Los pastores, ese oficio que durante muchos años ha servido para dar de comer, están en peligro de extinción. Y con él, nuestro pasado, presente y futuro. Son demasiadas piedras en el camino las que están encontrando para poder sobrevivir. Y los que peor lo están pasando son los pastores que realizan la trashumancia. Ya quedan muy pocos, pero todo hace indicar que están en peligro de extinción.
Uno de ellos es Eduardo del Rincón, residente en Tierras Altas en Soria, concretamente en Los Campos (Las Aldehuelas), y de 66 años, que está viviendo sus peores momentos en este oficio que heredó de su familia. Como suele ser habitual en este oficio, hace unos meses, en febrero, comenzó a hacer la ruta trashumante con sus ovejas merinas y llegó hasta tierras de Ciudad Real. Sin embargo, este año todo ha cambiado por una circunstancia que se le antoja “fuera de la razón, que no tiene lógica” porque están sin poder mover su ganado por un brote de viruela.
En estos momentos su rebaño se encuentra inmovilizado en Brazatortas (Ciudad Real) porque una norma de la Junta de Castilla y La Mancha le impide continuar con su ruta trashumante y regresar a Soria. Un brote de viruela que se ha dado en Cuenca hace unos meses ha provocado que se impida el movimiento entre zonas por lo que ahora mismo se ve en una encrucijada atado de pies y manos y permaneciendo en una finca alquilada. No puede pagar más pienso, dice que paga entre 6.000 euros al mes, y su única forma de subsistencia es la de “mal vender” los corderos “a lo que me quieran pagar”, denuncia a El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
“Estoy en la ruina, mi familia lo está pasando muy mal, llorando todo el día y aquí nadie da soluciones de una cosa que está pasando a 200 kilómetros”, critica desesperado. Este brote de viruela ovina ha dejado a unas 15.000 cabezas de ganado trashumante atrapadas en esta zona, ya que el soriano no es el único, la administración de Castilla La Mancha se escuda en que es una enfermedad muy contagiosa y letal para los animales y son varias comunidades a las que afecta. “¿Y qué hacemos?”, se pregunta. “Pues que me dejen volver con mis ovejas”, lamenta ya que se encuentra en una finca donde su alquiler finaliza el próximo 10 de junio. “¿Dónde voy?”, se lamenta. Y critica que si no les dejan salir “pues que alimenten a los animales, que hasta los delincuentes están en mejor situación”.
Esta situación desesperada ha provocado que Del Rincón haya decidido tirar la toalla, aunque su hijo iba a heredar el oficio, ahora se niega. La cuenta atrás ha comenzado y el ganadero soriano se da de plazo diez días para encontrar una solución porque exclama que se encuentra en la ruina. “Que me dejen volver a mi tierra” y recuerda que las ovejas son como las aves, “tienen que emigrar”. Y es que al encontrarse encajonado en esta zona, las ovejas, más de mil, tampoco están pudiendo moverse y alimentándose como deben. La sequía también está haciendo estragos en el ganado y denuncia que se encuentran “famélicas” y “desubicadas” porque tanto tiempo ahí provoca falta de climatización. ¿Dónde están los protectores de animales ahora?, critica.
Rincón está desesperado y ve en toda esta situación “intereses creados”. “Nos están arruinando, están acabando con los ganaderos y con el campo”, zanja.