Adrados, el pueblo en el que las hermanas Pombo han encontrado su refugio particular

Hace tiempo que las hermanas Pombo están consideradas como tres de las influencers más destacadas del panorama nacional. La primera en darse a conocer a través de las redes sociales fue María y, a través de ella, poco a poco sus hermanas, Marta y Lucía, han conseguido hacerse su hueco en el universo 2.0.

Hoy son miles las personas que siguen su cuenta de Instagram. Gracias a esta, además de conocer sus gustos, aficiones y trucos de moda, belleza y lifestyle, pueden ser testigos de sus rutinas diarias y también de los viajes de los que les gusta disfrutar en su tiempo libre. El más repetido, sin duda, es el que hacen muchos fines de semana, puentes y vacaciones al pueblo segoviano que ha visto crecer a las tres hermanas y que tanto ellas como sus padres parecen haber convertido en su refugio particular.

La casa de la familia Pombo en Adrados, Segovia @mariapombo Instagram

Allí ha sido donde han vivido algunos de los momentos más felices de su infancia, de su adolescencia y también de su madurez. Es más, fue el lugar donde Lucía celebró su preboda con Álvaro López Huerta, y también el escenario que María ha elegido recientemente para desvelar a sus familiares, amigos y seguidores el sexo del bebé que está esperando junto a su marido, Pablo Castellano. Una niña a la que han decidido llamar Vega y que será el segundo hijo del matrimonio. 

El pueblo en cuestión obedece a Adrados, donde la familia posee una casa de aspecto rural situada en una calle tranquila, tal y como se ha podido apreciar en las redes sociales de las influencers.

Marta Pombo en Adrados @mpombor Instagram

Esta localidad ubicada al norte de Segovia pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. Está habitada por no más de 120 personas y rodeada de pinares. Destaca por su pasado agrícola, ya que antes casi todos sus habitantes se dedicaban a la producción de trigo, cebada, centeno, patatas, legumbres y, también al vino. Los vinos de Adrados fueron muy famosos. Sin embargo, hoy son pocos los viñedos que quedan por la zona.

El pueblo también alberga varias construcciones con mucha historia que parecen haberse convertido en sus señas de identidad. Estas son la iglesia parroquial de Natividad de Nuestra Señora, las ruinas de la ermita de San Benito, de la que solo queda parte de sus bóvedas, la ermita de San Roque y dos lavaderos, el de Prado Moyales y de Los Chorretones. También son dignas de ver su olma centenaria y la Cilla, que actualmente se utiliza como salón de baile.

Sus fiestas se celebran el 15 de mayo (San Isidro), el 15 y 16 de agosto (Nuestra Señora de la Asunción y San Roque) y el primer fin de semana de septiembre (Natividad de la Virgen), mientras que su día grande está fijado el 8 de ese mismo mes.