'Amar en tiempos revueltos' y, su sucesora, 'Amar es para siempre' han sido una de las series más longevas de la televisión en España. Nada menos que 18 años en antena y 4.545 episodios, convirtiéndose en la serie con más capítulos de la historia de la pequeña pantalla en nuestro país.

Entre el elenco de personajes, uno de los más especiales ha sido, es y será el abuelo Pelayo. Desde la barra del popular bar de la plaza de los Frutos, 'El Asturiano' se ganó el corazón de los telespectadores con su peculiar retahíla de dichos, refranes y consejos.

Detrás de este entrañable personaje está el actor y director salmantino José Antonio Sayagués, de 72 años, quien encontró la fama a nivel nacional con esta serie, pero también ha dirigido e interpretado más de 25 montajes que ha presentado en Salamanca y otras muchas ciudades españolas, a lo largo de su carrera. 

Fue precisamente su valentía e inquietud interpretativa la que hizo de Pelayo un personaje inolvidable de la serie. Tanto es así que sus refranes han quedado recogidos en un libro de su propia autoría y que ha agotado varias ediciones. EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha querido conocer más de las razones que llevaron a José Antonio a incorporar esta sabiduría popular a los textos de Pelayo y, de paso, conocer cómo ha recibido el honor que le va a otorgar el pueblo de su madre, La Fuente de San Esteban.

Pregunta.- Hace unos meses terminaba 'Amar es para siempre' (antes 'Amar en tiempos revueltos'), la serie a la que ha dedicado 18 años de su carrera y de su vida. Visto ya con distancia, ¿qué sensaciones le quedan de aquello?

Respuesta.- Hay una sensación lógicamente agridulce, pero porque es algo inusual que me ha pasado en la vida. Es algo muy grande. Es una parte de la historia de la televisión. Y, sobre todo, por un personaje que según la gente es también parte de la historia de la televisión. Eso es un regalo de la vida para alguien como yo que quería ser cómico, pero que ni sabía cómo se llamaba eso. Entonces es como haber conseguido lo que quería en la vida. Me lo ha dado todo en el mundo del teatro, de la televisión, de la interpretación y de la dirección. Todo me lo ha dado. Para mí la vida ha sido muy gratificante en ese sentido. Me han causado otros muchos problemas y dolores. 

P.- ¿Cuando empezaron a rodar allá por 2005 se esperaban que se convirtiera en una de las series más longevas de la televisión en España?

R.- No, eso es imposible de pensar. Ni siquiera yo pensaba que el personaje de Pelayo llegara a tanto. Solamente se tenía pensado seis o siete secuencias. Es una sorpresa que me da la vida. 

"Me sigue escribiendo gente de Latinoamérica o los Estados Unidos. Es impresionante"

P.- Pero cuando ven que pasan los años, que continúan en otra cadena, se tuvieron que dar cuenta de que era ya un fenómeno, ¿no?

R.- Sí, se convirtió y se ha convertido en un fenómeno social, no solamente en España, sino también fuera. A mí todavía me sigue escribiendo gente de Latinoamérica o los Estados Unidos. Es impresionante. Porque todavía, de alguna manera, se ve la serie a través de plataformas. Y bueno, todavía sigo teniendo esa sensación de haber pertenecido a una cosa muy grande, porque las cosas cuando las ves a la distancia, las asimilas. Porque son casi veinte años. Es una parte de tu vida. Una parte bastante grande, claro.

P.- Su personaje fue uno de los más queridos, el entrañable abuelo Pelayo. Y mucha 'culpa' de aquello la tuvo usted con sus refranes y sus expresiones tan personales. Tal fue así que llegó a guionizar sus propios textos. ¿Cómo comenzó a hacerlo? ¿Le salió natural?

R.- No, yo creo que fue un poco arriesgado. Cuando llegué allí, me arriesgué a que me pudieran echar de la serie. Yo me dije: "Tengo seis secuencias, bueno, pues si me echan a la sexta, me la juego". Pero tuve la suerte de que los responsables de la serie, no solo ampliaron mis secuencias, sino que me dijeron que tenía que seguir metiendo más frases de las mías. De hecho, yo ya cambiaba los textos. Los guionistas me daban la idea y yo ya las escribía, siempre respetando finalmente la idea general y el eje de lo que teníamos marcado. Pero me satisfacía mucho más. 

P.- Usted es salmantino, ¿ha tomado expresiones y dichos de la tierra en estos años para sus guiones?

R.- Sí, bebí mucho de mi tierra y de la tierra castellana. Jugaba mucho con todo eso porque era muy natural para todos nosotros, pero es difícil para los demás. Por eso llamaba tanto la atención.

