El gerente de Asklepios en su local

El gerente de Asklepios en su local

Valladolid

Un bar vallisoletano pasa de la escasez de alcohol: “Apostamos por la cerveza y el pacharán”

Charlamos con José María Moreno de la Viuda, gerente de uno de los locales más reconocidos en Valladolid

10 noviembre, 2021 07:00

La música ha vuelto a sonar en la calle Torrecilla 14. Asklepios retomó la actividad reconocida y autorizada como discoteca el pasado jueves, 7 de octubre, hace poco más de un mes. La bienvenida por parte de jóvenes y no tan jóvenes ha sido destacada, y el local vuelve a vibrar al ritmo de las mejores melodías.

Charlamos con José María Moreno de la Viuda, gerente de la reconocida discoteca que soplará velas el próximo 12 de marzo de 2022, para cumplir el cuarto de siglo, ni más ni menos.

Hablamos con él sobre la reapertura y también sobre esa polémica global que existe ante la escasez de determinadas marcas de alcohol. “Algunas marcas escasean, pero somos una discoteca atípica en muchos sentidos. Además de por lo musical, porque apostamos por un consumo de bebidas de baja graduación, cerveza y pacharán con hielo, que se pide mucho”, afirma.

¿Cómo se ha desarrollado la reapertura? La gente tenía muchas ganas de que el ocio nocturno volviera a funcionar.

Se ha desarrollado con normalidad después de 19 meses cerrados por imperativo legal. El término “ocio nocturno” se crea con la campaña de 2013 ‘Marca España’. Lo he investigado y me he preocupado en buscarlo. Iba dirigida al viajero extranjero y era uno de los eslóganes que buscaba captar turistas. A partir de ahí, los medios de comunicación y políticos, que van de la mano, lo han implantado como un dogma de fe y lo han repetido siempre que han tenido oportunidad. Semánticamente es generalista y confuso. Cualquier cosa que se haga de noche, durante el tiempo libre, es ocio nocturno. Pasear al perro, ver una película en casa, ir de compras, etc.

Cualquier cosa y eso, necesariamente, no tiene una relación directa con la hostelería. Un ejemplo de ocio nocturno, de manual, es el botellón y así todo se confunde y se mezcla. La expresión correcta es hostelería de noche y habría que precisar a partir de qué momento porque a las 6 de la tarde ya anochece en otoño e invierno.

¿Está llenando en estas últimas semanas el local?

La gente tenía ganas de volver a bailar, relacionarse y de poder vivir sin restricciones horarias. También de poder elegir cuándo irse a casa o no y de salir sin imposiciones.
Nosotros nos dirigimos a un público muy concreto al que denominamos: “la inmensa minoría”, con una sesión musical no apta para todos los públicos, al margen de modas musicales y radiofórmulas con una propuesta variada y alternativa, intemporal y, a la vez, moderna.

Tenemos un público fiel y luego están los “turistas”, los que están de paso aunque vivan en Valladolid. Un público despistado o curioso que no sabe nada de nosotros, después de 25 años, que no se molesta en ver qué ofrece la sala y si eso converge con sus gustos o con su cultura musical.

La respuesta del público ha sido buena en general y no queremos ni deseamos que haya una masificación. Buscamos un funcionamiento sostenible teniendo muy en cuenta la relación con el barrio. Menos es más.

Todo tras meses de restricciones y cierres. ¿Cuántos ha permanecido cerrado su establecimiento?

En total han sido 19 meses cerrados. Sin ninguna opción, sin ningún estudio verificable que lo avale o lo justifique. Así ha sido en la mayor parte del mundo, no es una decisión que solo se haya tomado en nuestro país.

¿A qué cuantía pueden ascender las pérdidas durante estos meses?

Es incalculable. No solo por la cuestión económica sino también todo lo que supone para un negocio ver interrumpida su actividad y su inercia desarrollada durante años.

¿También está notando usted la escasez de determinadas marcas de alcohol en su negocio?

No mucho. Algunas marcas escasean, pero somos una discoteca atípica en muchos sentidos. Además de por lo musical, apostamos por un consumo de bebidas de baja graduación, cerveza y pacharán con hielo, que se pide mucho.

¿Cuáles son las marcas que más están escaseando?

De importación, algún ron y vodka. La ruptura provocada en la cadena de suministros está haciendo que los precios suban de manera intencionada, no solo las bebidas alcohólicas, también los productos de consumo básico como cereales, frutas y verduras.

¿Qué solución está poniendo para paliar esta situación?

Apuesto por marcas y productos de cercanía y por potenciar el consumo de marcas nacionales.

¿Se están subiendo los precios de las copas ante este problema?

De momento no. Todo dependerá de cómo evolucione el plan.

¿Cómo ve el futuro de su negocio?

Con la situación de normalidad lo veo bien.

¿Cree que la “hostelería de noche”, como la denomina usted, sobrevivirá en Valladolid tras este parón importantísimo por el coronavirus?

Yo pienso que la previsión para todos los establecimientos que abrimos más allá de las 12, siempre que se mantenga esta situación, es buena.

¿Ha recibido alguna ayuda?

Mínimas. Llegan tarde y mal. Como era de esperar, las únicas ayudas estatales las hemos podido recibir por nuestra actividad como sala de conciertos. Como hostelería o como discotecas, muy pocas y de escaso valor.

Un objetivo y un deseo mirando al futuro.Pido que se reconozca. Se sabe pero no se reconoce la verdad de todo esto. También que se depuren responsabilidades, que exista un debate abierto y público y no se imponga un relato único, confuso, contradictorio, absurdo e injusto, imposible de verificar. Es un deseo utópico, como muchos otros y no pienso que pueda suceder en este sistema totalitario de carácter mundial, donde los fondos de inversión mandan.