Pedro Merino Castro en la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca

Pedro Merino Castro en la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca Luis Cotobal

Salamanca

Pedro Merino Castro: liderazgo, humanidad y compromiso en su despedida de Salamanca

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Paseando por las instalaciones de la Comandancia de Salamanca, el ya coronel Pedro Merino Castro se detiene en una placa conmemorativa en honor a su amigo y compañero Pedro Alfonso Casado, fallecido en acto de servicio.

En un espacio cargado de simbolismo, comparte con EL ESPAÑOL de Castilla y León sus pensamientos al despedirse de la provincia que ha sido su hogar y su desafío profesional durante los últimos tres años.

“No vine a dejar un legado, vine a ser un agente más, uno que aportara al equipo con el mismo compromiso que exijo a todos mis compañeros”, explica mientras rememora los hitos de su etapa al frente de la Comandancia.

Merino, recién ascendido a coronel, asume nuevos retos tras liderar un periodo marcado por grandes desafíos.

Desde el impacto de la crisis sanitaria hasta el auge de los ciberdelitos y los problemas derivados de la despoblación rural, ha enfrentado cada situación con un enfoque firme, basado en los valores tradicionales de la Guardia Civil y adaptado a los nuevos tiempos.

La importancia de un liderazgo resiliente

Cuando Merino asumió el cargo en 2022, el contexto no podía ser más singular: restricciones, mascarillas y la incertidumbre propia de una pandemia global.

“Juré el cargo con mascarilla, una imagen que me hubiera gustado evitar, pero que reflejaba los tiempos que vivíamos”, recuerda ahora con una sonrisa.

Sin embargo, la Guardia Civil no podía detenerse. Bajo su mando, la institución en Salamanca retomó poco a poco lo que él llama “la bendita rutina”: festividades como la patrona, desfiles y la presencia constante en los municipios.

“La pandemia nos recordó que, aunque cambien las circunstancias, nuestra misión sigue siendo la misma: proteger y servir”, explica mientras subraya el esfuerzo de los agentes para adaptarse a las nuevas exigencias.

Los retos rurales y la cooperación internacional

Con 362 municipios, muchos de ellos pequeños y dispersos, Salamanca es una de las provincias más rurales de España. Esta dispersión geográfica plantea retos específicos para la Guardia Civil, que debe garantizar la seguridad en zonas donde la cobertura tecnológica y los recursos son limitados.

Pregunta: ¿Considera que la presencia y recursos de la Guardia Civil en Salamanca son suficientes para cubrir las necesidades de la provincia, especialmente en las zonas rurales?

Respuesta: Bueno, en Salamanca y en cualquier sitio nunca es suficiente. Siempre necesitamos algo más, siempre es mejorable. Evidentemente, echando un poco la vista atrás a esos años de mi primer destino en Tenerife, pues claro, el salto ha sido muy exponencial en cuanto a medios, formación, preparación de nuestros guardias...

Pero dicho esto, sí que me gustaría resaltar la necesidad de algo más de implicación, de valentía, si me permites, de algún dirigente político en cuanto a tomar medidas precisamente para paliar lo que llamamos ‘la España vaciada’. Pueblos vacíos, pueblos sin cobertura tecnológica que muchas veces nos facilitan la vida a la hora de prevenir y de investigar el delito. Eso lo echo en falta; el todos a una, digamos.

La ubicación estratégica de Salamanca en la frontera con Portugal también ha sido un elemento clave en su mandato. En operaciones conjuntas con la Guardia Nacional Republicana de Portugal, la Comandancia de Salamanca ha demostrado la eficacia de una colaboración internacional bien estructurada.

Pedro Merino destaca que, más allá de las fronteras, el compromiso y la coordinación de ambos cuerpos han sido fundamentales en casos como la reciente incautación de 600 kilos de cocaína. “Esto refleja cómo la seguridad no tiene límites geográficos cuando se trabaja con un objetivo común: proteger a los ciudadanos”, apunta.

Salamanca es el lugar donde volver para vivir España.

“Es fundamental mantener una comunicación inmediata y directa con nuestros homólogos portugueses. Eventos como el Carnaval del Toro en Ciudad Rodrigo no serían lo mismo sin su apoyo”, comenta, dejando claro que la seguridad trasciende fronteras. 

La humanidad detrás del uniforme

El coronel no oculta que los momentos más difíciles de su carrera han sido aquellos en los que tuvo que comunicar malas noticias. “Es lo más duro, sin duda. Informar a una familia de un fallecimiento o una desaparición marca a cualquiera”, admite.

El coronel Pedro Merino Castro durante el pasado acto en honor a la Virgen del Pilar

El coronel Pedro Merino Castro durante el pasado acto en honor a la Virgen del Pilar Luis Cotobal

“Siempre digo que somos una mezcla de sacerdotes, psicólogos, militares y policías. Nuestro trabajo muchas veces va más allá de la seguridad; ayudamos en conflictos de convivencia que no tienen nada que ver con delitos”, reflexiona. Esta dimensión humana es, para él, uno de los pilares que hace única a la institución.

P: ¿Qué consejo le daría a su sucesor en la Comandancia, el teniente coronel Arturo Marcos Sánchez, para afrontar los retos que esta provincia plantea?

R: He podido hablar con él largo y tendido estos días y prácticamente le he trasladado la premisa que más me ha acompañado: ser un Guardia Civil más en la Comandancia.

No pretender ser ni el que más conocimientos tiene, porque estamos constantemente aprendiendo, ni ser el que está siempre al pie del cañón, no podemos estar en todos sitios a la vez, pero sí ser un agente más.

La despedida de un líder cercano

En su mensaje final, el coronel Merino agradece a los salmantinos la acogida y el respeto recibido durante su etapa en la provincia.

“Gracias por permitirme servir a esta provincia con dedicación y responsabilidad. He trabajado con empeño para resolver lo que estaba en mi mano, siempre pensando en proteger a las personas que forman parte de esta tierra”, afirma notablemente emocionado.

Al preguntarle qué echará más de menos, no duda: “El contacto humano. Hablar con los ciudadanos, escuchar a los agentes en cada rincón de la provincia, estar en la calle. Esa conexión es lo que da sentido a todo nuestro trabajo”.

De este modo, Pedro Merino Castro concluye su etapa en Salamanca, una provincia que ha sabido valorar su dedicación y liderazgo. Su paso por la Comandancia deja un equipo más sólido, sumado al ejemplo de un servicio basado en la cercanía y el compromiso con los valores que definen a la Guardia Civil.