El cuarto encierro de las fiestas de la villa de Cuéllar resultó muy complicado desde el mismo momento de la suelta de los toros de Lora Sangrán de los corrales del Cega. Uno de los astados se encaminó hacia las personas que se sitúan en el flanco izquierdo de esta salida de corrales pero "afortunadamente no ha habido ningún herido", remarcó el alcalde Carlos Fraile. El animal tuvo que ser anestesiado, al igual que otro ejemplar que ya en el tramo urbano se quedó rezagado a la altura de la discoteca Estival. Un encierro con varios momentos de tensión, sin heridos por asta de toro, según informa Ical.
Situación muy complicada en la suelta, con ese astado que se dirigió directamente al público que se tuvo que refugiar entre los vehículos. Un ejemplar de Lora Sangrán que rompía el encierro al abandonar la compañía de sus hermanos y los cabestros. El resto de la manada hizo el recorrido por los pinares dividido en dos grupos. Una vez reagrupados, un poco antes del paso de máquinas, los astados volvieron a protagonizar momentos de mucho peligro con las personas que se encontraba en esta parte del recorrido.
El alcalde explicó que, antes de llegar la paso de la autovía, querían haber aguantado un poco más a la manada pero no fue posible, ya que uno de los toros hizo amago de arrancarse contra los caballos. Igualmente en el último tramo fue muy complicado sujetarles porque "dos de las reses iban adelantadas con mucha fuerza y arrancándose contra los caballos", detalló Fraile. Se tomó la decisión de lanzar la bajada por el Embudo y comenzar el tramo urbano. En este punto, también uno Complicaciones en el recorrido por los pinares, en la bajada del 'El Embudo' y también por las calles de la villa, con un recorrido urbano con la manada disgregada lo que obligó a los corredores a emplearse a fondo, realizando un importantísimo trabajo para conducir las reses hasta el coso, con la colaboración de los pastores.
El alcalde señaló que hubo que lamentar que el quinto astado tuviera que ser sedado y trasladado en camión hasta los corrales del coso por quedarse a la altura de la discoteca Estival. Un cuarto encierro sumamente complicado pero en el que no hubo que lamentar heridos por asta de toro.