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La Audiencia Provincial de Salamanca condena a siete años de prisión a un anciano, de nombre Evaristo y 81 años de edad, por agresión sexual en grado de tentativa a su esposa, enferma de alzhéimer, en una visita a la residencia donde está ingresada la mujer. Además, se le impone libertad vigilada durante ese tiempo.

Los hechos juzgados se remontan al 26 de agosto de 2023, cuando Evaristo acudió a visitar a su esposa Tatiana, a la residencia de Villamayor. Esta mujer se encontraba interna en dicho centro aquejada de un deterioro cognitivo permanente como consecuencia de padecer Alzheimer, que anula su capacidad de autogobierno.

Además, según la sentencia, presentaba, desde el punto de vista cognitivo, la capacidad del lenguaje alterada, así como su memoria y su capacidad de razonamiento. También está desorientada en el espacio y en el tiempo. Esta enfermedad es degenerativa y dio lugar a su incapacitación total 

En la citada fecha y dado que Tatiana presentaba casi imposibilidad de deambulación, el acusado la sacó de la residencia, para dar un paseo, entre las 19:00 y las 19:45 horas, empujando la silla de ruedas de su mujer, hasta llegar a un parque público de Villamayor.

Allí, levantó a su mujer de la silla de ruedas y la sentó en un banco del parque, sentándose su marido a su lado. Estando en esta situación, con ánimo de satisfacer su libido, se desabrochó el pantalón, sacó su pene, tiró de la cabeza de su mujer hacia este e intentó que le realizase una felación, tapándose con la camiseta la zona.

Mientras esto ocurría, la mujer se encontraba con su cuerpo torsionado, apoyado en la pierna del acusado, mientras él le movía la cabeza intentando que le realizara la masturbación.

A Tatiana le llegó a temblar una de sus piernas. No consta que el acusado consiguiera que su mujer abriera la boca, que hubiera experimentado una erección, y la existencia de contacto directo de la boca de doña Tatiana y el miembro del acusado. Este cesó en su acción cuando fue recriminado por dos vecinas de la zona.

Una vecina vio los movimientos de Evaristo desde su casa, de espaldas, y avisó a otra mujer, quien se acercó a recriminar a Evaristo su conducta, y vio cómo se alzaba la camiseta, guardaba el pene, y se subía los pantalones.

Ambas avisaron de lo sucedido a la residencia, que a su vez se puso en contacto con la curadora, que era la hija, quien denunció los hechos y reclama en nombre de su madre.

Como consecuencia de los hechos descritos, se dictó Auto de 30 de agosto de 2023 que se prohibió al procesado acudir a la residencia y permanecer a solas con su mujer durante el tiempo que durase la tramitación de este procedimiento.

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