Una tarde casi para olvidar la vivida en La Glorieta en el cierre de la Feria Taurina de Salamanca, en esta edición de 2022, ya sin pandemia, pero con los mismos mimbres, en este día del añorado San Mateo, en cuanto al cartel de caballeros y amazonas. Se podría resumir en que Guillermo Hermoso de Mendoza cortó tres orejas a una corrida de Ángel Sánchez, que si bien manseó de salida, luego cogió celo y dio posibilidades a los rejoneadores. Pablo Hermoso de Mendoza y Lea Vicens pudieron acompañar al joven estellés por la puerta grande, pero no anduvieron finos con los aceros. Y punto, porque existen otras lecturas.
En primer lugar, en los tendidos, durante la lidia del primer toro, cuando Hermoso de Mendoza, padre, descabelló al toro, se escuchó en los tendidos "¡Viva Ventura!". He ahí una importante circunstancia, que por eso de los apoderamientos, las empresas y las manías de las figuras, el caballero portugués, el líder con diferencia, y la gran figura actual, está vetada en esta plaza. Ello, obviamente, va en contra de los aficionados, porque les privan de disfrutar de la máxima figura de este momento, Diego Ventura. Aunque, para eso, nos queda Guijuelo.
En segundo lugar, Pablo padre busca meter en el escalafón al hijo como sea, es su deber y en su derecho está. Solamente tenemos que ver las cuadras, los caballos de uno y de otro, son los mismos... Ello no es óbice para que el padre, una de las máximas figuras del toreo a caballo de todos los tiempos, empuje un poco más en sus faenas, porque puede hacerlo, y no las deja livianas, como se decía por los tendidos, para que triunfe el hijo que, a la postre en Salamanca, fue el único que salió por la Puerta Grande.
En esas estábamos discerniendo en el tendido, cuando el panadero de El Cubo del Vino, un hombre de pueblo con dignidad y orgullo de serlo, con su merienda, la bota de vino, la mujer y el nieto, repartía vino, empanada y dulces por doquier. Nadie se le resistía. Lo cierto es que los dulces, un manjar artesano, endulzaron la soporífera tarde, hasta el sexto, donde se vio un toreo más emotivo, acompasado y en algunos momentos elegante del joven Hermoso, con montura de los excelentes caballos domados por el padre.
La corrida de la pana
Después de toda una celebración de corridas, bailes, visitas al recinto ferial, cabezudos y gigantes, llegamos al 21 de septiembre, como perdido en el calendario, para celebrar San Mateo, conocido antiguamente como la Tornaferia. También se celebra una corrida de toros en La Glorieta, antes de las llamadas 'duras' con hierros que 'asustaban', eran comunes los astados del Cura de Valverde, Barcial, Galache, Gracilianos... y caballeros al toreo de caballo.
Años atrás escuchamos que el día de San Mateo los entendidos taurinos y los señoritos en general regalaban a la servidumbre sus entradas de La Glorieta, acaso porque consideraban que lo ecuestre es de tono menor frente a la corrida de tres diestros a pie y, a buen seguro, porque no querían mezclarse con la chusma del cereal. Qué cosas de antaño! Ahora, ni chusma, ni cereal, ni señoritos, ni servidumbre... Los caballitos, un festejo que al cabo de los años ya no parece tan popular.
De recuerdo es la tarde en que un astado del Cura de Valverde desnudó, literalmente, a Pedro Castillo - el matador que hirió a Corbacho con el estoque por no ponerlo en Algeciras-, y El Fundi se las vió y deseó para que otro Cura de Valverde doblara, ya que con dos estoques clavados, no caía.
Esas tardes memorables e históricas en las que Dámaso Gómez resultó con cuatro costillas rotas el día de su retirada, y que con su inconfundible terno verde botella, quiso salir en el segundo toro con la raza que lo caracterizaba, pero los doctores de entonces, Medina y Ortega, se lo prohibieron. Esa tarde del 21, con el añorado maestro Juan José cortando dos orejas estando muy bien, y Espartaco que al toro 'Albahaca' le cortó un rabo y le dió el espaldarazo definitivo para convertirse en figura del toreo. Cosas de esas tardes en que los Hermanos Peralta, casi asiduos el 21, eran acompañados por los toreros que buscaban la gloria desde La Glorieta.
Era, en palabras de antaño, la conocida 'corrida de la pana', a la que acudían los hombres de los pueblos, que poblaban los tendidos de sol ataviados como todos sabemos, con pantalones de pana, alpargatas y camisa blanca, y si terciaba la boina y que no faltara la bota y el envuelto de jamón y queso. Una jornada que aprovechaban para comprar en los diversos mercados, porque ese día también se celebraba mercado, sobre todo en las cercanías de las cocheras de los coches de línea: San Juan y San Isidro. Se cerraba el comercio por la tarde, continuaba abierto el Recinto Ferial, allá en Pizarrales, y hasta el Bar Melchor, en la zona del Mercado de San Juan, vendía hasta 20 kilos de callos en raciones a los que llegaban del pueblo... Qué tiempos! El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce, ay!
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Glorieta (Salamanca). Sexta de Feria. Dos tercios de entrada. Toros de Sánchez y Sánchez, de buenas hechuras y buen juego en general.
PABLO HERMOSO DE MENDOZA: silencio y silencio.
LEA VICENS: ovación y ovación.
GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA: oreja y dos orejas.
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