isaac barrientos opinion articulo valladolid 1

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Valladolid

Los hombres que sí amaban a las mujeres

22 octubre, 2017 13:16

Se habla mucho últimamente de mayorías silenciosas, de no poder conocer el pensamiento y posicionamiento de los millones de personas que no participan, por ejemplo, en una manifestación, y de la representatividad que esa incertidumbre resta a la convocatoria en la calle.

Pero hay causas donde la mayoría silenciosa debe desaparecer, donde el silencio es una parte cómplice que nos encausa a todos como sociedad. Ocurre así con la violencia machista, una lacra que asola nuestra sociedad ante una pasividad muchas veces indignante.

No pretendo alcanzar la solución para terminar con la violencia de género en un puñado de párrafos. Falta de recursos para los juzgados específicos, mayor protección, dotación presupuestaria suficiente, concienciación a todos los niveles sociales… De todas las deficiencias existentes, hay una que me resulta estremecedora: el silencio.

Para romper ese silencio nacen las Ruedas de Hombres contra la violencia machista, que se desarrollan por todo el país desde hace varios años y que en los últimos días se han extendido a varios puntos de la provincia. Decenas de personas participaron en cada concentración; meritorio pero insuficiente.

Si son los hombres los que matan a las mujeres, a sus parejas o exparejas en la mayor parte de los crímenes, debemos ser también los hombres los primeros en dar un paso al frente, en mostrar un rechazo contundente ante un problema de tal magnitud que debería tener la consideración de terrorismo, para que esa sonoridad nos despierte del letargo.

Conozco bien el argumento frente a esto; que prácticamente nadie defiende la violencia, al menos públicamente. Pero además de que eso es falso y la violencia hacia las mujeres radica en infinidad de planteamientos preconcebidos y tics sociales; no es ni mucho menos suficiente no ejercer la violencia para terminar con ella.

Para revertir algún día esta espiral de violencia, el silencio debe dar paso a las denuncias, a la condena del entorno, al rechazo social ante el maltrato y el machismo. Ojalá llegue el momento en el que luchar porque termine la violencia de género cuente con el mismo entusiasmo y pasión que la defensa de patrias y banderas.