Adrián con su miel ganadora

Adrián con su miel ganadora

Valladolid

Una miel de otro planeta

Charlamos con Adrián Domínguez Gómez, un joven que trabaja junto a su padre en San Pedro de Latarce, para hacer la mejor miel de lavanda de España

4 noviembre, 2021 07:00

Mejor miel de Valladolid en la campaña 2020-21. Medalla de Oro London Honey 2021 y mejor miel de lavanda de España en la campaña 2021-2022 y entre las doce mejores a nivel global del país. Algo tendrá esta miel que triunfa allá donde va.

Adrián Domínguez Gómez es, a sus 27 años, el artífice junto a su padre de un producto de otro planeta. Pecorea, el nombre de la marca de la miel, ha hecho que San Pedro de Latarce, una pequeña localidad vallisoletana de cerca de 500 habitantes, haya dado la vuelta a todo el mundo.

No siempre se obtiene un reconocimiento como este ni se pone en valor tu esfuerzo y trabajo de esta manera. Un premio de esta importancia es algo muy positivo para mí que soy una persona que estoy empezando. Te da fuerza y mucha alegría para seguir mejorando día a día”, afirma el joven vallisoletano en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.

Creciendo entre abejas

Érase una vez un chico de 27 primaveras que creció llevando por bandera el nombre de su pueblo allá por donde iba. Soplaba velas alternando su trabajo en la fábrica con veranos junto a su familia rodeado de abejas.

Ahora mismo llevamos dos marcas de mieles. La de mi padre, que se llama ‘El Pedregal’ que vende también legumbres ecológicas y cuando entré yo, hace tres años y con ideas nuevas, hicimos Pecorea, y con la que hacemos una miel cremada, un producto más “gourmet””, nos explica nuestro entrevistado.

Como en todo, el inicio hace tres años en el sector “fue duro” ya que “hay que trabajar mucho y dar de alta la nueva marca” además de lidiar con los pertinentes trámites burocráticos con el papeleo como protagonista, aunque añade convencido que el tener la marca de su padre ya consolidada “les facilitó el progreso de la naciente”.

Adrián nos confiesa que a lo largo de todos estos años ha sufrido “picaduras” mientras trabajaba hasta el punto de “llegar muchas veces con la cara hinchada a casa” aunque ni eso le quita el amor por este dulce producto fruto de la naturaleza.

Pecorea

“Pecorea es el nombre que le damos, en la jerga apícola, a la acción de polinización que realizan las abejas. Es un nombre discreto pero con mucha importancia para nosotros”, nos confiesa este amante del deporte que asegura ser colaborador del Club Triatlón Pisuerga, donde tiene buenos amigos.

Una empresa familiar bajo ese nombre que se encarga de todo. Son apicultores, cuidan con mimo a las abejas, extraen su deliciosa miel, la envasan y la distribuyen a todo el que quiere deleitarse con su especial sabor todo ello bajo normas no escritas como la de apostar por la sostenibilidad evitando la creación de una gran huella de carbono respetando a las productoras de este alimento y apostando por lo artesanal, sin ningún tipo de máquina, salvo el extractor centrifugador.

La peculiaridad es que la miel cuando es pura, cristaliza, por eso nosotros la vendemos ya cristalizada y así no hay trampa ni cartón. Además, con el cremado conseguimos que esta miel cristalizada sea tan fácil de consumir como la líquida”, afirma Adrián.

Una miel y muchos premios

Nuestro protagonista nos confiesa que “hasta el pasado año no habían participado” en ningún concurso. De ahí a triunfar en tres: mejor miel de Valladolid en la campaña 2020-21, en febrero del 21. Medalla de Oro London Honey 2021, en mayo de ese año y Mejor Miel de Lavanda de España en la campaña 21-22, siendo una de las 12 mejores mieles del país de un total de 75 participantes en ese certamen.

“El último es un premio muy positivo que valoro de la mejor de las maneras y que me da mucha fuerza y alegría para seguir mejorando. Más allá de eso, me alegro de que se valore una miel cruda, bien cuidada, que cristaliza cuando tiene que cristalizar. Desde pequeño he aprendido que la miel es un producto que debemos respetar, admirar y hacer valer”, añade este joven experto en miel.

Adrián valora el galardón como un “premio al trabajo y al esfuerzo” y mira al futuro con el deseo de “seguir haciendo lo que le gusta” sobre todo “cuidando de las abejas” y añadiendo a su labor como apicultor la de agricultor con la vista puesta en “una tierra de almendros” en los que “tiene puesta mucha ilusión” para “verlos crecer” y “probar pronto sus almendras”.