a la que en los últimos dos años se han agregado cuestiones coyunturales sobre la pandemia.
Para ello, en julio de 2020 se realizó un primer análisis exploratorio, a partir de 759 testimonios, que sirvió para elaborar una clasificación de los modos en los que los titulados vieron afectada su vida laboral.
Un año después, tras las cuatro primeras oleadas de contagios por la Covid-19, se completó el estudio con otros 408 testimonios, que sirvieron para estimar en qué medida impactó la pandemia y para tipificar los efectos.
Impacto laboral por la COVID-19 en los titulados encuestados
El primer cuestionario realizado en 2020 por el Observatorio de Empleabilidad y Empleo pretendía conocer si la pandemia había afectado a la situación laboral y trayectoria profesional de los titulados universitarios. Tras la primera oleada, un 51 % del total manifestó haber sufrido personalmente algún impacto y un 73 %preveía que podría afectarle profesionalmente a medio plazo.
Un año después (2021), el 92 % de los titulados encuestados había sufrido algún efecto laboral tras las cuatro primeras olas de la pandemia. Tan solo un 8 % de los encuestados pensaba que su vida laboral no había sufrido ningún cambio en particular (Ver gráfico).
Interrupciones, alteraciones y quiebra de expectativas
Desde el Observatorio se clasificaron inicialmente en tres tipos los efectos sufridos durante este período: interrupción de su actividad laboral, alteración de su condición laboral y quiebra de sus proyectos y oportunidades laborales. Finalmente, se añadió una cuarta categoría para incluir los testimonios que consideraban haber mejorado laboralmente (Ver gráfico).
Un 24 % de los titulados en los cuatro últimos años ha visto interrumpida su trayectoria laboral por desempleo sobrevenido o suspensión temporal de empleo. Algunas personas no pudieron renovar su contrato temporal, otras fueron despedidas y un gran número de ellas se vieron afectadas por un ERTE. Testimonios como "estuve tres meses en ERTE y comencé a teletrabajar por cuenta propia" se repiten de forma frecuente entre los encuestados.
Un 39 % no sufrió interrupciones en su situación laboral, pero vio modificadas en gran medida sus condiciones laborales. La necesidad de adaptar su trabajo a la modalidad virtual, la ampliación del horario de las jornadas o los cambios de tareas son algunos de los ejemplos. "Dejé de trabajar en una agencia de eventos de comunicación para dedicarme ahora al sector comercial, a la espera de que la situación mejore", indicaba otra persona. En general, este grupo señala que la sobrecarga de trabajo y el estrés laboral han aumentado exponencialmente durante la pandemia.
Además, el 18 % de titulados asegura que aumentó la incertidumbre, quebrando sus expectativas laborales en gran medida. En este grupo se incluyen las personas que vieron frustradas oportunidades de prácticas profesionales, o contratos laborales comprometidos que no pudieron materializarse a causa de la pandemia. También encontramos aquí a opositores que vieron aplazadas las convocatorias o a emprendedores que vieron menguar su clientela. "Perdí la oportunidad de hacer prácticas en la UCI, lo que habría mejorado mis oportunidades laborales", afirmaba un encuestado del sector sanitario. Desde el sector audiovisual también aseguraban: "He perdido prácticas remuneradas comprometidas previamente y ahora las opciones son peores, con mucho teletrabajo y reducción de presupuestos de los anunciantes".
Mejora de las condiciones laborales durante la pandemia
El Observatorio de Empleabilidad y Empleo de la UPSA ha identificado también los perfiles profesionales que han mejorado sus condiciones laborales durante las cuatro primeras olas. Un 19 % de las personas encuestadas reconoció que sus condiciones laborales habían mejorado en este periodo. Las personas que dicen haber mejorado su situación se concentran en los sectores de la enfermería, con un 69 % del total, la educación Infantil con un 40 % y la psicología, con un 38 %.
Paradójicamente, los perfiles en los que se concentra un mayor porcentaje de titulados que aprecian una mejora laboral se corresponden con profesionales en los que se acusan mayores alteraciones de las condiciones laborales (sobrecarga de trabajo, estrés laboral, etc.). En el sector sanitario, una persona indicaba: "He obtenido una mejora salarial, pero mis condiciones de trabajo han empeorado con más estrés, menos descansos, mayor carga de trabajo y responsabilidad, etc.". En el sector educativo se han encontrado testimonios como el de esta antigua alumna: "He podido empezar a trabajar por primera vez en lo que quiero, aunque solo durante 15 días, ya que era una baja por la COVID-19". Igualmente, la salud mental ha empeorado en muchos profesionales, como indicaba un encuestado del ámbito de la psicología: "He podido ejercer a nivel sanitario y, debido al emprendimiento, he podido mejorar. La pandemia ha empeorado la salud mental de la sociedad y, por ello, hay más demanda".
Motivación del estudio
La crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 provocó numerosos efectos en la estructura social del país e impactó en el ámbito sociolaboral. El Gobierno de España declaró el primer estado de alarma para la gestión de la pandemia, del día 14 de marzo al 21 junio de 2020. Por aquel entonces, la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) de Cáritas Española presentó el Informe 'Distancia Social y Derecho al Cuidado' en el que detectaba importantes impactos en la población en situación de pobreza y en riesgo de exclusión. Además, el Instituto Nacional de Estadística publicó los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), constatando la pérdida de más de un millón de empleos y la suspensión del trabajo de un 20 % de las personas asalariadas mediante Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE).
Este estudio se ha presentado en las IX Jornadas de Observatorios de Empleo Universitario, celebradas en Sevilla la semana pasada, en una ponencia titulada 'Interrupciones, alteraciones, incertidumbres. Efectos, medidas y análisis sociolaborales de la pandemia COVID-19'.