ENTREVISTA | Arya, una valiente con sangre vallisoletana nacida en Madrid en tiempos de coronavirus
A las 19.10 horas del martes nacía Arya, una pequeña, madrileña pero con sangre vallisoletana, en el Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, en Madrid, ante la amenaza del coronavirus que sigue golpeando con virulencia a todo el país.
Sus padres, Daniel Martín y Virginia González, vallisoletanos, nos cuentan como ha sido el embarazo y el parto y nos enseñan a la pequeña que finamente pesó dos kilos y medio y a la que ya tienen entre sus brazos.
La pequeña Arya
Pregunta. Satisfacción general después de un embarazo que ha sido complicado. ¿Cómo lo ha llevado y que problemas se ha encontrado?
Virginia. El embaraza ha sido estresante. La niña no crecía, en consulta lo veíamos. Aunque los órganos y el resto estaba bien nos preocupaba. Nos pasaron a nivel de riesgo y la última etapa fue dura. Al final no era tan extremo como no lo pintaban. Las ecografías no son fiables 100 por 100 y con ella en brazos te olvidas de todo, está claro.
Pregunta. ¿Cómo ha sido el parto?
Virginia. Ha sido duro, sobre todo por la duración. Fue una inducción a 3 semanas de finalizar el embarazo por lo que mi cuerpo no estaba preparado y durante las primeras 24 horas no fueron muchos los avances. Eso no solo afectaba físicamente sino también fue duro psicológicamente ver qué no se avanzaba.
Después fue todo más rápido hasta el expulsivo, pensábamos que ya estaba hecho pero se complicó un poco y al final tardó más de dos horas, eso supuso el mayor desgaste físico y psicológico (sobre todo por el hecho de que pudiera salir algo mal) pero finalmente y tras 33 horas teníamos a la peque en brazos y se olvidó todo lo malo.
Sin Daniel no podría haber superado embarazo y parto. Le debo mucho y él tiene gran parte de la culpa de que todo haya salido bien.
Virginia, la madre, junto a la pequeña
P. Supongo, como apunta, la satisfacción de tener a Arya entre sus brazos ha sido lo mejor tras estos meses complicados.
Virginia. Sin duda. Siempre te dicen que cuando la tengas entre tus brazo, por fin, te olvidas de todo lo pasado y yo al menos no me lo creía pero tengo que reconocer que es verdad. Cuando la coges en brazos o te coge el dedito se te olvida todo lo pasado.
P. ¿Le preocupaba la situación con esto del coronavirus?
Virginia. Claro que me preocupaba y me sigue preocupando. Pero también tengo que reconocer que desde que entramos el lunes a las 10 a paritorios parece que el virus desapareció y todo eso fue gracias al personal que estaba siempre pendiente de nosotros e intentaba que nuestra experiencia y estancia fuera lo más cómoda y agradable posible haciendo así que nos olvidaremos de la situación exterior.
P. ¿Daniel, cómo ha vivido usted el parto?
Daniel. De forma intensa. Ha sido bastante duro porque por esto del COVID-19 la inducción al parto ha sido continua por lo que hemos tenido poquitas horas de descanso. Entramos el lunes a las 10 de la mañana y estuvimos de parto hasta las 7 de la tarde del martes. Al estar de acompañante tienes que mostrar tu lado positivo en todo momento y has de sacar lo mejor aunque estés agotado psicológicamente.
Una vez Arya estaba entre nuestros brazos fue una descarga total de sentimientos acumulados durante todas estas horas.
Daniel, el padre, junto a la pequeña
P.Ha acompañado a su mujer en todo momento
Daniel. Sí, salvo cuando iba a buscar las máquinas de café del hospital. En la situación que estamos con el coronavirus lo que te recomiendan es que estés el menos tiempo posible entre los pasillos.
P. Arya nace en un momento complicado con esto del coronavirus…
Daniel.Y tanto. Siempre se lo recordara la familia y amigos que no la han podido ver con apenas unas horas de vida en persona, sino con videollamadas.
P. ¿Cómo ven el futuro?
Daniel. Con ilusión. Será porque todavía estamos en nuestra nube pero confío que después de este añadido de 15 días de encierro más, después se pueda ir volviendo a la normalidad poco a poco.
P.Un deseo de cara a ese futuro, más o menos próximo
Daniel. Que crezca bien. Que esto del Covid se acabe pronto para poder estar con los nuestros y que nos deje dormir, nunca hay que perder la esperanza.