“Peñafiel ofrece un amplio abanico turístico, cultural y patrimonial pero además un turismo natural que, a día de hoy y debido a la crisis sanitaria de la COVID-19, está volviendo a ser muy demandado en aras de permanecer en el tiempo”, nos cuenta Yolanda Burgoa, concejala de Turismo del Ayuntamiento de Peñafiel, en declaraciones a NoticiasCyL Valladolid, antes de darnos un agradable paseo para adentrarnos en el paraíso natural de la localidad pucelana.
Además de su conocida Plaza del Coso, de su hermoso Castillo donde se ubica el Museo Provincial del Vino o de sus diversas salas de exposiciones, Peñafiel atesora lugares mágicos para realizar una metamorfosis natural mientras se camina respirando aire puro. La Senda del Duero o las Charcas de Padilla son un claro ejemplo. Además, los núcleos agregados como Aldeayuso, Mélida o Padilla atesoran muchas sorpresas y un valor histórico incalculable como el Yacimiento Arqueológico de Pintia, otra parada obligada en el camino.
Peñafiel es enoturismo. Su población es vitivinícola y su paisaje da buena cuenta de ello. A través de los viñedos, que marcan un recorrido sorprendente por la cuna de la Ribera del Duero, podemos disfrutar además de las visitas, de calidad, que ofertan las bodegas del municipio y también de la comarca.
La Senda del Duero, un paseo mágico
“Además de viñedos, Peñafiel cuenta con pinares y bosques entre chopos y fresnos en los que contemplar ardillas, pájaros e incluso zorros o corzos. El río Duero es, sin lugar a dudas, protagonista de nuestro paseo disfrutando del relajante sonido del curso del agua atravesando pasarelas y disfrutando de la naturaleza”, nos cuenta la concejala.
Todo ello antes de comenzar a disfrutar de la esencia de la Senda del Duero y de la duodécima etapa de la misma que parte de la localidad del castillo. Este camino natural enlaza varias poblaciones ligadas al río y que integran los valores ambientales de la ribera con su patrimonio histórico-cultural y vitivinícola.
Esta duodécima etapa se inicia en Peñafiel, en el parque fluvial ubicado junto al Río Duratón, que está situado en la falda de un cerro que limita este río con el Duero y Botijas. En el camino natural bordeamos el pinar de San Pablo, donde crece el pino piñonero y nuestro sendero continúa discurriendo por un bonito bosque de ribera entre chopos, fresnos y el pinar, caminando de forma tranquila y disfrutando del relajante sonido del curso del agua.
Pesquera de Duero puede divisarse al alcanzar un gran meandro donde una pasarela, integrada en el paisaje, nos invita a adentrarnos en esta localidad de gran tradición por sus vinos. El pinar se transforma en cultivo de secano mientras que unos metros más adelante la señalización nos indica el desvío para llegar a la Zona Arqueológica de Pintia que será nuestra última parada en este placentero viaje.
Las Charcas de Padilla y la importancia de sus núcleos agregados
“A este precioso paraje natural accedemos por el camino viejo de Padilla. Un paseo concurrido, desde hace muchos años, por los vecinos de Peñafiel en busca de relajación y conexión con la naturaleza y que puede ser utilizado para aquellos que quieran hacer deporte o para pasear a sus perros”, nos cuenta Yolanda Burgoa, concejala de Turismo en el Ayuntamiento de Peñafiel.
La recuperación del espacio público de las Lagunas de Padilla de Duero está prevista en los Planes Provinciales. Se trata de un lugar mágico en el que perderse y disfrutar de la armonía de un entorno natural privilegiado con las charcas, los árboles y el sonido de las aves penetrando en los oídos de forma dulce y placentera.
Padilla, junto a Mélida y Aldeayuso son tres núcleos agregados de Peñafiel que poseen su propia esencia ya que aunque sean localidades pequeñas albergan proyectos turísticos como casas rurales, hoteles o bodegas con un número de habitantes reducido que enriquece el encanto de esas zonas.
“La tranquilidad y la conexión con la naturaleza hacen especiales a estos núcleos agregados. Sus calles, estrechas con casas antiguas, nos devuelven al pasado y nos hacen revivir nuestra infancia”, nos confiesa Burgoa.
Darse un paseo por estos tres núcleos es descubrir la tranquilidad, pero, sobre todo, la amabilidad y solidaridad de los vecinos. Es disfrutar de las pequeñas cosas y de los pequeños pueblos y su esencia en el marchar por la naturaleza y la historia de Peñafiel.
Un paseo por la historia en el Yacimiento Arqueológico de Pintia
Y hablar de historia es acabar en Pintia, la antigua ciudad vaccea situada entre Padilla de Duero y Pesquera de Duero, a ambos lados del río con una historia de más de mil años aunque la más interesante para su conocimiento es la que transcurre entre los siglos IV a.d.C y el siglo I. Fue declarada Bien de Interés Cultural como zona arqueológica en el año 1993.
En el Yacimiento podemos ver los restos arqueológicos y aprender con las visitas guiadas. Las zonas más importantes del yacimiento son el hábitat de Las Quintanas, la necrópolis de Las Ruedas, el ustrinum o crematorio de Los Cenizales y el barrio artesanal de Carralaceña.
Los vacceos fueron los primeros pobladores que se asentaron en el centro del valle del Duero, en territorio pucelano y fundaron varias ciudades como la actual Palencia (Pallantia antes) o Pintia.
Una auténtica delicia histórica para disfrutar poniendo el broche perfecto a un paseo natural de nivel por Peñafiel, que vuelve a demostrar ser un pueblo que tiene de todo para encandilar a vecinos y turistas.