El Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, gracias al patrocinio de la Diputación de Segovia, presenta la exposición Al color del fuego, una conversación plástica y conceptual entre la obra de Christian Hugo Martín y Esteban Vicente. Dos personalidades artísticas muy diferentes e independientes “conectados” por sentir y respirar la pintura.
Vicente se formó como escultor, dominó el volumen y el sentido plástico del espacio y de los planos. Abandonó la escultura en favor de la pintura por una ferviente llamada del color: el color es la luz, es la vida, decía. Tuvo que partir de cero en el aprendizaje de la técnica del óleo, probó una y otra vez hasta encontrar lo que buscaba.
Christian Hugo, es un artista autodidacta que vive, disfruta, sufre y siente la pintura. Prima la libertad en el hecho creador, que traspasa el cuadro e invita al espectador a descubrir libremente qué hay tras la obra sin imponer explícitamente respuestas.
La proyección Vestirnos con cortezas de mar, 2015-2020, de Christian Hugo, en la sala 1, invita a reflexionar sobre la transitoriedad de la vida, el cambio constante y el eterno retorno. El mar evoca nuestros sentimientos, emociones y vivencias. Nos lleva a un lugar para la nostalgia y el recuerdo, nos habla del principio de todo, el mar como origen de la vida, como evocación de los primeros meses en el que el ser humano crece flotando en el líquido amniótico. A Christian Hugo le interesa la formación primigenia de la vida.
Al color del fuego dedica un espacio a mostrar lo que ha sucedido antes de la creación de la obra final: dibujos, papeles quemados en proceso, paletas con pruebas de color, fotografías de espacios donde ha trabajado el artista y un vídeo procesual, prácticas y ensayos creativos que, en definitiva, son la esencia de su creatividad artística.
Una secuencia de collages con papeles quemados, marcan el punto de partida del diálogo plástico entre Vicente y Martín que se puede contemplar en las salas 4, 5 y pasillos del Museo.
La observación de la naturaleza y un diálogo con ella
La observación de la naturaleza y un diálogo íntimo con ella, son la principal fuente de inspiración de Christian. Recrea en cada obra su particular jardín, el soporte es el terreno en el que plantar semillas, trasunto de emociones, sensaciones, estímulos, signos y símbolos, que se someten a la acción del fuego. Gasolina, trementina y disolventes inician la combustión, el cuerpo a cuerpo con la obra comienza, es un proceso improvisado, el artista no sabe qué va a ocurrir, qué formas se van a salvar, y qué colores, texturas, trazos o huellas van a surgir. Agua, tierra, fuego, aire, intervienen en la acción. Toda la naturaleza en favor de la creación. El artista se convierte en un maestro, supremo artesano, un Demiurgo, según la filosofía gnóstica. Tras el caos (khaos), el artista invoca al orden (kosmos). Restaura las piezas y las organiza partiendo de su propia percepción de la realidad: orden, armonía y belleza articulan la obra.
Paisajes precisos de recuerdos
Esteban nos muestra formas soñadas de paisajes precisos de su recuerdo: Castilla, Nueva York o su jardín de Bridgehampton. Su pintura es la unión de meditaciones líricas interiores. La pintura de ambos artistas es evolutiva. Existe una diferencia importante en cuanto a la técnica. Frente al cuerpo a cuerpo con la obra de Christian Hugo, desde el año 1965, Esteban Vicente utiliza un compresor y pintura de spray para pulverizar el color. Hay una distancia, buscada, entre artista y soporte. Así consiguió saturar el color sin el brochazo y aportar luminosidad a sus obras. Es esta luz, emanada de las obras de Vicente, la que ha inspirado a Christian en alguna de las piezas realizadas para la exposición. Diptych: Untitled, 1987 de Esteban y Yellow, 2021, de Christian, establecen un extraordinario diálogo de estructura, forma y color.
Dibujos de finales de los 80 de Vicente y papeles del año 2004 de Hugo Martín nos muestran formas orgánicas que flotan levemente sobre la superficie, ágil y melodiosamente. De factura limpia, delicada, y tranquila, atrapan al espectador en una secuencia lenta y detenida.
Espuma; CortezaI y II, 2021, tres potentes pinturas al óleo de Christian Hugo, concentran el gesto pictórico en la intensidad de la pincelada, mostrando una manipulación material del pigmento. Formas entrelazadas, referencias al mundo acuático y vegetal en la primera, frente a una secuencia de verticales, entre lo bidimensional y lo tridimensional, entre lo visual y lo táctil, entre lo saturado y lo leve en las dos últimas, nos sitúan ante composiciones de absoluto equilibrio formal, armonía y contención.
Ana Doldán de Cáceres
Directora del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y Comisaria de la exposición