Ante la ofuscación, la calma
Qué lejos queda aquél mes fantástico, entre el 27 de septiembre y el 21 de octubre del año pasado. Cuatro victorias seguidas para el Pucela, la última, precisamente, ante el Betis que ahora ha tornado en verdugo. Algo más de un mes si apuramos para incluir los dos empates, el anterior y el posterior a la racha. El fulgor por la reciente llegada de Ronaldo, el juego, la efectividad de los goles... hasta servidor se vino arriba mencionando el recuerdo del 'Europucela'.
Desde entonces, dos victorias y cuatro empates camuflados en una ristra de derrotas que cada vez pesan más. El mosqueo creciente por el VAR y su aplicación, los fichajes invernales, las lesiones; parece que casi nada le ha terminado de salir bien a este Pucela.
Y hoy, en una tarde apacible en Zorrilla, la fría humedad que suele desprender el césped a los que estamos a pie de campo ha cambiado por una cierta desolación, por un conato de desasosiego. Por la ofuscación del que no consiga que le salga lo que quiere por más que la persistencia sea intachable y el expediente del esfuerzo esté inmaculado.
Ante las polémicas, los datos y la reflexión; y ante la ofuscación, la calma. El Valladolid tiene 26 puntos, tres más que Villarreal y Rayo Vallecano que estiran el cuello para coger aire desde el descenso, y siete más que un Huesca al que los de Sergio González dejaron recupear una esperanza que sigue siendo poco consistente.
Faltan trece jornadas, mucha tela que cortar hasta que el Valencia venga a Zorrilla para echar el telón a la temporada el 19 de mayo. En 25 partidos el Valladolid ha marcdo 19 goles y ha encajado 31, es muy difícil lograr una mayor rentabilidad con esa estadística tan en contra. Así que hay que aflojar los nervios para que no tiemblen las piernas.