Varios profesores de un centro educativo de la provincia de Valladolid piden un cribado ante el aumento de contagios desde Navidad
Llegan las 14.20 horas de la tarde y cada día, desde el pasado 25 de enero, varios profesores del IESO Pinares de Pedrajas se concentran ante las puertas del centro con una reclamación clara: “que se haga un cribado en el instituto”.
Así lo defiende Francisco José Sesma Iglesias, profesor de Geografía e Historia de este centro educativo, que nos cuenta en esta entrevista como ha vivido el personal docente el aumento de positivos en el instituto y que pide una mayor protección para estos maestros que, en la mayoría de los casos, tienen que dar clases, durante horas, a más de 20-25 jóvenes que se agolpan en un aula.
Pregunta. Profesores y personal no docente del IESO PINARES de Pedrajas están pidiendo que se realicen pruebas o cribados en su centro educativo. ¿Cuál es la situación? ¿De cuántos contagios totales tienen constancia actualmente?
Respuesta. Actualmente todavía hay 11 alumnos/as positivos por Covid19 y 7 están pendientes de prueba o han sido contactos estrechos, por lo que permanecen en cuarentena. Si bien es cierto que desde este lunes la mayoría de dichas cuarentenas han finalizado y excepto aquellos que todavía presentan síntomas, el resto de alumnos se han ido y se van a ir incorporando, suponemos, a lo largo de esta semana.
P. Todo comenzó, si no me equivoco, tras las vacaciones de Navidad.
R. El martes 12 de enero, día de la vuelta a clase, ya teníamos noticias de algunos alumnos que habían dado positivo. Ese día asistieron la mayoría de alumnos a todos los grupos. Por la tarde nos comunicaron que varios de ellos habían resultado positivos, por lo que se entiende que asistieron al instituto ya contagiados. Empezó a haber entre el profesorado y el alumnado la lógica inquietud de haber compartido el aula y el resto de los espacios del instituto con personas positivas. El miércoles 13, en el grupo más afectado,
asistieron a clase la mitad aproximadamente de los alumnos, y esperaban que les confinaran por haber estado seis horas en el mismo espacio. Ese mismo día, se nos informó que habían confinado dos clases.
El número de casos positivos y sospechosos ha ido incrementándose de forma paulatina hasta llegar a un 46% de alumnos que seguían las clases desde casa
El profesorado preguntó y pidió a la directiva que se pusiera en contacto con las autoridades educativas y sanitarias para pedir que nos hicieran la prueba a todos los que la precisábamos. Se realizó un listado que se envió a la Dirección Provincial de Educación de Valladolid, que según dijeron, enviaron a Sanidad. El jueves 14 de este mes, a la mayoría de nosotros nos llamaron del centro de salud correspondiente pero a las dos o tres horas volvieron a contactar con nosotros para decirnos que no podían hacernos las pruebas al no ser contactos estrechos.
El número de casos positivos y sospechosos ha ido incrementándose de forma paulatina hasta llegar a un 46% de alumnos que seguían las clases desde casa.
P. Aseguran que por hacer las cosas bien se les ningunea y por el hecho de llevar mascarilla en el aula parece que está todo solucionado y que no se les considera contactos estrechos en caso de contagio en el aula.
R. Efectivamente. Parece que cuando se hacen bien las cosas, se siguen los protocolos, en vez de intentar mejorarlos con las aportaciones de toda la comunidad educativa, nos ponen más impedimentos para desarrollar, de forma presencial, las clases con garantías. Entendemos que el protocolo desde luego está muy lejos de las expectativas en este caso de los profesores y personal no docente de nuestro centro, y suponemos que tampoco de otros. Quizá aquellos que hacen los protocolos, deberían pasar un día dentro de un centro educativo para conocer de primera mano lo que se está viviendo, sobre todo en estos momentos.
P. ¿Cuándo comenzaron las movilizaciones?
R. Empezamos a organizarnos el 20 de enero. Al terminar las clases nos hicimos una foto con una pancarta y escribimos un comunicado de prensa anunciando concentraciones diarias a partir de esta semana a las 14.20.
P. Lo que se pide es que se hagan pruebas y que el protocolo actual se revise por la seguridad del personal profesional docente.
R. Sí, nuestro objetivo es que se haga un cribado en el Instituto, no sólo a los profesores. Y por supuesto, que se revise y se flexibilice el protocolo ante situaciones tan graves como la que hemos vivido. No puede ser que por no haber estado más de 15 minutos sin mascarilla compartiendo un espacio con un positivo, no se nos considere contacto estrecho, cuando compartimos y pasamos 4, 5 o 6 horas al día con entre 20 y 30 alumnos.
P. ¿Han recibido alguna respuesta a su petición de la realización de pruebas?
R. Por ahora ninguna y sabemos a ciencia cierta que la Directora Provincial de Educación y la inspección educativa tienen conocimiento del tema.
P. ¿Cómo valoran la reclamación de UGT de que el profesorado de Castilla y León sea considerado “esencial y prioritario” en el plan de vacunación de la Comunidad? Han pedido que el personal docente de centros no universitarios “sea vacunado lo antes posible”.
Si queremos tener todo el curso los centros educativos abiertos, debemos de tener todas las garantías para poder hacerlo
Este tema aún no lo hemos tratado en profundidad entre los compañeros del instituto, pero a título personal considero que es una medida lógica y necesaria. Vuelvo a reiterar que este no es un problema exclusivo del profesorado sino que afecta por igual a toda la comunidad educativa y a toda la sociedad. Si queremos tener todo el curso los centros educativos abiertos, debemos de tener todas las garantías para poder hacerlo.
P. Se busca que el profesorado se incluya en la primera fase de la estrategia de vacunación.
R. Sería una medida razonable, y más cuando hemos visto noticias que apuntan a que, por ejemplo en Castilla-La Mancha, los docentes serán los próximos en vacunarse después de los sanitarios y de las personas mayores de las residencias.
P. Al final, están con 20 - 25 alumnos, la exposición al virus es alta.
R. Pensamos que efectivamente la exposición es extrema. Sobre todo hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones no se pueden mantener las distancias de seguridad, principalmente con los alumnos que presentan dificultades de aprendizaje con los que debemos de tener mayor cercanía. O cuando tenemos que ver las actividades que están realizando, y debemos orientar para que las realicen.
También es muy difícil controlar en todo momento al alumnado para que cumpla las normas, son niños y adolescentes. Por ejemplo, periódicamente se controla en la entrada al Instituto que las mascarillas que llevan cumplan con la normativa o no hayan sido usadas en exceso y, por supuesto, que la lleven correctamente puesta.