La provincia de Valladolid ha registrado, en la semana que va del 21 de diciembre, al 28 del mismo mes, nada más y nada menos que 10.211 contagios. A esto hay que sumarle el drama de los muertos, con 11 más en esta franja temporal para contabilizar un total de 1.335 por coronavirus desde que comenzó el drama de la pandemia.
Ahí comenzó otra pesadilla, la de la hostelería vallisoletana. Restricciones, cierres temporales e incluso alguno definitivo por cese de negocio al no poder hacer frente a los diferentes gastos y una situación dramática en muchas ocasiones, con la dificultad de muchos para poder poner un plato encima de la mesa. El 24% de los establecimientos hosteleros de la provincia de Valladolid se han visto obligados a bajar la persiana.
Con una incidencia disparada, de las más altas de España, con 2.510 casos a los 14 días por cada 100.000 habitantes y 1.030 casos por la misma franja poblacional a la semana, según los datos del Ministerio de Sanidad de este martes, 28 de diciembre, hay miedo al contagio en Valladolid y con ello a salir y a entrar en los bares de la ciudad del Pisuerga y en la provincia como nos confiesa Jaime Fernández, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid.
Una Navidad muy floja
“Desde nuestro sector vemos la situación por la pandemia con mucha preocupación. El nivel de contagios se ha disparado pero volvemos a recalcar y a incidir en lo mismo: no se puede hacer culpable a la hostelería de la situación y no se pueden tomar medidas restrictivas que dañen más a nuestro sector”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León el presidente de APEHVA.
El aumento de contagios está afectando de una manera “muy fuerte” a los diversos establecimientos hosteleros, lo que ha provocado que esta esté siendo una Navidad “muy floja” con “barras semivacías” y bajadas del “70%” con respecto a un periodo navideño que Fernández considera como “normal” y que se daba en la tan anhelada vieja normalidad.
La semana previa a la Nochebuena y Navidad “fue horrible”, nos confiesa el presidente de los hosteleros pucelanos con “múltiples cancelaciones” de cenas de empresa o comidas varias. “Esta semana está siendo también muy floja y la retirada de reservas concertadas asciende ya al 60%”, a pocos días de que finalice este 2021.
Preocupación entre los profesionales del sector
“Estamos muy preocupados por la alarma que se ha generado que en parte es razonable porque las cifras son muy negativas. Ha sido peor el miedo que se ha generado que las restricciones. Al final, esas restricciones nos las ha impuesto el miedo y han bajado las ganancias de una forma brutal”, nos cuenta Fernández.
Este es otro golpe severo para un sector muy dañado ya en la provincia. Según las cifras de la Asociación de Hosteleros, a principios de 2020 eran 3.200 los establecimientos abiertos en la provincia. En agosto de 2021 quedaban 2.400, es decir, 800 se vieron obligados a echar el cierre por los efectos dañinos del coronavirus.
Los trabajadores del sector también hacen gala de esa “preocupación e incertidumbre” y miran de reojo a los ERTES y a los ERES para continuar “con los ajustes” ante un primer trimestre del año que “da miedo” por esta situación que se ha generado en la sexta ola, con contagios disparados que hace que muchos no salgan de casa por temor y otros tantos por encontrarse confinados.
Pese a que algunos restaurantes han reforzado la venta 'takeaway' estos días para que la gente pudiera comer las elaboraciones en casa “estas ventas no dan para que el sector se recupere de una Navidad negra” para la hostelería pucelana.
Restricciones y cotillones
Tras la celebración del Consejo Interterritorial de este miércoles, 29 de diciembre, los hosteleros miran a la reunión del Comité de Expertos de la región y a la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno en la que la Junta de Castilla y León podría anunciar nuevas restricciones.
“Vivimos este periodo con incertidumbre y siempre pendientes de lo que pueda pasar. Confío en que el ciudadano sea consciente de lo que está ocurriendo y de que la pandemia continúa para que utilice la mascarilla de la mejor manera posible. No creo que haya que tomar medidas en el sector hostelero porque ha quedado claro que los contagios no se producen en los bares sino que vienen, fundamentalmente, de reuniones familiares en interiores”, asegura Jaime Fernández.
A la espera de medidas, o no, los cotillones de Nochevieja están también en el punto de mira. Son nueve los bares musicales que han solicitado permiso para su celebración y tres o cuatro las discotecas que también quieren organizar uno en la ciudad. “Me consta que el que va a celebrar un cotillón va a reducir aforo y va a mantener un control exhaustivo del uso de la mascarilla. Se han reducido en un 50% con respecto a 2019, lo que deja ver la prudencia que existe”, añade el presidente de APEHVA.
Jaime Fernández confía en que “la vacunación a menores y la tercera dosis ayuden a reducir los contagios” y añade que espera que el 2022 “sea más estable” y que “el coronavirus remita su ataque”.
La hostelería vallisoletana sigue recibiendo golpes, duros, por culpa de la pandemia pero quiere sobrevivir para dar ese toque de ocio, cultura y buen paladar a una ciudad mágica como Valladolid.