La Sala de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid exhibe la muestra con las obras ganadoras y seleccionadas del XXII CONCURSO DE CERÁMICA "CIUDAD DE VALLADOLID". IX ENCUENTRO INTERNACIONAL". Más de medio centenar de artistas se presentaron al Concurso. Entre ellas, la obra que consiguió el PRIMER PREMIO, "DE PROFUNDIS II" de la portuguesa Xana Monteiro.
La I MENCIÓN ESPECIAL, fue para la obra IGNEO, de Lourdes Riera, de Caelles- Zaragoza. La II MENCIÓN ESPECIAL la consiguió la obra NECESIDAD…de Vicente Javier Ajenjo Vento, de Valencia. La III MENCIÓN ESPECIAL, fue para BLACK AND WHITE, del belga Vladica Sivcèv.
El concurso de cerámica ciudad de Valladolid sigue felizmente cumpliendo años y en este alcanza su XXII edición, aunque la mayoría de edad hace ya tiempo que la tiene acreditada.
La exposición que podemos admirar está formada por las 18 obras que ha seleccionado el jurado del XXII CONCURSO DE CERÁMICA "CIUDAD DE VALLADOLID"-VII ENCUENTRO INTERNACIONAL. Tanto el "Concurso" como el "Encuentro Internacional" convocado por la Asociación de Ceramistas Vallisoletanos, han demostrado ser un reclamo eficaz para que la mirada y el interés de los ceramistas profesionales de todo el país e igualmente los aficionados a este arte se concentren en nuestra ciudad y la tengan por un auténtico referente en este ámbito. Muchas de ellas han llegado desde fuera de nuestras fronteras.
En la edición actual casi la mitad de las obras que han llegado desde fuera de nuestras fronteras, de países como Israel, Argentina, Italia, o Bélgica, además de otras procedentes de muchas partes de España En total, son ceramistas de países distintos los que han presentado obra a esta edición del concurso.
El Ayuntamiento de Valladolid, promotor del certamen, lleva años apostando firmemente por este Concurso y se siente orgulloso del éxito alcanzado, tanto en grado de participación como en categoría y prestigio de las obras presentadas, como se ha demostrado sobradamente en esta 22 edición, en la que escultores nacionales y extranjeros han dejado patente que trabajar cerámica, además de un oficio, es también un arte. El arte de los maestros ceramistas cuya sensibilidad, hecha materia –materia hermosa y noble– ponen hoy ante nuestra mirada siempre curiosa e inquieta.