Madrid también disfrutará del legado de Miguel Delibes
La Comunidad invita a conocer el legado de Miguel Delibes, a través de la exposición Más allá de las novelas. Delibes, el cine y el teatro, una muestra extraordinaria organizada en colaboración con la Fundación Miguel Delibes de Valladolid que permanecerá hasta el 16 de enero de 2022 en la Sala de Exposiciones de la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina.
Se enmarca en el año del Centenario del nacimiento de Delibes y se configura como el último acto de este aniversario que comenzó en 2020 pero se vio truncado por la pandemia y se retomó en 2021, justo cuando Delibes, que nació un 17 de octubre, cumpliría 101 años.
La exposición se nutre fundamentalmente de fondos de la Fundación Delibes de Valladolid y reúne manuscritos originales, libros de la biblioteca personal de Delibes, su correspondencia con los directores de las películas y de las obras de teatro, fotografías originales, fotogramas, carteles, así como diferentes audiovisuales con escenas de las películas.
El recorrido expositivo se divide en tres espacios fundamentales, comenzando con un repaso de la pasión de Delibes por el cine, que le llevó a ser un auténtico cinéfilo y crítico de cine en sus orígenes en El Norte de Castilla.
Un segundo apartado se ocupa de las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Delibes: El camino, Retrato de Familia, La Guerra de Papá, Los Santos Inocentes, El tesoro, El disputado voto del señor Cayo, Una pareja perfecta… Así como algunas que no llegaron a la pantalla como El Hereje.
El tercer apartado se ocupa de las adaptaciones teatrales, La hoja Roja, Las guerras de nuestros antepasados, Cinco horas con Mario y Señora de Rojo sobre fondo gris.
Delibes en el cine y en el teatro
Delibes fue toda su vida un espectador entusiasta que iba al cine o al teatro al menos un par de veces por semana y a quien siempre atrajo ese ambiente de intimidad que se crea en las salas. Pero, fue a partir de su ingreso en El Norte de Castilla, cuando profesionalizó sus visitas al cine y empezó a publicar en el periódico reseñas y breves comentarios en los que buscaba orientar a los lectores.
El escritor tenía debilidad por este sector y quería pertenecer a ese grupo, a esa familia de locos que iban por ahí con trípodes, gorrillas, lámparas y cámaras. Le volvía loco ese lenguaje, ese proceso que se iniciaba en una máquina de escribir y acababa en la fascinación de la gran pantalla.
Su lenguaje literario es gráfico, sus textos son verdaderos guiones, era un arquitecto de emociones, cuyos personajes estaban dibujados casi expresamente para el cine. Pensaba, vivía y sentía sus cuentos, sus relatos, sus historias en clave fílmica, las vivía como secuencias del séptimo arte.
Fue precisamente El camino, dirigida por Ana Mariscal, la primera adaptación al cine de una de sus obras. Publicada en 1950, fue la novela en la que, según el propio Delibes, encontró su propia voz. El camino cuenta la historia de Daniel, El Mochuelo, que, la noche anterior a su partida a la ciudad en busca de una educación y de un futuro mejor, evoca episodios de su infancia en el pueblo, el contacto con la naturaleza y las aventuras con sus amigos: Roque, El Moñigo, Germán, El Tiñoso, y la Uca-uca.
La película se rodó en un pueblo de la provincia de Ávila, Candeleda, y allí fue Miguel Delibes con su hija mayor, Ángeles, donde se fotografió con algunos de los actores.
En 1976 se llevó a la gran pantalla la segunda de las adaptaciones de obras de Delibes: Retrato de familia, dirigida por Antonio Giménez-Rico, basada en la novela Mi idolatrado hijo Sisí. Al año siguiente, se estrenó La guerra de papá, dirigida por Antonio Mercero, a partir de la novela El príncipe destronado, y en 1983 y dirigida por Mario Camus, la inolvidable Los santos inocentes, una de las películas más taquilleras del cine español, y una de las adaptaciones que más satisfizo a Miguel Delibes. Estaba protagonizada por Pávez, Juan Diego, Alfredo Landa y Paco Rabal -ambos conseguirían el premio de interpretación en el Festival de Cannes-, que dieron vida a Paco el Bajo y a , probablemente el papel más recordado de Rabal, y su ‘milana bonita’.
En 1986 se estrenó El disputado voto del señor Cayo, dirigida por Antonio Giménez Rico con Francisco Rabal como señor Cayo, Juan Luis Galiardo, Iñaki Miramón y Lydia Bosch.
La filmografía de Miguel Delibes con nueve adaptaciones cinematográficas en total, se completa con El tesoro, de Antonio Mercero, estrenada en 1988; La sombra del ciprés es alargada, de Luis Alcoriza, estrenada en 1990 y basada en la novela homónima que obtuvo el Premio Nadal en 1947, y Una pareja perfecta (1998), la versión de Francesc del Diario de un jubilado, la última entrega de los diarios de Lorenzo y el que completa la trilogía iniciada con Diario de un cazador y, después, Diario de un emigrante.
Delibes, a pesar de no haber escrito nunca teatro porque se sentía coartado con las limitaciones de tiempo y espacio que impone el espacio teatral, firmó, bien en solitario o en colaboración, todas las adaptaciones teatrales de sus novelas.
En 1979 se estrenó la versión teatral de Cinco horas con Mario, en el Teatro Marquina de Madrid, dirigida por Josefina Molina e interpretada por Lola Herrera
De La hora roja se conserva en el Archivo Delibes el ejemplar de la novela, subrayado y lleno de anotaciones, con el que trabajó para la versión teatral, e incluso un dibujo, apenas un bosquejo, en el que diseñó la distribución del escenario.
Estrenada en el Teatro Calderón de Valladolid el 6 de septiembre de 1986 y, más tarde y retocada por Delibes que acortó la duración casi veinte minutos, en Madrid, en el Teatro Alcázar el 21 de septiembre, estaba protagonizada por Narciso Ibáñez Menta, como don Eloy, un viudo y recién jubilado, y María Fernanda D’Ocón en el papel de , la empleada de hogar que le cuida.
El 7 de septiembre de 1989 se estrenó en el Teatro Bellas Artes de Madrid Las guerras de nuestros antepasados, con José Sacristán en el papel de Pacífico Pérez y Juan José Otegui como el doctor Burgueño, un papel para el que, en principio, se pensó en Fernando Rey, que no aceptó dada la exigencia física que el trabajo teatral requería. De la adaptación se encargaron el propio Miguel Delibes y Ramón García Domínguez
Y falta hablar de sobre fondo gris, estrenada en 2018 en Madrid, con José Sacristán como protagonista. Publicada originalmente en 1991, el título alude al retrato que de Ángeles de Castro pintó Eduardo García Benito y que Delibes tuvo siempre cerca de él, tras la mesa donde escribía.
Un conmovedor, íntimo, personalísimo homenaje a su esposa, Ángeles, quien, como el personaje de la novela, falleció inesperadamente, tras una operación quirúrgica, en noviembre de 1974.
La historia, solía contar, le resultaba demasiado cercana, reciente todavía, para verla en un escenario o en una película, de modo que siempre se mostró a que se representara, fue una de las novelas que más tiempo y esfuerzo requirió a Miguel Delibes. Fueron sus hijos quienes, ya fallecido él, autorizaron la puesta en escena de la obra.