P.- Tal fue el éxito que llegó a publicar un libro con los dichos de Pelayo.

R.- Y está agotado. Realmente ha sido un éxito editorial y estoy muy contento porque fueron mis propios compañeros los que me pidieron un libro con todo lo que decía y escribía para los guiones. Aún quedan cosas ahí. De hecho, yo guardé las secuencias porque es donde estaban escritos y a partir de esas secuencias puede escribir el libro.

"El otro día estaba comprando en el supermercado y llegó una señora y me dijo: "Me cago en los peces de colores". Que era una frase que decía Pelayo"

P.- Supongo que sea habitual que por las calles de Salamanca le paren para hablar con usted. ¿Cómo lo lleva? ¿Qué suelen decirle?

R.- Bueno, me paran en todos los sitios. Yo vivo habitualmente en Madrid y me siguen parando. El otro día estaba comprando en el supermercado y llegó una señora y me dijo: "Me cago en los peces de colores". Que era una frase que decía Pelayo. La mujer luego se disculpó, pero yo le dije que no pasaba nada. En fin, que hay 20.000 detalles de gente que te encuentra, que te saluda e incluso los niños, que me reconocen como el abuelo Pelayo. Me ha fagocitado de alguna manera el personaje.

P.- Esto solo ocurre con los grandes personajes.

R.-Sí, evidentemente, es un personaje muy potente. Se ha convertido en un personaje muy potente por los muchos años y por muchas cosas. Y lógicamente vuelve de alguna forma y se me acaba comiendo. Pero bueno, también me ha cambiado la vida y a nivel investigador.

"Yo tenía que investigar constantemente, porque cada día que iba a rodar era nuevo y necesitaba nuevos dichos"

P.- ¿Se metió en el mundo de la investigación a nivel interpretativo o a qué nivel?

R.- El costumbrismo que yo utilizaba no implicaba solamente una manera de decir las cosas, que sería el trabajo del actor. Convertir un personaje en una máscara. Yo tenía que investigar constantemente, porque cada día que iba a rodar era nuevo y necesitaba nuevos dichos, expresiones y formas de expresarme. Entonces eso implica tiempo, investigación, trabajo y dedicación.

P.- Muchas son las muestras de cariño que recibe como la que le va a brindar La Fuente de San Esteban, quien ha decidido nombrarle 'hijo predilecto' del municipio el próximo 14 de agosto. ¿Cómo ha recibido este honor?

R.- Para mí ha sido un honor más grande que si me dan un Oscar o un Goya, porque es el pueblo de mi madre. Es un reconocimiento, pero también es amor y respeto de un lugar muy especial para mí. Afortunadamente, nos han dado muchos premios con la serie, pero este reconocimiento es algo muy querido y muy entrañable para mí.

"Fue gracias al pueblo que descubrí el mundo del teatro, cuando llegaban los artistas con sus carpas e interpretaban obras de Calderón y de Lope de Vega"

P.- ¿Tiene algo preparado para ese día tan especial?

R.- Estoy escribiendo lo que ha significado para mí. Iba cuando era muy pequeño, pero sí que recuerdo una cosa que me encantaba: asustaba mucho a mi familia, sobre todo a una tía, que tuvo la antigua fonda. También hablaré de que me gustaban mucho las tormentas y los truenos, entonces mi tía siempre preguntaba que dónde estaba yo, y le decían "estará en la plaza viendo la tormenta". Me sentía muy feliz ahí. Y contaré que la luz de la interpretación me llegó también allí. Fue gracias al pueblo que descubrí el mundo del teatro, cuando llegaban los artistas con sus carpas e interpretaban obras de Calderón y de Lope de Vega. Me fascinó todo aquello. A partir de ahí fue todo como un abrazo con ese mundo. 

P.- A sus 72 años y tras una extensa carrera televisiva, teatral y en el cine, uno podría pensar que ahora va a descansar. Pero creo que tiene preparados algunos proyectos, ¿no?

R.- No, yo moriré con las botas puestas. Ahora lo que estoy haciendo es disfrutar del verano, pero voy a empezar a dirigir. A la vez, hay otra serie de proyectos que no sé si saldrán. Si los cogeré o no. Porque eso depende de lo que venga. Por lo tanto, vamos a ver porque no se puede abarcar.

P.- ¿Y sobre esa obra de teatro me puede contar algo más?

R.- Solo te puedo decir que es Isabel Hernández, a la que ya le dirigí la obra 'El tiempo inventado'. Es una gran dramaturga y está haciendo una obra que le he pedido y guiándola por el camino que vaya. Pero aún no puedo contar mucho más.