Los ganaderos salmantinos cargan contra la Junta de Castilla y León, en una convocatoria realizada boca a boca, ante la obligación de vacunar a unos 370.000 animales por un brote de lengua azul en la comarca.
Más de 200 profesionales protestan ante la Unidad Veterinaria de Ciudad Rodrigo y recogen firmas para entregar a la institución autonómica, pues consideran que el frío ahuyentará al mosquito causante del mal sin necesidad de vacunar, según recoge Ical.
Es que, a su entender, esta vacunación masiva supone tener el ganado estancado cerca de un mes, con todos los trastornos y problemas que ello ocasiona a los ganaderos y a sus explotaciones.
Este problema se extiende a unas 260.000 reses de vacuno, que deberán recibir dos dosis de la vacuna, con unas tres semanas entre la primera y la segunda dosis, y a unas 110.000 cabezas de ovino, que recibirán una dosis.
Por su parte, la Consejería de Agricultura alega que la normativa de vacunación para estos casos tiene alcance estatal, por lo que es obligatorio vacunar cuando se detecte un caso de lengua azul a los animales de explotaciones situadas a 50 kilómetros de distancia.
El delegado territorial de la Junta en Salamanca, Eloy Ruiz, ya explicó ayer a los ganaderos, en una reunión, que la obligación de vacunar viene marcada por las normas estatales en vigor, con carácter nacional.