Patricia Martín / ICAL
La historiadora del arte Lucina Llorente, segoviana, nacida en San Pedro de Gaíllos, lleva dos décadas al frente de la sección del Estudio de los Tejidos en el Museo del Traje de Madrid y acaba de ver cumplido uno de sus sueños más apasionantes, ver reunida en una misma exposición, con más de 320 piezas, todo el universo granadino y veneciano del genio Mariano Fortuny y Madrazo, que se definía a sí mismo como “un pintor enamorado de la electricidad”. La muestra se encuentra hasta el 27 de marzo en el Centro Cultural CajaGranada. En mayo, estará en el Museo del Traje de Madrid.
Lucina Llorente está muy orgullosa de sus raíces segovianas, de su pueblo, San Pedro de Gaíllos, famoso por acoge el Museo del Paloteo. “A los seis años recién cumplidos nos trasladamos a Segovia capital”, recuerda, donde estudió los tres primeros años de la carrera de Historia del Arte en el Colegio Universitario ‘Domingo de Soto’ y cuarto y quinto en Madrid. Después estudio el Master de Museología y Antigüedades. “Acabé trabajando en el Museo del Traje de Madrid. Soy la responsable del Estudio de Tejidos de toda la colección del museo. Las colecciones se dividen en popular, histórico, contemporáneo, tejido plano y soy la responsable del estudio de todos los tejidos, incluida la propia colección de Fortuny”, resume.
Antes de este apasionante trabajo y su vínculo con el genio granadino, Lucina Llorente, justo al acabar la carrera, también fue profesora de los alumnos norteamericanos que llegaban de la Universidad de Ohio, a los que deba clase en la calle para que fueran conscientes de que en una sola ciudad lo tenían todo, romano, románico, gótico, visigodo, etc. Todavía conserva mucho contacto con la ciudad de Segovia, con antiguos compañeros de la carrera y también con algunos de los que fueron sus profesores como Antonio Ruiz Hernando.
La exposición que faltaba por hacer
Se siente inmensamente feliz por haber podido participar tan de cerca en la primera exposición antológica que la ciudad de Granada dedica a su artista universal Mariano Fortuny y Madrazo. “Me invitaron a Granada hace unos años a dar una charla sobre Fortuny y me dijeron si quería colaborar como comisaria en la exposición”, recuerda. Una invitación que también aceptó la conservadora del Museo Fortuny de Venecia, Cristina Da Roit. Una unión, de la que ha surgido una bonita amistad, con motivo del 150 aniversario del nacimiento del 150 aniversario del genial artista.
“Ha resultado una exposición maravillosa”, asegura, organizada por los Amigos del Universo Fortuny de Granada, con María del Mar Villafranca a la cabeza, que han hecho un esfuerzo tremendo porque hay más de 320 piezas y por ser la exposición sobre Fortuny que faltaba por hacer. “Participé en la exposición sobre Inspiraciones de 2010, en Madrid, en el Museo del Traje pero era centrada en textil”, pero ahora, les ha hecho mucha ilusión poder traer lo de Venecia, que es lo que a ellos les falta, toda la parte de preparación.
Da Roit y Llorente comparten que es una exposición donde no solo se ve la obra final de Fortuny, sino que se todo el proceso creativo, en el que él artista diseña hasta las máquinas con las que hay que estampar. “Lo bonito es ver cómo este genio es capaz de suplir con sus propios inventos todo lo que no estaba inventado todavía para trabajar en el campo de la estampación y de la moda”, subraya.
Fortuny Madrazo se había formado como pintor, igual que su padre, su abuelo y sus tíos, pero él era “un pintor enamorado de la electricidad”. Fue testigo del momento histórico, en el que se incorporó la electricidad a la vida cotidiana. “Le pareció tan fascinante que se dedicó a estudiar la luz con todo lo que había salido nuevo en pintura, en textil, en escenografía, … Diseñó una cúpula de sonido para el teatro, el sistema de telones que se utiliza hoy en día, con las poleas y todos los anclajes, las luces indirectas”, detalla la historiadora del Arte.
Cerca de 200 patentes recogidas y puede hacer más. Para Lucina Llorente, supo ver que era el final del viejo mundo y el comienzo de un mundo nuevo y supo hacerlo suyo. “No vivió del pasado pictórico sino que se incorporó, con todo su conocimiento del pasado, a la vida moderna”, remarca. Una exposición con pintura de Cataluña, del Prado, de la Colección de Lázaro Galdeano, de artes decorativas, Sorolla, de la Alhambra, del Museo Arqueológico de Granada para entender cómo pensaba y cómo fue capaz de hacer algo totalmente moderno.
Piezas extraordinarias
La propia Lucina Llorente destaca que Fortuny y Madrazo que su gran capacidad creadora perpetúa su vigencia por: su nacimiento en Granada, la ciudad más árabe de Occidente y tierra a la que siempre amó, al extremo de utilizar el dibujo de una granada como pictograma de su firma; sus influencias familiares, caracterizadas por su raigambre intelectual y universal; su formación artística en París, participando de las nuevas tendencias artísticas; su residencia en Venecia, mestiza entre las urbes europeas, y sus frecuentes viajes hasta el lejano Oriente, siempre inspiradores, como “un renacido Marco Polo”.
La muestra dedicada a este artista granadino universal reúne más de 300 obras, entre pinturas, dibujos, acuarelas, grabados, vestuario, telas, fotografías, diseños escenográficos, diseños de objetos, diseños textiles, diseños gráficos, patentes de inventos registrados y filmaciones que ofrecen un amplio panorama del carácter multidisciplinar de un creador que es a la vez artista, diseñador, ingeniero, inventor y empresario, que busca inspiración a través de la interpretación de modelos históricos actualizados procedentes de las obras que coleccionó y de los viajes que realizó así como de sus propias investigaciones en el campo de las técnicas de estampación textil.
Según explicaron los responsables de esta gran exposición, a diferencia de las muestras habituales dedicadas a otros diseñadores, la de Fortuny se ha concebido “bajo un planteamiento fundamentalmente didáctico”, ya que sólo se puede “entender la obra de este maestro si la interpretamos a partir de su formación multidisciplinar como pintor y como ingeniero, de la búsqueda de inspiración en sus colecciones y viajes por el mundo, y de sus propias investigaciones en el campo de las técnicas de estampación”.
Entre las piezas de diseño más sobresalientes destaca parte del vestuario que Orson Welles utilizó durante el rodaje de ‘Othello’; dos delphos que lució la mujer de Charles Chaplin o una camisa que Sorolla regaló a su mujer, Clotilde, entre otras prendas icónicas, como un chal knosos o una caja original donde se entregaban los vestidos. Además, por primera vez, se expondrá al público el álbum dedicado a la escenografía de ‘La vida breve’ que Manuel de Falla estrenó en la Scala de Milán, así como material audiovisual inédito que Fortuny y Madrazo grabó en vida.