“El tema ha surgido a raíz de la publicación de un vecino en redes sociales en la que, a través de unas fotografías, mostraba la existencia de una serie de “chaperones” de cemento aplicados en la Iglesia de Santa María del Castillo, de estilo románico tardío y declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1962”, nos cuenta en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León el alcalde de Castronuño, Enrique Seoane.
Todo a raíz de este reportaje de fotos, con la joya de la corona de la localidad vallisoletana y una de las piezas más valoradas en la provincia de Valladolid como protagonista, en el que “llamaba la atención una imagen de ventana ciega con un desafortunado remate de cemento gris”, confiesa el primer edil.
Seoane ha puntualizado que, a raíz de esta publicación ha surgido “el debate en el municipio sobre si el parche de cemento estaba desde hace meses o es reciente” llegando a la conclusión de que “esta desafortunada actuación se realizó hace años”.
“Independientemente de este debate estéril, lo que está claro es que existe un daño estético, en este monumento BIC, que debe ser reparado”, añade el regidor, que añade que presenta “una serie de deficiencias que deben ser tratadas para que no vayan a más” y asegura que además de “las humedades en el tejado” en el exterior se pueden observar “grietas en algunos de los muros” y “desgaste de la piedra y del ladrillo de la sacristía y “alguna reparación desafortunada”.
La Iglesia de Santa María del Castillo es una de las más valiosas muestras del románico zamorano en la provincia de Valladolid que está ubicada en el Parque de la Muela y que es testigo perenne del discurrir del río Duero a su paso por Castronuño.
“Los monumentos BIC gozan de una protección que debe ir más allá del papel. Tanto la propiedad como la institución competente, en este caso la Junta de Castilla y León, deben de poner todos los medios para que las deficiencias del edificio sean subsanadas y pueda ser conservado como se merece”, finaliza Seoane.
El conocer el momento en el que se ha producido esta peculiar actuación ha provocado, entre los vecinos del lugar, un revuelo pero el fin último pasa por conseguir que su símbolo luzca mejor que nunca en el bello pueblo pucelano llamado Castronuño.