Una treintena de tiendas conforman el campamento en solidaridad con Palestina y contra Israel instalado en el corazón del Campus Miguel de Unamuno de la Universidad de Salamanca, concretamente en la zona verde entre Economía y Derecho. Alrededor de unas cincunta personas, casi todas estudiantes, están dispuestas a pasar las noches a la intemperie, dentro de sus tiendas, desde el miércoles y hasta los próximos días, por una causa que moviliza a universitarios de todo el mundo. Aunque son más de cien las que participan de una forma u otra en las actividades y la asamblea.
Es que la Universidad de Salamanca no pasa desapercibida en este conflicto bélico. La portavoz del movimiento, Aída Maside, -los demás no hablan al acordar la asamblea que todo queda jerarquizado en cuestión de medios de comunicación-, explica a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León que, la USAL "sí mantiene relación económica con Israel, aunque no la tenga en el aspecto académico". Es que, Maside deja claro que estas relaciones económicas "están instaladas en el Parque Científico de la USAL, donde se asienta HP, que es el principal suministrador de inteligencia artificial al Ejército israelita".
Según la explicación de la portavoz, "HP suministraba, ya antes del actual conflicto, al Estado de Israel toda la inteligencia para hacer los controles en las fronteras biométricas, que era uno de los pilares del 'apartheid' que el Estado de Israel venía cometiendo ya". Una causa más para que los estudiantes de Salamanca, toda la comunidad universitaria, como también personas fuera del ámbito estudiantil "hayan decidido sumarse a esta iniciativa", recalca Aída Maside. El motivo, al igual que se ha realizado por otros territorios, "es la única vía efectiva, tanto para mostrar nuestra solidaridad con el pueblo palestino, como sobre todo en señal de protesta y de presión, tanto a las universidades como al Gobierno de España, por las posiciones que están manteniendo en este conflicto", explica la portavoz.
Como si regresara el movimiento del 15M, desde el miércoles se van a suceder las actividades y talleres abiertos a todo aquel que quiera acercarse. Porque, lo que realmente ven es que "no es un conflicto que comenzará el 7 de octubre. Sí que vemos una evidente intensificación, pero no es algo que haya aparecido nuevo. Israel venía cometiendo un 'apartheid' sobre el pueblo palestino desde la creación del Estado de Israel, y ha decidido ir a por todas. Con la ofensiva hacia Rafah, que comenzaba la semana pasada, dejaron claro, si alguien tenía alguna duda, que su intención es la destrucción total del pueblo palestino".
En una mañana fría y casi lluviosa en la ciudad de Salamanca, la afluencia de gente empieza a ser algo mayor conforme pasa el primer madrugón, con muchos alumnos que transitan por la avenida Tomás y Valiente. Jóvenes de ambos sexos acuden para sumarse a las reivindicaciones y denunciar "la pasividad total" de las instituciones, aunque no tienen intención de quedarse a dormir. "No podemos estar de brazos cruzados cuando están asesinando a niños y lo estamos viviendo en directo", denuncian.
La USAL "no mandará a la Policía para desalojar"
El campamento llama la atención al aire libre. Las banderas palestinas ondean atadas con cuidado a algunos árboles y mástiles. También lo hacen algunas de color rojo. Una carpa sirve de centro de intendencia donde se dispone el desayuno. De la Universidad, "de momento, no hemos tenido noticias, ni apoyo, pero lo único que hemos tenido ha sido la comunicación ayer, que no fue directa con nosotros, diciendo que no iban a mandarnos a la Policía para desalojar, qué mínimo. No hemos tenido ninguna respuesta más", explican a este diario.
Preguntamos a la portavoz si detrás de este movimiento no está alguna formación política, tal como se ha insinuado desde alguna formación conservadora. Manises lo deja claro: "Esto está en un principio organizado por distintas organizaciones estudiantiles como el Frente de Estudiantes. Hay otro tipo de organizaciones como Juventud Unida, Anticapitalistas o Juventud Comunista. Pe lo que se ha hecho es crear como un espacio distinto, donde estamos integrados todos y donde la mayor parte de la gente que está aquí no pertenece a ninguna organización".
Aída Maside también da las gracias a todas esas personas "de las que recibimos ayuda. Que dicen bueno, no podemos acampar, pero os traemos mantas y comida, lo cual también se agradece. El momento de mayor número de gente fue el miércoles por la tarde, con la asamblea, pero bueno, igual de media estamos unas cincuenta o 60 personas durante todo el día de continuo".
Es más, y lo manifiestan en sus redes sociales, como también en los pasquines donde exponen sus reivindicaciones y motivos, "cuando decimos que es un espacio seguro, nos referimos a que es un espacio donde hay unas horas determinadas de descanso, donde no se toleran cierto tipo de comportamientos que puedan resultar agresivos, ni machistas ni homófobos".
La acampada en el campus salmantino es una de la media docena que se están llevando a cabo en ocho comunidades autónomas, las de Madrid, la Comunidad Valenciana, Galicia, el País Vasco, Cataluña, Andalucía, Navarra, Aragón, además de la Castilla y León en Salamanca.