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Valladolid

Virginia Hernández: “Las cosas que vamos consiguiendo eclipsan los sinsabores”

18 noviembre, 2017 11:53

¿Desde cuándo está implicada en política?

Desde el 2015, en las elecciones municipales en las que me presenté por Toma la Palabra a la alcaldía de San Pelayo.

¿Por qué ha querido dedicarse a la política y, en concreto, a la política municipal?

Un grupo de personas veíamos que el pueblo tenía posibilidades que no se estaban sabiendo aprovechar, que no se escuchaban demandas de los vecinos y decidimos montar la candidatura. Siempre he tenido inclinación hacia el interés por la política, pero ese fue el punto de partida para involucrarme y presentarme.

¿Qué le dijeron en su entorno cuando dijo que quería ser alcaldesa?

Mis padres me dijeron que ni se me ocurriera, porque decían que me iba a traer disgustos y sinsabores. La gente con la que tenía contacto en la candidatura nos animábamos los unos a los otros.

¿Se ha encontrado alguna dificultad especial en el desempeño de sus funciones por ser joven?

Creo que la juventud no ha sido un problema con el que me haya podido topar. La labor de la alcaldía ha traído disgustos, pero también muchas satisfacciones, las cosas que vamos consiguiendo eclipsan los malos momentos. Alguna vez ha habido alguna persona de manera puntual que dice “que sabrás tú si eres una cría”, pero es algo muy excepcional.

Y en su partido político (Toma la Palabra), ¿le ha costado ganarse el respeto?

Tampoco, me siento valorada; al contrario, creo que la juventud ha sido bienvenida, la gente te dice que necesitamos gente joven, que se implique, se recibe con satisfacción

¿Qué cree que hace falta para que más jóvenes se impliquen en el medio rural, para buscar soluciones a la despoblación?

La primera dificultad es que hay muy poca gente joven. El problema es que los jóvenes tenemos muy difícil el acceso a la vivienda, para emanciparnos tenemos que pensar en hacerlo en la capital, el alfoz o en alguna cabecera de comarca, porque en los pueblos no hay mercado de alquiler y el hipotecarse siempre es arriesgado. Con el trabajo pasa lo mismo, salvo los trabajos tradicionales del medio rural vinculados al campo es complicado conseguir un puesto de trabajo.