'El primer caso de Unamuno' es la última obra publicada por el escritor zamorano y profesor de la Universidad de Salamanca, Luis García Jambrina, conocido por su serie de 'Manuscritos'. Esta es una obra de ficción, pero su trasfondo es histórico y tiene una base real, que está relacionada con la cuestión agraria y el problema del campo en la España de la Restauración. Una obra que presentará el jueves, 25 de enero, a las 19.30 horas, en la Librería Santos Ochoa, sita en Gran Vía 12 de Salamanca.
García Jambrina ha construido con gran rigor y maestría un personaje memorable: el Unamuno más humano y también más comprometido, en este caso con la cuestión agraria y la situación de los campesinos. El resultado da lugar a uno de los detectives más convincentes y singulares de la historia de la literatura. Todo ello tendrá lugar en una trama que aúna los resortes de la novela detectivesca más clásica y genuina con la novela negra realista y social, y con un estilo lleno de guiños y juegos literarios y una sutil ironía. Al igual que ocurriera con El manuscrito de piedra, El primer caso de Unamuno inicia de forma brillante una serie literaria para los aficionados y no aficionados al género negro.
Por otro lado, los asesinatos que se narran en la novela son inventados, pero el primero de ellos está basado en uno que tuvo lugar en Matilla de los Caños del Río, un pueblo cercano, veinticinco años antes de lo ocurrido en Boada; un asunto del que también habló Unamuno. Ambos hechos es- tán vinculados con la situación económica y so- cial del campo salmantino en ese momento, sobre todo en comarcas como la del Campo Charro o en subcomarcas como la del Campo de Yeltes.
—¿Por qué una novela negra con Unamuno de protagonista?
—Unamuno siempre me ha parecido un per- sonaje fascinante. Yo ya había escrito un relato breve sobre las últimas horas de su vida titulado 'El último café', que aparece recogido en diversos libros y que ha sido traducido a varias lenguas. Y también un ensayo, en colaboración con Manuel Menchón, La doble muerte de Unamuno, donde investigamos, de forma casi detectivesca, su muerte y las oscuras circunstancias que la rodearon. Este tuvo mucha repercusión y suscitó algunos debates. La hipótesis era que Unamuno había sido víctima de un asesinato. En la novela, lo que hago de alguna forma es darle la vuelta al planteamiento y hacer que sea Unamuno el que, por diversas razones, se vea obligado a investigar una serie de crímenes en la Salamanca de 1905.
—Entonces ¿decidió convertirlo en un detective?
—En un detective muy peculiar, concretamente en lo que yo llamo un 'detective andante'. Es alguien que de manera inesperada tiene que lan- zarse a la aventura de investigar unos crímenes, de deshacer entuertos, en definitiva, como hacía don Quijote, que es el personaje literario con el que Unamuno más se identifica y al que más admira. Se trata de un cruce entre detective y caballero an- dante. Hay que tener en cuenta que el comporta- miento de Unamuno siempre fue muy quijotesco, sobre todo en sus luchas contra el poder y en favor de los explotados y oprimidos. Y, como buen caba- llero andante, tendrá su enamorada, que en este caso tiene algo de mujer fatal: una joven anarquis- ta catalana llamada Teresa Maragall, un personaje muy ambiguo, con el que nunca se sabe por dónde puede salir. Al final, ella le dará a don Miguel una importante lección de vida.
—¿Ha sido difícil convertir a Unamuno en personaje literario?
—Por mi trayectoria académica y personal es- toy muy familiarizado con la figura del escritor. No soy en absoluto un especialista en su obra, ni desde luego pretendo serlo, pero conozco bien al- gunos aspectos de su vida. Lo importante es que para mí Unamuno es un referente político, ético, literario y vital. Esto no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que hizo y dijo o escribió, pero sí empatizo mucho con él. He observado que hay muchos estudiosos de su obra que, en realidad, no entienden a don Miguel, incluso parece que les desagrada y, por lo general, son incapaces de empatizar con él. Tienen una visión muy limitada y sesgada de su figura y encima se creen que están en posesión de la verdad. Pretenden ser los guar- dianes de sus supuestas esencias. Mi postura es justamente la contraria. Para mí Unamuno es múltiple y poliédrico, incatalogable e imprevisible, y en eso reside buena parte de su gracia e inte- rés. En mi novela, yo muestro al gran escritor, rec- tor e intelectual, pero también al marido, al padre de familia, al profesor, al enamorado a su pesar, al caminante infatigable, al investigador en pos de la verdad, al rastreador de enigmas... En definitiva, un personaje muy complejo y lleno de paradojas.
Libro: El primer caso de Unamuno
Autor: Luis García Jambrina
Páginas: 288
Precio: 19,90 €
Publicación: 11 de enero