Al hilo de las Olimpidas de París que se celebran estos días, conviente recordar la brillante y polifacética historia y vida del salmantino Fabián Vicente del Valle, un polifáctico deportista de Salamanca, que ha sido el único salmantino abanderado de España en unos Juegos Olímpicos. Fue en Londres en las Olimpiadas de 1948. Llegó a ser campeón de España no profesional de boxeo en 1934 y 1935, miembro del COE, presidente de las Federaciones de Boxeo, Yudo y Lucha y exitoso militar, según explica, de manera magistral, el escritor también salmantino Jorge García García, en su obra 'Hércules olímpico. La apasionante vida de Fabián Vicente del Valle'.
Fabián Vicente se sienta en la mesa olímpica de Estiarte, Rafa Nadal, David Cal, Pau Gasol, el rey Felipe VI, Paquito Fernández Ochoa, o la campeona olímpica de vela Támara Echegoyen y el campeón olímpico de piragüismo Marcus Cooper Walz, que lo han sido en las Olimpiadas que se celebran este año de 2024 en París. Son sólo algunos nombres de la selecta lista de deportistas que han tenido el privilegio de portar la bandera de España en la inauguración de unos Juegos.
Fabián Vicente del Valle nació en Salamanca el 28 de octubre de 1912. Se trata, según explica a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, Jorge García, "de un deportista descomunal en todos los aspectos en su talla deportiva, pero también en la física, pues superaba de largo el 1,90, algo inusual en aquella época". Esas dimensiones físicas le permitían una complexión difícil de igualar y "le convertían en un verdadero titán". Pero si apasionante fue su vida deportiva en sus múltiples facetas, también lo fue la personal, donde desarrolló una larga y exitosa carrera como docente y como militar.
La carrera deportiva
Su padre, referente en la ciudad del Tormes donde fue capitán de la Comandancia de la Guardia Civil, dejó un episodio, ha pasado a la historia de la capital, tras subir a los tejados de la Plaza Mayor para sofocar un incendio en los años treinta, recuerda Jorge García. Por eso, su hijo ingresa en la Academia de Guardias Jóvenes para cursar el bachillerato. Realiza dos años de prácticas como Guardia Civil de segunda clase. A su regreso ingresa en la Universidad de Salamanca para licenciarse en Química y, aunque sigue practicando atletismo, empieza a despertarse en él su pasión por el yudo, bajo la dirección de compañeros universitarios japoneses, y por el boxeo.
En 1931, en un gimnasio de la UDS en El Calvario empieza a practicar boxeo con su amigo Guillermo Ruiz -quien luego sería campeón de España del peso wélter-. Comparte con él numerosas veladas en el frontón de San Bernardo y en el Salón Gran Estambul. Sus 198 centímetros de altura y 104 kilos de peso hacen que no encuentre rivales para comenzar a competir en boxeo, y se marcha a Madrid, a la Sociedad Ferroviaria. Debuta como aficionado y arrasa ganando el Campeonato de España y "maravillando por su pegada y por su estampa", explica García. Pronto entra a formar parte de la selección española de boxeo y a combatir con púgiles de otros países, aunque decide no da el paso al profesionalismo para proseguir con sus estudios.
Las Olimpiadas
En 1936, en su mejor momento, se clasifica para los Juegos Olímpicos de Berlín. De hecho, se pensaba en él como uno de los favoritos. También se clasifica para los Juegos Populares de Barcelona, pero la Guerra Civil le impide ir a unos y a otros. Con lo cual se truncó el sueño de ser deportista olímpico.
En 1937, tras una gira con fines recaudatorios junto a Paulino Uzcudun -el gran referente histórico del boxeo español-, se convierte en oficial de aviación. Primero es alférez provisional, para posteriormente convertirse en teniente de carrera tras obtener el título de tripulante de vuelo. Durante los últimos días de la guerra, sirvió en un avión de la famosa Brigada Aérea del Norte.
Tras la guerra se titula como profesor de Educación Física en la Escuela de Gimnasia de Toledo, y luego marcha a Murcia para crear la Academia General del Aire. "Organiza ambas áreas de forma tan extraordinaria que aun hoy siguen vigentes", cuenta Jorge García. Abandona la práctica del boxeo, pero se convierte en vicepresidente de la Federación Española. En 1945 es seleccionador y publica distintos libros sobre técnica pugilística.
En 1948 es elegido para llevar la bandera nacional en los Juegos Olímpicos de Londres, que se celebraron en Wembley. "Su cargo, su buen hacer, su no participación en 1936, su porte y su reconocimiento público lo convirtieron en el candidato ideal. Paseó la bandera ante 80.000 espectadores", explica García García. El Adelanto de Salamanca lo reseñó como "algo histórico".
Al inicio de la década de los 50 retoma su afición por el yudo y asume la presidencia de la nueva delegación nacional de Yudo, haciendo crecer esta disciplina a niveles no alcanzados hasta entonces. Alcanza el cinturón negro y se convierte en profesor, llevando este deporte a colegios y universidades e implantándolo en el Ejército y en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Además, como militar, introduce competiciones deportivas y entrenamientos físicos para los soldados, y empieza a reclutar jóvenes deportistas profesionales y también de otros ámbitos. Palomo Linares, Santillana, Irureta o Tirapu estuvieron a sus órdenes. También hijos de famosos como Matías Prats o Tony Leblanc. Con los piragüistas consigue vencer el descenso del Sella y con los futbolistas consigue el campeonato del mundo militar. Se encarga también de celebrar las competiciones internacionales celebradas en España, como los campeonatos del mundo de atletismo o natación o esquí, según recoge Jorge García en su libro.
Pero su pasión por el deporte es tal que deja la Federación de Yudo y se pone al frente de la Española de Lucha durante tres años, duplicando licencias, contratando a entrenadores y creando nuevas escuelas, aprobando la entrada del kárate y el taekwondo. Toda esta labor hace que Samaranch le abra las puertas del Comité Olímpico Español hasta finales de los años setenta, mientras profesionalmente es jefe de Reclutas de Madrid y director del colegio Loreto.
Toda su labor le permite contar entre sus amistades con gente del más alto nivel de la sociedad y del espectáculo como su paisano Rafael Farina, Santiago Bernabéu o Vicente Calderón. Entre la realeza el rey Juan Carlos y Alfonso de Orleans fueron primero sus alumnos y después sus amigos. Esquiaron muchas veces juntos.
Con la transición su figura se fue diluyendo y también sus venidas a Salamanca. El 10 de septiembre de 1993 fallece en Madrid, finaliza su relato el escritor salmantino y también militar del Ejército del Aire en Matacán.
Jorge García García
Jorge García García (Salamanca, 1981) es un escritor e historiador formado en la Universidad de Salamanca. Además de miembro de las Fuerzas Armadas, es autor de las obras 'El origen del deporte femenino en España' (2015), ensayo avalado por el Consejo Superior de Deportes; 'Damas del Aire' (2017), novela histórica sobre las primeras aviadoras españolas; 'Hércules Olímpico' (2018), biografía respaldada por el Comité Olímpico Español sobre el abanderado Fabián Vicente del Valle; 'Croata', novela negra finalista del Premio Azorín 2019; y 'Mariscador', novela corta galardona en los Premios Ejército del Aire 2021.
'El último de los grises' es la sexta obra del autor, la segunda de ficción con Editorial Amarante, y gracias a los artículos de prensa que publica en Radio Marca y Deporte y Mujer se ha confirmado como una de las plumas más en alza del panorama literario español.