Javier Iglesias: acomodo para vivir de la política
El actual presidente de la Diputación de Salamanca y exmandatario provincial del PP, de una forma u otra, siempre busca acomodo para perpetuarse en el cargo, como es el caso, ahora, de San Morales
26 abril, 2023 07:00Noticias relacionadas
- Carbayo prescinde de Iglesias en la lista del PP de Salamanca porque desea "mantener el proyecto fresco y vivo"
- La Audiencia Provincial tendrá que decidir sobre "el sospechoso" archivo del caso primarias del PP de Salamanca
- El Ayuntamiento de Salamanca rechaza retirar a Javier Iglesias sus atribuciones como concejal al estar investigado
- Fernando Rubio (PSOE): "El auto del juez deja muy claro que Javier Iglesias hizo trampas en las primarias del PP"
- Rompecabezas político en Salamanca ante los comicios municipales de mayo
- Javier Iglesias sería candidato por San Morales, un pueblo de Salamanca de 337 habitantes
El Boletín Oficial de la Provincia de Salamanca (BOP) corrobora lo que ya publicó este diario, [Javier Iglesias sería candidato por San Morales, un pueblo de Salamanca de 337 habitantes] Sí, Javier Iglesias concurre en las listas municipales de San Morales de número dos, un pueblo de 337 habitantes, o menos, de la circunscripción de Salamanca, donde ha encontrado acomodo. Un acomodo, por cierto, maquinado en Villares de la Reina, según ha podido saber EL ESPAÑOL Noticias Castilla y León.
El caso de Iglesias, junto con Carlos García Sierra- que concurre por otro pueblo, Doñinos de Ledesma- es paradigmático de lo que importa la política y los ciudadanos. Fue diputado y alcalde por Ciudad Rodrigo, y salió presidente de la Diputación. En su segunda legislatura se presentó por Beleña -otro pueblo- para salir concejal, diputado y presidente de la Diputación. No paró ahí la cosa. Su tercera legislatura fue de número cinco en la lista del PP de Salamanca, salió concejal, también diputado y tercer mandato como presidente de la Diputación. Es buscar acomodo para vivir de la política. Y quiere sumar mandatos y seguir.
Javier Iglesias era considerado como un garbanzo negro en el PP de Salamanca al que nadie quería en sus listas. Ningún alcalde aceptaba incluirlo en su candidatura, porque en vez de sumar, restaba por el descrédito que implica su presencia. Ha tenido que ser un alcalde, que se ha fajado de manera importante ante las primarias provinciales del PP a favor del equipo montado por Mañueco, dada su amistad con la familia Martín quienes han tenido que pedirle este ingrato favor de llevarlo en San Morales.
En primer lugar, Carlos García Carbayo no lo quiso en su lista. Clara y llanamente le dijo que "era pasado, que quería mantener el proyecto para el Ayuntamiento de Salamanca fresco y vivo". Por lo que consideraba al actual presidente de la Diputación y su sucesor en la presidencia del PP salmantino como una rémora. [Carbayo prescinde de Iglesias en la lista del PP de Salamanca porque desea "mantener el proyecto fresco y vivo"]
Pero no nos equivoquemos. Carbayo ha intentado lavar su cara/imagen prescindiendo de Javier Iglesias porque no anda sobrado en cuanto a sufragios, no porque estuviera quemado. Es que, si Iglesias es colocado por el clan de Villares en San Morales es con el beneplácito del presidente regional y de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Por lo que esta inclusión en las listas de ese municipio tiene doble lectura. Claramente.
¿Candidato a presidente de la Diputación por cuarta vez?
De sobra es conocido, dentro del Partido Popular salmantino, que Javier Iglesias siempre busca su acomodo, sea donde sea sin el más mínimo pudor, para asegurarse el sueldo, al menos, de presidente de la Diputación de Salamanca. Es su forma y modo de vida. Vivir del erario, es decir, del dinero de todos los ciudadanos. No se le conoce otro oficio.
No seamos incrédulos. Si Iglesias es concejal por San Morales no es por amor al pueblo. De concejal en el Ayuntamiento de este municipio no percibe sueldo alguno y, seguramente, tampoco por asistir a los plenos. Si concurre en las listas municipales es para salir diputado por la comarca de Salamanca. Y, claro, un presidente de la Diputación no se va a quedar como simple diputado en la legislatura siguiente. Es decir, Javier Iglesias cuenta con muchas papeletas para repetir como candidato a la Diputación. Sin importarle la reputación del partido, la de sus compañeros y el daño que puede causar por efectos colaterales.
Vaya papeleta para el actual alcalde y candidato del PP por Salamanca, Carlos García Carbayo, cuando no lo quiere como rémora en sus listas y se lo adjudica a los pueblos. Si ese es el interés por el mundo rural, lo demás queda dicho.
Otra cuestión es el parche por los servicios prestados, al partido y a Fernández Mañueco. Así, sería candidato y, seguramente, presidente de la Diputación, hasta que se convocaran elecciones generales, allá por noviembre, para ser candidato al Senado y dimitir como presidente de La Salina y, de esta forma, dejar el paso libre para David Mingo, o, quién sabe, a algún tapado que se sacaría de la chistera Fernández Mañueco.
Sea como fuere, Javier Iglesias, que durante los últimos meses se ha paseado por todos los eventos, pueblos y ciudades habidos y por haber intentando vender la imagen de ungido a seguir en el palacio de Felipe Espino. Pero bien sabe que no goza del beneplácito de la inmensa mayoría de los alcaldes del PP, no digamos los de otras formaciones. Dicen que dice que Génova le ha asegurado que será candidato a la Diputación de Salamanca, como vendió nada más dimitir, forzado, como presidente del PP provincial. Ese discurso es el que ha ido vendiendo por los pueblos.
No seamos incautos. Ni Génova ni Echagaray, si concurre por San Morales es porque Fernández Mañueco así lo la querido. La trama urdida por el presidente del PP de Castilla y León está aún por descubrir. Ahora todo lo cubre una densa tela de araña, que intenta tapar algunos movimientos, como este de San Morales e Iglesias.
Quedan días para analizar las listas, las purgas, los cortes de cabeza nunca vistos en el PP y, cómo no, también la petición de la Fiscalía respecto a la vulneración de derechos fundamentales de los militantes del PP de Salamanca, que aún no ha terminado.