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La furia de la DANA que golpeó con especial dureza a Valencia, sigue dejando a su paso un rastro de calles anegadas, viviendas destrozadas y una sensación de desolación que ha afectado a toda la sociedad.

En medio de esta catástrofe, los voluntarios de Protección Civil de Santa Marta de Tormes no dudaron en desplazarse desde Salamanca hasta la zona afectada, decididos a prestar apoyo en uno de los momentos más críticos que ha vivido la región valenciana.

El equipo comenzó su intervención el martes, cuando dos enfermeros de Protección Civil de esta agrupación salmantina se trasladaron con un vehículo de apoyo sanitario.

Su misión: ofrecer asistencia médica y responder a emergencias de carácter sanitario, un recurso esencial en una situación donde el acceso a los servicios básicos se vio drásticamente limitado.

Durante tres días, los enfermeros brindaron ayuda a quienes necesitaban cuidados urgentes, entre ellos personas con problemas de movilidad y otros afectados directos de las inundaciones.

La llegada de refuerzos el miércoles permitió ampliar el alcance de las labores. Otro grupo de voluntarios de la localidad del Tormes, se unió a la misión, equipados con un vehículo todoterreno, un furgón de apoyo logístico y un remolque de achique.

Nada más llegar al Puesto de Mando Avanzado (PMA) de Benetússer, se les asignó un primer objetivo: el Hotel Benetússer, cuyas instalaciones habían sufrido graves daños por el agua.

Allí, los voluntarios de Santa Marta iniciaron tareas de achique, encontrándose con el equipo de Protección Civil de Benissa, con quienes establecieron una colaboración clave en los días siguientes.

A lo largo de las siguientes jornadas, la colaboración entre ambos grupos se volvió fundamental. Los desafíos eran constantes: un garaje en el que el agua alcanzaba niveles inusuales, el drenaje de ascensores, y la necesidad de combinar fuerzas para optimizar el uso de sus bombas de extracción.

La situación requería de muchísimo esfuerzo físico, sumado al ingenio y la coordinación entre los equipos de distintas localidades.

Jornadas largas y con dificultades

En medio de una misión en la que cada esfuerzo contaba, los voluntarios de Protección Civil de Santa Marta se enfrentaron a una situación que parecía difícil de entender.

Al intentar alojarse en el Puesto de Mando Avanzado (PMA) de la Junta de Castilla y León, se les comunicó que el espacio estaba reservado exclusivamente para servicios profesionales, sin lugar para ellos, pese a representar también a esta institución que asimismo coordinaba su despliegue.

Fue entonces cuando intervino la dirección del Hotel Benetússer, donde los voluntarios llevaban días achicando agua y realizando tareas de rescate, quien les ofreció alojamiento de forma gratuita. El hotel les proporcionó un lugar de descanso y se aseguró de que tuvieran todos los suministros que requirieran.

Un encuentro inesperado

El domingo, tras días de intensas tareas de rescate, el equipo de Santa Marta se dirigió al Puesto de Mando Avanzado para concluir su tarea.

Allí, mientras recogían su equipo, se produjo un encuentro inesperado: Aitana Ocaña, quien colaboraba en la distribución de alimentos a los equipos de emergencia, se acercó para agradecerles personalmente su labor.

La cantante de San Clemente de Llobregat, conmovida por el esfuerzo de los voluntarios, quiso hacerse una foto con ellos, dejando una imagen que simbolizaba el espíritu de solidaridad y la entrega de quienes están enfrentándose a la catástrofe sin dudar.

Los diez voluntarios ya han regresado a Salamanca tras cumplir su misión, con el orgullo de haber estado allí cuando más se necesitaba.

Una vez más, el coraje de los héroes anónimos de este tipo de agrupaciones nos recuerda que, en los momentos de crisis, la unión y la solidaridad son la verdadera respuesta frente a cualquier catástrofe.

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