Robar y atar a una compañera de piso les puede salir caro
Fiscalía de Valladolid solicita penas de diez años y tres meses de cárcel para tres varones por delitos de robo con violencia y detención ilegal perpetrados, presuntamente, en diciembre de 2017 sobre la compañera de piso de uno de ellos a la que, además de robarle la ayuda percibida de los Servicios Sociales la dejaron atada de pies y manos.
El juicio por estos hechos se celebrará el próximo martes, día 16 de abril, en la Audiencia Provincial, donde compartirán banquillo Víctor A.A.C, Juan Ramón J.B. y Julio B.A.V, con peticiones globales de diez años de prisión para cada uno de ellos, cinco por el robo con violencia e intimidación y uso de arma blanca y otros cinco años y tres meses por detención ilegal, junto con la obligación de indemnizar a la víctima, de forma conjunta y solidaria, con 640 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los hechos se produjeron en la mañana del 17 de diciembre de 2017 en el piso de la Avenida de Segovia que compartían uno de los acusados, Víctor A.A.C, y la víctima, Irene F.G, que acababa de cobrar una cierta cantidad de dinero en concepto de ayuda de los Servicios Sociales, algo que conocía el primero.
Así, la acusación pública sostiene que Víctor, concertado con los también acusados Juan Ramón J.B. y Julio B.A.V, idearon un plan para apoderarse de dicha cantidad.
A tal efecto, Víctor entregó a los otros dos las llaves del piso con las que éstos entraron en la vivienda. Acto seguido, el primero entró en la habitación donde se encontraba la víctima y, con el pretexto de querer hablar con ella, la convenció para que acudiera al salón, estancia donde ya la esperaban los otros dos encausados.
Amenazada con un cuchillo y una navaja
Una vez allí, siempre según la versión del fiscal, los acusados cerraron la puerta de salón y empujaron a Irene, que cayó sobre el sofá, momento en el que Juan Ramón sacó un cuchillo jamonero que llevaba y que puso en el cuello a la víctima, mientras que Julio exhibió una navaja en tono amenazante.
Ataron a la joven las manos con unas cuerdas y acto seguido hicieron lo propio con sus pies, después de que Víctor tratara de besarla e Irene repeliera tal intento con las piernas.
En esta situación, Juan Ramón se dirigió a la habitación de la mujer y, tras revolver cajones, volvió con 640 euros que había encontrado y con un ordenador portátil. Advirtió entonces a Irene de que solo habían venido a por el dinero y la conminó a no denunciar si no quería sufrir las represalias.
Los tres acusados abandonaron entonces el piso y dejaron a la víctima atada de pies y manos, si bien ésta logró desatarse los pies y acudir al domicilio de un amigo, el cual había encontrado el portátil tirado en el suelo del rellano del edificio. El amigo la liberó de las ataduras en las manos y fue informado entonces de todo lo que había ocurrido.