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Las obras de ensanche y refuerzo de firme de la carretera DSA-443 entre Boada y Retortillo comenzaron en junio y deberían haber terminado el pasado 23 de septiembre. Son dos meses de retraso y "lo que queda".

Un asunto que a juicio de los vecinos de estos pueblos, así como los muchos usuarios que hacen uso de esta vía provincial, evidencia "la incapacidad de la Diputación de Salamanca de cumplir con los compromisos", denuncian en un comunicado.

En el mismo exigen "explicaciones al diputado de Carreteras y al presidente de la Diputación, Javier Iglesias, sobre el retraso y los motivos por lo que las obras siguen sin completarse, como era el proyecto".

Comienzo de las obras en Boada

Impacto

"Cuantiosos costes económicos, pérdida de tiempo y trastornos emocionales ocasionados, sobre todo, a los vecinos de Retortillo y Boada, así como a los miles de clientes que han visitado el Balneario de Retortillo desde junio hasta el cierre de temporada el pasado 17 de noviembre", reflejan en el comunicado.

"Piense, Javier Iglesias, en las personas de Retortillo, la mayoría mayores, que, para ir al centro de salud, banco, oficina agraria, farmacia, loterías o carnicerías, tienen que realizar 16 kilómetros más en el desplazamiento", explican.

Además, denuncian que desde junio dejó de pasar el autobús de viajeros que unía estos municipios con Salamanca. "Ahora tienes que llamar con antelación si necesitas utilizarlo", argumentan.

Piense, presidente de la Diputación, por un momento en las trabajadoras de Boada" que asistieron diariamente, estos más de cinco meses, que lleva ya la carretera cerrada, a su puesto de trabajo en el Balneario de Retortillo dos veces al día, que suponen 70 kilómetros más diarios para ir y venir en los dos turnos.

Desde muchos años atrás, Boada y Retortillo tenían el mismo médico, pero desde julio el médico que atiende a Boada no va a Retortillo por la de la carretera, denuncian esta nueva problemática.

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