El rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, ha publicado este lunes 'En respuesta para garantizar mis derechos', un informe de 55 páginas para defender su "honor personal" y "prestigio" de la institución académica con el que busca "tomar la iniciativa".
Con el objetivo de defenderse contra las denuncias del Comité de Ética de la Investigación y los investigadores de la Universidad de Granada, según informa la agencia Ical, Corchado pide una "revisión exhaustiva y profunda" de todo el sistema español en vez de utilizarle como "chivo expiatorio".
Para el rector de la USAL es una "campaña que responde más a los intereses ajenos que a salvaguardar el avance de la ciencia" y aclara que los "ataques" que ha recibido vienen siempre de las mismas fuentes, relacionadas entre sí, y que hacen uso de "información privilegiada sacada de contexto".
Pide respeto por el "derecho de autonomía universitaria" e insiste en que ninguna de las actuaciones que se le atribuyen "puede considerarse delictiva". Asimismo, ha incidido en que los "intentos de desprestigio" no afectarán a su labor diaria como rector de la USAL. La institución académica "merece ambición y futuro" para Corchado.
En sus conclusiones, Juan Manuel Corchado cree que está siendo "objeto de una campaña de difamación sistemática impulsada por intereses personales" y no por la existencia de una "verdadera preocupación por la ética científica", según recoge la agencia Ical que ha accedido al documento.
El rector de la USAL admite haber observado un "claro patrón de manipulación mediática" que coincide con los momentos clave de su candidatura y el inicio de su mandato, lo que refuerza su creencia de que todo esto forme parte de una "estrategia bien orquestada para desacreditarme y forzar mi salida".
En su informe ha defendido al Consejo de Gobierno de la USAL por cumplir con la recomendación dada por el CEEI de llevar a cabo una investigación externa e independiente coordinada por Salvador Rus Rufino. Corchaco puntualiza que ha sido víctima de "delitos graves".
Entre ellos el de suplantación de identidad en redes académicas y publicaciones, eliminándose hasta 25 artículos fraudulentamente que incluían su nombre sin haber dado su consentimiento.
Respecto a las acusaciones de supuestas malas prácticas, el rector ha asegurado que ha realizado revisiones de las publicaciones junto a su equipo, detectando errores de edición a la editorial Springer, mientras que ésta decidió eliminar artículos "sin ofrecer explicaciones claras", algo que para él es una "decisión arbitraria".
Igualmente, el rector señala una "relación" entre los periodistas que se han hecho eco de las noticias que ponen en duda su imparcialidad y la Universidad de Granada, además de con el Comité de Ética de la Investigación.
Para el rector, las acusaciones del CEEI le provocan una "situación de indefensión al no haber tenido la posibilidad de contradicción".
Califica al CEEI de actuar como un "órgano instructor" al encargar primero a los investigadores de la Universidad de Granada un informe sobre su actividad científica y "hacer lo mismo después" en la USAL y publicar solo el primero "al no responder" el de su institución académica "a sus propias convicciones".
Define estas actuaciones de "cuestionables" y señala que podrían ir contra el Código Europeo de Conducta para la Integridad en la Investigación.
El informe marca también una "innegable parcialidad" en algunos de los miembros que forman el Comité, aludiendo al presidente, Jordi Camí, cuyos comentarios ha denunciado que han comprometido "gravemente la objetividad que se espera en una institución de esta naturaleza".
Su escrito de defensa, en su último apartado de 22 puntos, se refiere al informe de los investigadores de la Universidad de Granada, sobre el que señala que "presenta graves deficiencias que invalidad como instrumento de evaluación imparcial mi producción científica y de las supuestas malas prácticas".
También subraya la existencia de "numerosas imprecisiones y sesgos" que se basan en una "evaluación parcial y manipulada". Para corchado las acusaciones "no tienen fundamento sólido" porque se sustentan en una "metodología poco objetiva y errores en los datos presentados".
Argumentos que se fundamentan en información de Retraction Watch, una fuente que "cuestiona la fiabilidad de Google Scholar para medir el impacto científico", algo que "contradice la metodología del Comité".
De igual manera, carga contra los autores del informe por presentar un comportamiento parecido respecto a las autocitas en sus publicaciones, "llegando a porcentajes elevados, incluso al 100%".
A esto, suma que las metodologías biométricas "difieren significativamente" de las usadas por instituciones con influencia como la Aneca, algo que invalidaría las presuntas "malas prácticas" y subraya de nuevo el contacto entre los autores y los periodistas "desde mucho antes de la publicación del documento".
Algo que para Corchado contribuyó a la "difusión de acusaciones infundadas" y también a una "posible falta de neutralidad". Identifica "errores" como la "constante confusión entre" distintos "tipos de documentos académicos y artículos científicos", además de que su nuevo perfil público de Google Scholar está incompleto.
Perfil que además "no es legítimo" dado que carece de una dirección de correo electrónico verificada y cuenta con una afiliación desconocida. En cuanto a las cifras de sus publicaciones, señala que "no distingue entre publicaciones científicas y otros documentos no científicos", lo que considera un "error notable".
Los autores del informe de la Universidad de Granada mencionaron también una "hiperproductividad científica", sin considerar factores "esenciales" como el número de proyectos en los que participa o la cantidad de coautores en las publicaciones. Así, detecta también un "error factualmente incorrecto".
Un punto donde el informe le atribuye el cargo de director del AIR Institute en el momento de publicación de las noticias en la prensa, cuando ya había dejado esa posición.
En lo referido a los congresos, Corchado refuta la idea de que los organizados por su equipo están "encubriendo" un megacongreso, y denuncia que el informe "parece confundir intencionadamente la publicación en actas de congresos con la publicación en revistas científicas".
Regresando al campo de las citas, el rector constata en su documento que la colaboración con su equipo es extensa, algo “habitual en cualquier comunidad científica” para justificar que un porcentaje significativo de las citas provienen de su entorno cercano.
Así, califica de "especulación infundada" que su reputación académica provenga de rankings como Google Scholar o Standford, donde se encuentran muchos resúmenes de ponencias que incluyen sus citas y no publicaciones científicas con investigación original.
Por último, aclara que la restitución de documentos en el repositorio Gredos "no contienen investigación origina" y no deben ser sujetos a las mismas normativas de restitución que las verdaderas investigaciones científicas.