Presentan en Salamanca dos novedosos proyectos que respaldan la tesis de que la actividad física ayuda a la prevención y tratamiento del cáncer
La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Salamanca y un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario de Salamanca presentan dos proyectos relacionados con el ejercicio físico y pacientes con cáncer
15 enero, 2024 12:30Noticias relacionadas
El ejercicio físico regular se ha asociado con diversos beneficios para la salud, y varios estudios sugieren que también puede tener un impacto positivo en la prevención y manejo del cáncer. La actividad física puede ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y mejorar la calidad de vida de quienes ya han sido diagnosticados. Desde este postulado científico y social, la UPSA, AECC Salamanca y un equipo de sanitarios del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca presentan dos novedosos proyectos sobre ejercicio físico y cáncer.
El primer proyecto lleva por título 'aMÁMAte' y versará sobre el ejercicio físico en pacientes con cáncer de mama. El segundo se centrará en el 'Entrenamiento para la optimización de la condición física de pacientes prequirúrgicos'. Estos proyectos han sido presentados esta mañana en el Salón de Grados de la Pontificia por la vicerrectora de Comunidad Universitaria y Estudiantes, María H. Benavente, que estuvo acompañada por el presidente de la AECC de Salamanca, Ángel Losada; el jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César Rodríguez; el médico anestesiólogo del Hospital Universitario de Salamanca, Mario Vaquero, y la profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD) de la UPSA y responsable del equipo, Gema Barrientos.
El desarrollo del programa dispone de 48 plazas, con 10-12 por semana, y las prácticas serán impartidas en las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPSA que, en palabras de la vicerrectora, la universidad es "un lugar del conocimiento, y debemos trasladar ese conocimiento y sus investigaciones para conseguir una mayor y mejor calidad de vida de los pacientes oncológicos, en este caso".
También, en palabras del presidente de la AECC de Salamanca, Ángel Losada, "no hay interés más desinteresado que el prestado por los voluntarios de la asociación". Y explicó que "en breves fechas se alcanzará un acuerdo con un equipo que está de moda esta semana (Unionistas sin mencionarlo) para potenciar este programa de actividad física en pacientes diagnosticados de cáncer". En cuanto a este programa, Losada dijo que supondrá "15.000 euros" para la AECC, que destinó al Centro de Investigación del Cáncer el pasado año dos millones de euros para investigación.
Evidencia científica
Los diversos especialistas que intervinieron para presentar estos dos proyectos, fueron claros a la hora de admitir que la evidencia científica respalda la idea de que la actividad física regular no solo contribuye a la salud general, sino que también desempeña un papel crucial en la prevención y apoyo al tratamiento del cáncer. Estudios epidemiológicos han revelado asociaciones positivas entre la actividad física y la reducción del riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo el de mama, colon y próstata.
Diversas investigaciones indican que el ejercicio puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar la función inmunológica y regular el peso corporal, todos factores que influyen en la reducción del riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Además, la actividad física puede tener efectos positivos en la regulación hormonal, un componente clave en la prevención de ciertos cánceres hormonales.
Para aquellos que ya han sido diagnosticados con cáncer, la actividad física moderada ha demostrado ser beneficiosa. No solo puede mejorar la calidad de vida al reducir la fatiga y mejorar el estado de ánimo, sino que también puede ayudar a mantener o mejorar la función física durante y después de la terapia. De ahí la importancia de la investigación de estos proyectos presentados en la UPSA.
Como conclusión, la prueba acumulada respalda la inclusión de la actividad física como parte integral de la estrategia de prevención y tratamiento del cáncer. Fomentar estilos de vida activos no solo puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, sino también mejorar la calidad de vida y el bienestar de quienes enfrentan este desafío.