Castilla y León

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Valladolid

El Renacimiento regresa por todo lo alto a Medina

15 agosto, 2018 21:52

Telas coloridas, largos ropajes, espadas y arcos, carros, túnicas, lanzas y estandartes. No falta nadie, campesinos, nobles, sacerdotes y hasta los Reyes Católicos. Es el desfile inaugural de la Feria Imperiales y Comuneros, el gran aliciente de la Semana Renacentista de Medina del Campo que en sólo siete años se ha convertido en punta de lanza de las recreaciones históricas y una referencia para todos aquellos que quieren mirar de vuelta al pasado medieval.

Decenas de puestos ambientan el mercado renacentista en la Plaza Mayor y las calles aledañas. El visitante rápido se zambulle en el siglo XV; si olvida que lleva el teléfono móvil en el bolsillo y se abstrae del contexto contemporáneo, los vecinos de la villa de las ferias, el Ayuntamiento y decenas de colectivos ponen todo de su parte para que el viaje al pasado sea completo. Escaparates decorados, balcones y casas ataviados para la ocasión y, sobre todo, miles de personas en la calle como si de 1.518 se tratara.

Cinco siglos de vuelta a un momento crucial en la historia, a caballo entre la relación de los Reyes Católicos con Medina y la tensa espera por el cruel momento de la quema por orden de Carlos V. El esplendor de Medina del Campo estaba presente en aquél instante en la historia y ahora, 500 años después, vuelve convertido en un referente cultural y turístico.

El Ayuntamiento estima en que unas 4.000 personas desfilan por las calles de Medina, entre ellos la ministra de Industria, Reyes Maroto, Aposentadora Mayor de la Feria. El evento lleva creciendo de manera exponencial desde el comienzo, ahora también abriendo fronteras, con la presencia del municipio portugués de Mogadouro y grupos de abanderados de Italia.

"La clave es la implicación de los vecinos de Medina", lo repite un año tras otro la concejala de Desarrollo Local, Raquel Alonso, de cuya área depende la organización de la Semana Renacentista y es evidente que ocurre así; ver a miles de personas en la calle ataviadas con ropas que bien pueden pasar de vestuario para una superproducción de época contribuye de manera esencial a que la magia se extienda por toda la villa durante algo más de una semana.