La época de domingos de playa ya ha pasado. Ahora es el turno de los mercadillos. Estos lugares en los que se pueden encontrar todo tipo de artilugios se han convertido en todo un reclamo para aquellos que desean pasar el domingo fuera de casa.
Hay mercadillos de todo tipo. En algunos los principales protagonistas son las antigüedades. Aquellos objetos con tantos años a sus espaldas que para los amantes de la historia se convierten en verdaderas reliquias. En otros mercadillos, el principal atractivo es la ropa clásica, esa que últimamente está tan de moda y que no para de revenderse.
Todos los domingos y festivos del año puedes disfrutar en Salamanca de su rastro semanal. Es un lugar muy pintoresco, donde puedes encontrar de todo y verdaderas gangas. El Rastro de Salamanca tiene horario de 9:00 a 14:00 horas en el recinto al aire libre junto a la Ciudad Deportiva de La Aldehuela.
Es muy entretenido pasear entre sus puestos de ropa, calzado, calcetines y medias, bolsos y cosas antiguas... hay de todo y puedes conseguir cosas a buen precio, hay que saber regatear un poco y listo.
Hay un servicio de autobús los domingos al rastro desde la Gran Vía o bien andando hasta la zona de La Aldehuela unos 20 minutos andando. Además, cuenta con zona de aparcamiento en superficie para dar cabida a cientos de turismos, pero merece la pena un paseo desde la ciudad por las orillas del río Tormes.
A tener en cuenta que en la época de ferias, o sea, del 8 al 21 de septiembre, el Rastro cambia de ubicación para dejar paso a las atracciones de las ferias que se instalan en el mismo lugar. Así, se traslada al barrio de Pizarrales, concretamente a la avenida Martín Gaite, junto al cementerio.
Descripción histórica
El Rastro de Salamanca es una tradición popular de la ciudad que tiene lugar todos los domingos por la mañana. Se celebra en el recinto ferial de La Aldehuela y es un mercado al aire libre donde se venden todo tipo de productos, desde ropa, calzado y accesorios, hasta alimentos, herramientas, artículos de segunda mano, plantas y antigüedades.
La historia del Rastro de Salamanca se remonta a varias décadas atrás, cuando pequeños comerciantes y vendedores ambulantes se reunían para ofrecer sus productos en un solo lugar.
Originalmente, el Rastro no se ubicaba en La Aldehuela; durante muchos años, se organizaba en la avenida de Mirat y otras zonas céntricas de Salamanca, lo que daba al centro de la ciudad un aire bullicioso y animado los fines de semana.
Sin embargo, debido a la expansión de la ciudad y al crecimiento del número de vendedores, en 1993 el Ayuntamiento decidió trasladarlo a La Aldehuela, donde se encuentra en la actualidad. Este cambio ayudó a descongestionar el centro y dio más espacio tanto a comerciantes como a visitantes.
El Rastro es un lugar emblemático, muy querido por los salmantinos y turistas, ya que ofrece una experiencia única para pasear y explorar. Además de las oportunidades para encontrar artículos a precios bajos o descubrir cosas inusuales, es también un espacio de socialización.
Familias y amigos pasean juntos, y muchos aprovechan la ocasión para disfrutar de churros con chocolate o bocadillos, que se venden en los puestos de comida que complementan la oferta del mercado.
Con el tiempo, el Rastro ha mantenido su esencia popular, aunque también ha evolucionado para adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad. Hoy en día, se pueden encontrar productos modernos como tecnología y accesorios de teléfonos, además de los artículos tradicionales.
Sin embargo, sigue conservando ese ambiente peculiar que mezcla el pasado y el presente y que convierte cada visita en una experiencia particular y auténtica.