Un nuevo centro de salud que no avanza
Aunque el plazo administrativo máximo establecido para este tipo de procedimientos es de ocho meses, la Junta aseguró que Sacyl pretendía no agotarlo, para continuar las obras lo antes posible. Sin embargo, la realidad es que, a fecha de hoy, después de un año, la construcción del nuevo Centro de Salud de Magdalena está parada.
Actualmente, en la parcela de 2.000 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento de Valladolid a Sacyl, ubicada al lado de la Ciudad Universitaria, en el camino del cementerio, solo se puede ver una estructura de hormigón y un cartel que dice ‘Centro de Salud de Magdalena. Presupuesto: 2.659.612 euros”; y junto a él, una pancarta de las asociaciones de vecinos que reclaman la continuación de la construcción.
El nuevo centro de salud atenderá a casi 15.000 tarjetas sanitarias de los barrios del Hospital, Belén y San Pedro Regalado, gran parte de ellas pertenecientes a personas mayores. Son barrios con población muy envejecida, casi el 50% supera los 60 años. Los vecinos de la zona llevan casi 25 años reivindicando un nuevo centro, para atender “más dignamente” a esos miles de usuarios. Se abrió en 1975, primero como ambulatorio del Insalud y, posteriormente, como centro de salud de la Junta de Castilla y León.
“Ni tan siquiera había una salida de emergencia hasta mayo de 2019, que se consiguió tras las reiteradas peticiones de la delegada de prevención de riesgos laborales de CSIF “, señala Javier Hernando, responsable provincial del sector de Sanidad en CSIF Valladolid.
“Las condiciones de las instalaciones de este centro de salud, ubicado en un bajo en la calle Nuestra Señora, son muy deficientes. Pequeño, con humedades, las consultas son reducidas, compartidas y sin ventilación.
El ecógrafo está en una consulta que comparten otros médicos. Hay una única sala de curas, en la que también se hacen las espirometrías, las extracciones o la recogida de muestras…, y también se atienden las urgencias. No hay espacio para un laboratorio o una sala de urgencias. Un pequeño y estrecho pasillo hace las funciones de sala de espera, con sillas ubicadas a ambos lados”, describe CSIF.
“Si las condiciones en las que se trabaja son ya inadecuadas para cualquier actividad, en esta situación de pandemia, todavía lo son más indignantes, si cabe, tratándose de un centro sanitario”, añade Hernando.
No hay espacio para las clases de preparación al parto, por lo que la matrona ya hace tiempo que da las clases en el centro de salud Rondilla, donde tiene que pasar consulta. En pediatría, cuya sala se había visto más reducida todavía por habilitarse una necesaria salida de emergencia, actualmente se realizan las pruebas diagnósticas de Covid-19 (PCR y pruebas de antígenos), por lo que la atención a los más pequeños se ha trasladado, igualmente, al centro de salud Rondilla.
Recientemente, delante del centro de salud, casi pegado a una de sus paredes, y tapando la escasa luz y ventilación de la que dispone el local, “han ubicado una caseta de obra, cuya utilidad todavía desconocen los profesionales”.
Cada médico de este centro atiende una media de 1.260 cartillas, estando la media en Valladolid en 923 pacientes; y la ratio de la zona sanitaria Este (donde está este centro) es de 1.160 cartillas por facultativo.
Antes de la pandemia, contaba con siete médicos de familia (con cupos que oscilan entre 1.200 y 1.350 cartillas, un pediatra, ocho enfermeras, una matrona, cinco administrativos, un celador y una TCAE. El fisioterapeuta y la trabajadora social son compartidos con otro centro de Atención Primaria. “Personal claramente insuficiente para el volumen de cartillas del centro”, asegura la presidenta provincial de CSIF Valladolid, María José San Román, “pero no hay espacio para más trabajadores, la solución debe comenzar con el cambio al nuevo centro de salud”.
“Gracias a la paciencia, el esfuerzo y la responsabilidad de los trabajadores sanitarios, se logra ofrecer al usuario una atención de la mayor calidad posible”, afirma San Román, que espera “una reacción rápida de los responsables de la gestión sanitaria, para acabar las obras y solucionar estas deficiencias y falta de recursos”.